Ramón L. Pérez, José María González Molero, Juan Ortiz, Rafael Lentisco, Pepe Villoslada y Fermín Rodríguez 'seis fotógrafos, seis', pregoneros de la Feria Taurina del Corpus 2015

«Lo que se ve en la fotografía taurina es real, no hay pose»

Por primera vez en la historia, seis fotógrafos de la tierra, Ramón L. Pérez, José María González Molero, Juan Ortiz, Rafael Lentisco, Pepe Villoslada y Fermín Rodríguez, serán los encargados de inaugurar mañana, jueves, la Feria del Corpus con el tradicional pregón taurino

MARÍA DOLORES MARTÍNEZ

Miércoles, 27 de mayo 2015, 00:26

Es la gran novedad de este Corpus y de todos los anteriores. El poder de la palabra cederá su puesto al de la imagen, encargada en este caso de pregonar la Feria taurina de Granada 2015 a través de una proyección audiovisual en la que estos grandes de la fotografía mostrarán toda la belleza, la fuerza y la riqueza de matices de una tarde de toros.

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Ramón L. Pérez, jefe de fotografía de este medio, se siente agradecido y orgulloso del reconocimiento que se hace a su profesión con el pregón de este año. «Es muy importante porque el pregón taurino nunca había sido gráfico, solo literario, pero tengo que confesar que cuando mi compañero Francisco Martínez Perea me expuso su idea lo primero que pensé fue ¿qué pinto yo en el pregón? Lo que sí tuve claro desde un principio era que tenía que compartir ese honor junto a otros compañeros». Incluso, de la competencia, lo que representa un ejemplo más de la buena relación y armonía que existe en este gremio. «El secreto -explica- es que somos fotógrafos en el fondo y nos gusta lo mismo. Nuestro común denominador es la imagen y el hecho de que un compañero esté en un medio u otro o sea freelance nos da igual. Somos amigos y eso es también importante».

El audiovisual que podrá disfrutarse en el patio del Ayuntamiento es fruto de muchas horas de trabajo y de una cuidadosa selección de fotografías en color y en blanco y negro. «Hemos escogido 350 fotografías. Aunque parece que son muchas y el audiovisual dure casi 17 minutos, el tiempo pasa volando. El criterio ha sido la imagen por encima de todo. Hemos puesto música y, sobre ella, hemos montado las fotografías. No todas las fotografías duran lo mismo en la proyección para que lleven el ritmo de la música. Lo impactante es que parece que están bailando con ella».

La taurina es, en su opinión, una fotografía muy especial, que «tiene de particularidad, entre otras cosas, que lo que estás viendo es real. Los protagonistas de la escena no están pendientes del fotógrafo, sino concentrados en lo suyo y en hacerlo bien, con lo cual no hay pose y son ellos mismos. La única suerte es estar en el sitio apropiado en el momento preciso y que sucedan las cosas delante de ti».

Aunque joven, Ramón L. Pérez atesora ya una dilatada y contrastada trayectoria, en la que la irrupción de las nuevas tecnologías ha supuesto para él un salto de calidad en su trabajo y una mayor rapidez en el caso de la fotografía taurina, a la que califica de «muy sacrificada. Son dos horas y media con el ojo pegado a la cámara porque en cualquier instante puede pasar algo. Eso supone que disparas muchísimas fotografías y ráfagas y tienes que escoger la buena, en la que el toro y el torero estén en sintonía. Antes era un suplicio revelar los carretes, pero con el digital puedes editar mejor en pantalla».

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El «pellizco interior»

Otros dos compañeros y grandes profesionales de esta casa, Juan Ortiz y José María González Molero, han vivido también esa particular transición hacia la nueva era digital, además de ser testigos privilegiados de importantes acontecimientos en la historia de nuestra plaza. Pero por encima de nombres y tardes concretas, Juan Ortíz se queda con ese «pellizco interior tan fuerte que se siente, como fotógrafo, al estar cerca de la lidia». «Con las nuevas cámaras -añade- la fotografía es ahora más brillante y luminosa y al no tener que estar tan preocupado por la parte técnica, la fotografía es más espontánea». No obstante, y tras revisar las fotos en blanco y negro que ha aportado para el pregón reconoce que se queda «con el romanticismo que tenían».

González Molero, otro joven-veterano con más de treinta años de profesión, se lamenta de no hacer tanta fotografía taurina como quisiera. «Me gusta -reconoce- la pasión y los sentimientos que se viven en la plaza y esos aficionados que muestran respeto hacia el toro y la persona, porque en el toreo, como pasa con el fútbol, todo el mundo sabe de todo». También saborea a través del objetivo ese momento único «en el que el torero domina por completo al toro, se olvida de sí mismo y lo transmite a la plaza. He visto a toreros que parecían como si estuvieran en trance o levitaran».

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A sus 78 años el topógrafo-fotógrafo Rafael Lentisco -como le gusta denominarse- es el integrante con más solera y salero de este grupo y el autor de las fotos de ambiente que podrán disfrutarse en el pregón. Una especialidad, entre las otras muchas que tiene, que domina a la perfección tras ganarse el cariño de los aficionados a los toros y de otros sectores por su autenticidad, simpatía y generosidad. Sigue siendo un romántico del toreo al que se le «ponen los pelos de punta cuando oigo los clarines» porque «no hay nada más bonito en el mundo» y al igual que la estampa antigua del maletilla, que tanto le gusta, su vitalidad e ilusión no tienen fin. Para él, el atractivo del pregón de este año es que por vez primera, «hablarán los hechos y no las palabras».

Bonita y difícil

Pepe Villoslada y Fermín Rodríguez, representan a esa nueva generación de fotógrafos que «vienen pisando fuerte y tienen una gran preparación», en palabras de Juan Ortiz. Por su parte, Pepe Villoslada, fotógrafo en 'Granada Hoy' que es también del Diario As y freelance, califica a sus compañeros de pregón de «hermanos mayores» porque la «progresión en esta profesión está muy ligada a la relación que mantienes con los compañeros. Que los fotógrafos más veteranos te respalden, hablen bien de ti, cuenten contigo y te ayuden es muy importante. Aunque no se declara taurino, los toros son "una fecha señalada y pongo mucho empeño para estar al máximo nivel, ganarme el respeto y transmitir la emoción que se vive en la plaza. Cuando nos juntamos los compañeros somos como una familia, nos divertimos mucho trabajando y nos reímos. Se aprende mucho de fotógrafos como Lentisco, Juan, José María o Ramón, y, además, estar con ellos hace que se abran puertas y conozcas a mucha gente».

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Fermín Rodríguez, fotógrafo del Granada C.F y de Covirán- Fundación C.B Granada, vive días especialmente emotivos por la permanencia de su equipo en Primera División y su condición de pregonero taurino. «Que te llamen para hacer un pregón sobre fotografía es algo que te sube la moral. Es un tipo de fotografía bonita y difícil. En ella los toros no llevan balón, pero hay también mucha acción y movimiento y hay que saber jugar con las composiciones de luces y sombras».

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