La primera Tarasca con gafas no pudo ver Granada

Como si de un Miércoles Santo se tratase, Granada estuvo desde bien temprano pendiente del cielo: una de sus fiestas más emblemáticas peligraba. Una hora antes del desfile se hizo pública la decisión. La concejala de Cultura en funciones, María Leyva, comunicó la noticia como lo hacen los hermanos mayores de las cofradías. Con pesar. La Tarasca 2023 no desfilaría por las calles por la lluvia, algo que no ocurría desde 1961. Eso sí, Leyva dejó caer que este jueves, si las precipitaciones dan tregua, la Tarasca saldrá en la procesión del Corpus. En aquel día de 1961 así se hizo. Un halo de esperanza para aquellos que querían acompañar al maniquí más famoso de la ciudad.

Por si acaso, los ciudadanos la acompañaron de otra forma. Cientos de granadinos hicieron cola para verla -a las 13.30 la gente llegaba a la calle Ganivet-, puesto que las puertas del consistorio estuvieron abiertas mañana y tarde. Querían verla a ella y a los otros protagonistas, los gigantes y cabezudos, los preferidos por los niños. Carlos, de cinco años, colecciona gigantes de goma a raíz de los que salen en las fiestas de Navarra, de donde es su madre. Ya que no pudo verlos en acción, acudió al patio del ayuntamiento. Lo mismo le pasó a Martín, un apasionado de los dragones, que creía que en el desfile echaría fuego. La inocencia.

El vestuario de La Pública, como es tradición, no dejó a nadie indiferente. «O la amas o la odias», sentencia su autora, María Francés, apenada por este miércoles de Corpus pasado por agua, pero feliz por haber podido vestirla. Antes de hablar de las valoraciones del público, analicemos el diseño. Se trata de conjunto de camisa y falda en las que reinaban el verde, el fucsia y el azul, a través de un estampado animal print que simulaba unas granadas.

El toque diferenciador lo puso un original accesorio, unas gafas para graduar, la primera vez en la historia que ocurre. No sabemos si es miope, sufre de astigmatismo o simplemente tiene la vista cansada, pero lo cierto es que con la Tarasca 2023 es fácil sentirse identificado. En el año 1968 y en alguno posterior ha llevado gafas de sol, pero nunca de este tipo.

Y, sobre todo, se trata de una Tarasca actual cuyo vestuario «puede llevar la gente, algo que se había perdido», como señaló María. De hecho, venderá ese estampado a través de su marca, por encargo, a los que quieran tener un trocito de la Tarasca 2023 en su armario. Ya ha preparado pañuelos, pero tiene en camisetas y faldas en mente, por ejemplo. No ha materializado más prendas porque estaba expectante ante la respuesta del público. Por lo que oyó en la plaza del Carmen, va seguir adelante con esta idea.

En cuanto al tejido, eligió semi seda porque es «más asequible y está al alcance de todos». Los responsables del estampado son Textilfy, una empresa granadina que captó «al vuelo» la idea de la diseñadora. Entre varias opciones, escogió la granada «más abstracta». «El resultado no ha podido ser más top», detalló feliz.

El look generó bastantes críticas positivas. Maribel y Adela, de Pinos Puente, acudieron a verla ayer por primera vez. Ambas coincidieron en que se lo pondrían. «Está preciosa, qué coraje de lluvia», añadieron. En la misma línea se pronunció Margarita, de Burgos, que ha venido a Granada estos días a visitar a su amiga María. «Nosotras somos muy de estampados, así que nos encanta», señalaron.

Por su parte, el churrianero Antonio Valiente se encargó del resto del estilismo, con una «línea ochentera» en consonancia con el traje. Para el pelo escogió una melena recta con flequillo recto, «algo que se ha llevado siempre», y un maquillaje natural en el que invirtió dos horas y media aplicando las técnicas más actuales, como el contouring, que resalta ciertos rasgos del rostro. «El barniz del busto es de cerámica, así que patinaba mucho al poner la base. Fue un reto», apostilla.

Por último, Ángela Urtoller, directora de Marketing de Vipsual Optical Center, cuenta que el proceso de búsqueda de las gafas lo iniciaron hace un año. María Francés escogió un modelo, pero vio otro hace un par de días que la enamoró aún más. Las cambiaron, literalmente, a última hora. Este miércoles, la Tarasca las luce con gracia, y también María, que porta el mismo modelo rosa. Si alguien quiere unas iguales, dense prisa. Solo quedan dos en Granada, ya que pertenecen a una edición antigua.

En definitiva, un trabajo en equipo que se ha desarrollado durante meses y se hizo realidad en la noche del martes. A las tres de la madrugada la dejaron lista para un desfile que no pudo ser, pero que quizá se hace realidad este jueves de Corpus.

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