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Ángel Mengíbar
Jueves, 16 de junio 2022, 20:40
En las buenas comidas siempre queda hueco para un rico postre. Y si no, se le hace hasta con calzador. En la feria no se pierden las buenas costumbres. Por eso, entre rebujito y rebujito, en la caseta El Salero colocan una cucharilla extra. Más ... aún cuando el concurso de postres está a punto de comenzar.
Este jueves de Corpus el ferial huele a carne a la brasa, a pescaíto frito, a albero. También a estiércol, por qué no decirlo. Todo es diferente en El Salero, que por un día parece convertida en la fábrica de chocolate de Willy Wonka. Hasta cuatro socios se disputan el galardón a mejor postre de la feria.
Esther, socia y miembro del jurado, se relame. «Es una tradición de la caseta. En años anteriores ha habido mucho nivel. Mis favoritos son los postres que llevan fruta. Comeremos bien, seguro», explica mientras van llegando los platos candidatos. El chocolate es el protagonista absoluto. Pilar ha preparado a sus 13 años una tarta de tres chocolates: negro, blanco y con leche. Ahí es nada. Muchos no saben (sabemos) ni encender la vitrocerámica con una carrera y un máster a la espalda.
«Llevo cocinando desde los seis años, cuando ayudaba a mi padre a preparar el arroz de los domingos. Lo que más me gusta es la repostería. La tarta de tres chocolates es mi favorita», indica la joven cocinera, que acaba con un bronce en el podio. El oro, valorado en 80 euros y descuentos en artículos de belleza, se lo llevan Paco y su madre con otra tarta.
Esta vez en forma de vasitos de tarta, de queso y limón. Están para mojar pan, pero aquí hay truco. A sus trece años el hijo de Olga ha participado ya en cuatro campamentos Masterchef. Sí, sí, los de la 'tele'. Le encanta la cocina y comienza a entender algunas técnicas de la vanguardia. Aquí hay mano. El segundo premio se lo lleva María con sus Placeres de Chocolate. El último puesto es para Roberto. «He preparado con mis hijos una tarta de nocilla y frutas, pero me olía el disgusto. Lo he probado en casa y...», concluye entre risas.
El jurado se pone tibio, imitando a tres reconocidos chefs de los concursos de cocina. Sólo falta que los concursantes se lleven el horno y el lavavajillas, pero entonces la caseta se quedaría 'pelá'. Tampoco los cuchillos, que viene el turno de cenas. Los platos se rebañan con garbo, que estamos de Corpus. Todos celebran la feria en torno al fogón. Las buenas costumbres hay que mantenerlas.
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