Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ángel Mengíbar
Viernes, 17 de junio 2022
Familia. No hay palabra para definir mejor la historia de la caseta Viva la Pepa. Con sesenta años de vida recién cumplidos, echan la vista atrás para repasar los mejores momentos de una de las casetas más icónicas del Corpus. La más antigua de las privadas que componen el ferial, que también ha pasado por peligrosos baches.
«Cuando el ferial se instalaba en en Paseo del Salón, Paco, Pedro, Antonio y Ángel decidieron montar una caseta. Simplemente eran un grupo de amigos a los que les gustaba la feria», explica José Manuel, socio desde hace una veintena de años, sentado a la mesa. «No se ponían de acuerdo con el nombre, así que el 'Viva la Pepa' concluía cada una de sus reuniones. Al final, fue lo que se quedó», apostilla Antonio González, el presidente.
Noticia Relacionada
Se trata de una caseta de las de toda la vida. Comer, bailar y cantar son su misión. También aparece por allí Estrella. Enfundada en su traje de gitana, muestra con orgullo su condición de socia desde que era niña. «La tradición me viene de mis padres». Todos ellos han bailado y reído en el Corpus con su Pepa. También han llorado. «Durante la crisis económica, nos quedamos muy poquitos socios. Muchos caseteros pensaron que era el fin, que no íbamos a salir adelante», cuenta Antonio.
«Hasta se frotaban las manos para quedarse con nuestra ubicación en el ferial. Se quedaron con las ganas». Antonio señala al empedrado del suelo, que incluye una inscripción: 'Que viva la Pepa'. «Este es nuestro sitio y aquí seguiremos muchos Corpus más», sentencia. Gracias al compromiso del grupo, la Viva la Pepa resurgió como el ave fénix.
Noticia Relacionada
«Estamos mejor que nunca gracias al cariño que nos guardamos todos. Esto no es un caseta, es una familia. Todos cuidamos de todos», añade Estrella. Así han durado sesenta años y pretenden durar otros sesenta. La tradición no tiene fecha de caducidad.
A partir de julio, Antonio cederá el testigo a Daniel y Mariam, su hija. «No queremos estancarnos. Es fundamental que entre gente joven en la gestión. También como socios. Mi tiempo acaba», apunta el presidente sobre la necesidad de renovación. Por la caseta corretea África, la nieta. «Seguro que seguirá mis pasos. Con lo chica que es, fíjate. ¡Cómo maneja el abanico!», ríe junto al resto de socios.
Los mayores estarán ahí para ayudar a los pequeños a dar sus primeros pasos. Así hicieron en su día los socios que ya no están. «Nuestros valores son sencillos: amar a Granada, al Corpus y la Pepa». A su sexagenaria edad, la Pepa tiene una salud de hierro.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
Fernando Morales y Álex Sánchez
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.