Ángeles Peñalver
Viernes, 20 de junio 2014, 02:00
El aeropuerto de Granada no acostumbra a recibir en vuelos privados a multimillonarios planetarios como Antonio del Valle, el patriarca de una estirpe de banqueros y de la industria petroquímica mundial que posee 3.600 millones de euros, según la revista 'Forbes'. En México, su país de origen, llaman 'el Emperador' a este empresario de 75 años. Pero los magnates también sacan tiempo para el ocio y para conmoverse.
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«José Tomás emociona. Es el mejor», dijo el riquísimo señor nada más bajarse de su avión privado. Se hacía acompañar, entre otros, de Eugenio Clariond, empresario azteca que domina parte del negocio mundial de las escaleras de aluminio, y de José Graña, el principal constructor de Perú.
Tal fue el revuelo que se armó en el aeródromo, que personal de tierra se tuvo que desplazar desde Málaga a la capital de la Alhambra para controlar la llegada de los vuelos privados. «Esto no es normal aquí», reconocían en algunas oficinas del recinto aéreo.
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