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José Tomás regresa a la Monumental del Frascuelo, una de sus plazas predilectas. El de Galapagar se vestirá de luces el próximo 22 de junio en el que será, sin duda alguna, el cartel más esperado ya no solo del Corpus, sino del verano.
La relación de José Tomás con la capital de la Alhambra viene de lejos. Su última aparición en el coso granadino data de hace 5 años. El 19 de junio de 2014 el popular diestro cortó tres orejas con las que abrió la puerta grande, acompañado por Rafael Cerro. Fue una actuación plagada de épica, como acostumbra el madrileño, en la que tampoco faltó una dramática cogida.
Francisco Martínez Perea relataba así en Ideal ese «espeluznante» momento: «Quedó el madrileño inerte sobre el albero y se temió lo peor. La impresión primera era que tenía una cornada en el costado y que la gravedad podía ser extrema. Los minutos se hicieron eternos hasta que un ruidoso murmullo confirmó lo que nadie podía ni imaginar y todos deseaban: José Tomás, pálido y maltrecho, salía de la enfermería para despachar al toro».
El de 2014 fue el último paseíllo de José Tomás en Granada. Antes ya había desmotrado su condición de figura del toreo con creces en nuestra ciudad. El 7 de junio de 1996 lo hizo nada más alcanzar el máximo escalafón en la profesión. «Su toreo no se parece a ninguno», rezaba la crónica de Perea para Ideal el día posterior, «a poco que sea capaz de reeditar actuaciones tan convincentes como esta, el joven espada puede formar parte muy pronto de ese grupo especial de figuras con mando en plaza», añadía. No le faltaba razón.
El año siguiente volvió a Granada para abrir de nuevo la puerta grande, al igual que lo hizo en el 98, cortando dos orejas pese a un segundo toro que impidió «una apoteosis aún mayor». El 23 de junio del año 2000 tuvo lugar su siguiente visita a la Monumental. Aquel año cortó tres orejas con su «toreo bueno, despacioso, templadísimo, de puro sentimiento, todo él en terrenos prohibitivos». Y en 2001 apareció por partida doble en el coso de Doctor Olóriz, ofreciendo a la grada dos orejas en cada una de las veces.
En 2002, José Tomás acabó en la enfermería de la Monumental debido a otra cogida y sólo pudo matar a su primer toro, pero concluyó con dos orejas. Su retorno a Granada fue en 2008, cuando cortó tres orejas y un rabo en la tarde del 23 de mayo. Tal y como escribió Perea en Ideal aquella fue conocida como una tarde «para la historia». Una de tantas.
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