Los sanitarios protagonizan el brindis más emotivo del Corpus

El encuentro se produce en la caseta A Mi Manera. Precisamente, a la manera de los trabajadores sanitarios de Granada. Por primera vez en mucho tiempo han podido reunirse como Dios manda. Sin metros de distancia de por medio, sin guantes, sin mascarillas. «Estoy emocionado. Y eso que no he bebido aún », ríe Ángel García, enfermero del área de Neurocirugía del Virgen de las Nieves.

«Ver a tanta gente hacinada aquí en la feria se hace raro después de todo lo que hemos pasado, pero es buen síntoma. La pandemia va quedando atrás, relegada a un enfermedad endémica como la gripe. Sigue habiendo casos, pero no son graves. Hay que celebrarlo», explica junto a su compañera Mercedes. «Es un premio a todo el trabajo realizado», añade ella.

Ellos y sus compañeros ocupan una buena parte de A Mi Manera este martes de Corpus. Algo menos de ocho mesas concentran a cuarenta y tantos compañeros. No hay sillas vacías, aunque no fueron pocos los que se quedaron por el camino. «Que nadie olvide que estuvimos desprotegidos al inicio de la pandemia. Nos tapábamos con bolsas de basura en lugar de mascarillas o EPIs. Hoy brindamos por los compañeros que se contagiaron y ya no están», concluye.

Junto a ellos también almuerza una veintena de sanitarios de Maternidad y el hospital general del Virgen de las Nieves. El objetivo es el mismo: quemar los demonios que llevan dentro con litros de rebujito. «Toca dejar la pandemia en un segundo plano y divertirse, que es Corpus», comenta Toñi Ballesteros, la 'jefa'. Por la mesa no falta el jamón del bueno, queso, vasos. Muchos vasos. El mal se ahoga entre tanta buena gente.

Después de padecer fallecimientos ajenos como propios, después de ver a colegas caer en plena lucha, después de no ver la luz, por fin se acabó el túnel. Es feria y se celebra por todo lo alto. A la manera de todos los sanitarios.