Una noche de Corpus que sabe a beso

El día festivo llena el ferial en las casetas y también en los columpios en una jornada llena de amor

Viernes, 17 de junio 2022, 00:43

La nueva normalidad ha devuelto la alegría a todo el mundo. También al Corpus, que ha vivido una noche de jueves llena de baile y amor. Que se lo digan a Kiko y Ana, que abandonan el ferial con un hermoso beso a la luz ... del alumbrado. Ella sale vestida de flamenca, él de calle. Mientras, decenas de granadinos cruzan la portada en busca de juerga. El amor suele ir a contracorriente.

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A veces, también a caballo. Jinetes, jinetas, damos y damas (o cómo se diga en estos tiempos de diccionario pisoteado) invadieron el Corpus en toda una exhibición hípica. Una alegría para la vista. Una experiencia sin igual para el olfato. Pero no pasa nada, porque la feria sigue y no estamos para ponernos exquisitos. Sobre todo después de dos años oliendo a mascarilla quirúrgica.

La gente salerosa de El Salero se refugiaba en su caseta porque el chocolate huele (y sabe) mejor que el estiércol. Su concurso de postres fue un éxito entre pequeños y mayores. Los primeros se lo pasaron en grande rompiendo mi sombrero en un descuido. Nada importante. Me acerqué a la tarta y perdí la noción del tiempo. Cuando regresé, del sombrero no quedaba ni la paja. No devolvería una sola porción por devolverlo a la vida. 'Barkatu' (perdón), Barrera.

Las fiestas perdidas

En las casetas se machacaban aquellas fiestas perdidas en la pandemia. No sé por qué pienso tanto en lo que no tuvimos cuando ahora todo vuelve a estar al alcance de la mano. Ni que hubiésemos pasado tres años sin abrazar o besar a las personas por las que vale aguantar un confinamiento. Bien lo saben en La Pecera, que bota a ritmo de La Raíz. «Somos hijos de los versos, los poetas y los presos», y también de los besos, le añado de mi cosecha. Porque no entiendo bien la letra y me viene bien la rima. No te engaño.

Por los columpios desfilan familias enteras, los amigos desde el principio de los tiempos o los primeros amores adolescentes. Todo el amor gira en torno a un algodón de azúcar o a la último atracción de moda. Como en un videoclip de Dellafuente. El 'chino' canta eso de 'Y si me quieres, ven. Dímelo a la cara, te llevo al Edén'. El cielo es el Corpus de Granada, aunque a veces no huela a rosas ni esté cubierto de purpurina. Los besos tampoco, pero sientan bien.

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