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Elena salta el charco que había en la entrada del ferial. ALFREDO AGUILAR
«Después del charco mejora»

Viernes de feria en Granada

«Después del charco mejora»

Con los paraguas medio abiertos, la jornada rodó con alegría, dirigido por un inesperado cineasta británico

Viernes, 9 de junio 2023, 19:46

A la de una, a la de dos y a la de… Migue y Alba, de 7 y 5 años, saltaron a la vez el charco que ocupaba el arco derecho de la puerta del ferial. Desde el otro lado, como los piratas que ganan el abordaje, invitaron a sus padres a subir al barco. «Parece que después del charco mejora», bromeó Rocío, viendo la escena. Elena, vestida de gitana y recién licenciada en Farmacia, se animó a seguir la aventura entre risas. Lo cierto es que ese charco, el primer charco del ferial, era también el último. Y, la verdad, era bastante fácil de sortear. Pero, como en una de esas películas pretendidamente poéticas en la que uno no entiende muy bien lo que pasa, la imagen resultaba bonita y sugerente. A veces nublado y otras soleado, a ratos con chaqueta y otras deseando meter la cabeza en la fuente, disfrutar del viernes de Corpus era cuestión de dar el salto.

Subidos ya al barco, los ladridos de Pelusa en mitad del crucero llamaban la atención de los paseantes. Eso y el traje de flamenca que la bichón maltés llevaba puesto. «Como he dicho de vestirme yo, pues también a la Pelusilla», explicó Ángeles, divertida mientras le pedían fotos por todas partes.

Ángeles y Pelusa. A. AGUILAR

Más allá, por la caseta de Motril, Azucena y Carmita, de 89 y 87 años, caminaban guapas y elegantes. «¿Se nota que somos de Granada? ¡Podemos hasta bailar!», aseguraron sonrientes justo antes de, «faltaría más», ponerse a bailar. «Venimos todos los años, primero a Motril y luego a Diputación a bailar –detalló Carmita–. Aunque lo del palito de ron se ha acabado, que tenemos el corazón así, apretaíllo». Azucena se despidió agarrando la mano de su amiga: «Somos íntimas desde que vivíamos en Órgiva. ¡Y aquí seguimos!».

Carmita y Azucena. A. A.

Mientras Azucena y Carmita entraban a la caseta, Guillermo y Silvia decidían hacia dónde ir. Su hija, Naia, tiene dos años y le encanta su traje rojo de lunares. Pero ella no era la más pequeña de la feria. El más pequeño fue, probablemente, Raúl, vestido de flamenco dentro del carrito. «Acaba de cumplir un mes», dijo su madre. «Y es la primera feria de la familia. Yo soy de Granada –siguió el padre–, pero ella es de Valladolid. Llevábamos tiempo queriendo venir y este ha sido el año».

Silvia y Guillermo con sus hijos, Naia y Raúl, que cumplía ayer un mes. A. A.

En esta nueva feria tan fotogénica se puede jugar al fútbol en la calle principal sin miedo a reprimendas. «Como no hay albero, las zapatillas vuelven aceptables», comentaba Lourdes, mientras Juan y Luis se pasaban la pelota en la puerta de La Ruiseñora. En el interior de La Pecera, Paco Puentedura, concejal en funciones, preparaba mojitos como si no hubiera mañana. «Mira, del ayuntamiento a exprimir limones –bromeó–. He perdido la cuenta de las cajas que llevo…».

Puentedura, entre limones. A. A.

En este viernes de nubes pasajeras, Noa y Claudia repartían abanicos, por si las moscas. «Aquí no hace falta, pero luego te metes en la caseta y para bailar viene muy bien», reían. Uno de esos abanicos lo cogió, precisamente, el cineasta británico Abid Khan, director de la película 'Granada Nights'. «Estoy por la ciudad por Bob Dylan, pero no me quería perder el Corpus. ¡Vine hace 17 años!», exclamó. «Habría que hacer una exposición fotográfica de la feria en el Reino Unido, allí no saben qué es esto: la música, la comida, la gente… hay niños y ancianos disfrutando. ¡Qué ambiente tan asombroso!».

Ambiente en el ferial; Noa y Claudia, con los abanicos; y el cineasta Abid Khan.
Imagen principal - Ambiente en el ferial; Noa y Claudia, con los abanicos; y el cineasta Abid Khan.
Imagen secundaria 1 - Ambiente en el ferial; Noa y Claudia, con los abanicos; y el cineasta Abid Khan.
Imagen secundaria 2 - Ambiente en el ferial; Noa y Claudia, con los abanicos; y el cineasta Abid Khan.

Y así, como Dorothy buscando la magia de Oz en algún lugar al otro lado del charco –a falta de arcoíris–, el viernes de feria zarpó por todo lo alto. A la de uno, a la de dos y a la de...

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