Los rezagados dan la bienvenida al Corpus

Apenas me bajo del metro y el sudor ya empapa mi espalda. El sol pega fuerte sobre el recinto ferial y una leve brisa calentorra me golpea en la cara. Me hace resoplar y acordarme del ventilador de mi sala de estar. Todo lo contrario que al puñado de valientes a los que no parece importarle. Es más, han venido a disfrutar. Que es Corpus.

Bajan de su autobús con ganas de irse a comer y bailar a El Salero. Son los usuarios de la residencia La Alfaguara y del centro de día de Loja. También viene gente de Salar. Junto con Hilario y otros responsables, se disponen a inaugurar la feria. «Están muy contentos. La feria les encanta. Hacen muchas actividades, pero hoy toca que estrenen el Corpus». Chacón está encantado. Con la ilusión de un niño y con pillería, confiesa que el bingo y el vino son su perdición. No hay ola de calor que lo derrote.

Vino, jamón y lo mejor de la gastronomía de la provincia se dan cita en el ferial a muy pocos metros. La Diputación entrega en su caseta los galardones de Sabor Granada. La hostelería granadina disfruta y se da el lujo de brindar al son de sevillanas tras dos años malditos de pandemia. El Corpus marca el resurgir. «Tenemos muchas expectativas. Después de lo que hemos pasado, la feria se coge con ganas», explica Luis Fernando Castañeda, uno de los premiados con su empresa Granada Beer Company.

El CSIF también monta una bienvenida al Corpus entre trabajadores e instituciones. Carmen Alguacil, delegada malagueña, concreta uno de los puntos fuertes del Corpus. «Aunque hace calor, el aumento de asfaltado es una bendición. Nos ha invitado el sindicato y estamos encantados. La feria de Granada hay que vivirla».

Bajo techo y con un buen vaso en la mano, a poder ser. El ferial este mediodía es para valientes y rezagados. Es mi caso, aunque con menos agallas. ¡Que viva el Corpus!

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