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«Debería existir el museo de las carocas»
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«Debería existir el museo de las carocas»

Jose Luis Prats, 'Ozelui', ha pintado centenares de carocas desde los años ochenta

Lunes, 8 de junio 2020, 01:13

Hoy lunes la plaza de Bibrrambla debería ser un hervidero de gente viendo las carocas, esas breves poesías donde se repasa la vida de la ciudad con su buena dosis de ironía y 'malafollá'. Para escribir los versos el Ayuntamiento convoca cada año un concurso del que selecciona una veintena de quintillas, y para ilustraras ha recurrido a artistas gráficos de la valía de nuestro compañero Mesamadero o, durante muchos años, a José Luis Prats, 'Ozeluí'.

–¿Recuerda de que trataba la primera caroca que pintó?

–La proliferación de gatos en el río Darro fue de las primeras carocas que hice. El concejal José Miguel Castillo Higueras me encargó pintar las carocas al llegar el primer ayuntamiento democrático de la ciudad. Entonces hice equipo con Rubén Garrido, ManoloBrajeda y Francisco Quirós. Luego ya empecé yo solo, aunque algunos años también pintaba algunas Andrés Soria Junior, algunos alumnos de Bellas Artes, etc.

–¿Cuántas quintillas puede haber ilustrado?

–Imposible acordarse, han sido centenares. Si me acuerdo de algunas carocas en concreto, como una de cuando vino el Papa y se le averió el coche; yo ya tenía esa caroca pintada y un chorreón de pintura se derramó encima y en que me las vi para quitarlo. También recuerdo algunas carocas que fueron muy celebradas, como cuando trasladaron el ferial y pinté a una familia perdida en el desierto buscando el recinto.

–¿Qué era lo más complicado al pintar una caroca?

–Primero que tenía poco tiempo para hacerlo, no más de quince días. Debía blanquear los paneles para borrar las del año anterior, pensar la idea acorde a la poesía, dibujarla y colorearla. Lo que más me costaba era cuando incluían alguna caricatura. Antes se pintaban directamente en el panel, ahora ya se hace en pequeño y luego se amplia. Personalmente me gustaría volver a dibujar alguna, tranquilamente. En el año 2000 yo propuse, incluso, hacer unas animaciones de unos cuantos segundos para proyectarlas, pero no se hizo.

–¿Lamenta que no exista un museo de las carocas?

–Por supuesto. Debía existir en Granada un museo donde quedaran guardadas todas, aunque por el tamaño de las mismas ocupara mucho espacio. Muchos concejales han comentado el hacerlo, y al final nada. Solo se conservan algunas que las personas que salían en ellas querían tener de recuerdo, como el juez Calatayud o los desaparecidos Jesús Valenzuela y Luis Oruezábal. Es una pena que no se guarden, al menos en algún libro, porque son parte de nuestra historia. De hecho, yo una vez me topé con una del siglo XVII dibujada a plumilla.

–Este año sin feria ni carocas.

–Es una pena que no se hayan hecho carocas este año, porque podían haber recordado que estábamos de feria y el ir a verlas no causaría problemas. Yo había pensado hacer algunas y compartirlas en redes sociales.

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