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El incendio mortal de Granada en el que no se encontró al culpable

Murió una vecina, hubo una treintena de heridos y unas veinticinco viviendas quedaron destruidas, pero se archivó el caso por falta de pruebas. Los afectados, frustrados por no haberse depurado responsabilidades, han revivido el infierno con el caso de Valencia

Laura Velasco

Granada

Domingo, 17 de marzo 2024, 00:28

Pepe no pudo dormir durante varios días después de ver las imágenes del devastador incendio de Valencia. A varios vecinos les ocurrió lo mismo. La agresividad de las llamas, los vecinos suplicando auxilio, los bomberos jugándose la vida. La escena era la misma que la que vivieron años atrás, concretamente en 2017, cuando el fuego iniciado en el edificio situado en la calle San Juan de Letrán, número 3, provocó la muerte de una vecina, una treintena de heridos y unas veinticinco viviendas destruidas. No hubo pruebas suficientes para juzgar al principal sospechoso, un argentino que no llegó a estar detenido, solo fue investigado. Los afectados volvieron poco a poco a la normalidad, pero con la frustración de que no se haya hecho justicia.

El fuego comenzó en la primera planta y afectó sobre todo a la segunda, tercera y cuarta. El edificio estaba forrado de duelas de madera barnizada, lo que provocó que se propagase con tanta virulencia y rapidez. La fallecida, una mujer de 76 años, trató de refugiarse en el baño con toallas húmedas. Treinta y dos personas, tres de ellas menores, fueron evacuadas a centros hospitalarios por inhalación de humo. La que peor parte se llevó fue una vecina de avanzada edad que sufrió severas quemaduras por las que tuvo que ser intervenida en diversas ocasiones. Un bombero también resultó herido.

Lugar del incendio

San Juan de Letrán, 3

Lugar del incendio

San Juan de Letrán, 3

Lugar del incendio

San Juan de Letrán, 3

Lugar del incendio

San Juan de Letrán, 3

Los residentes no pudieron entrar a sus casas hasta una semana después, cuando el Ayuntamiento repartió una o dos cajas a cada familia para que recogieran objetos de valor y pequeñas pertenencias de primera necesidad. Ahí comenzaba una doble lucha: buscar un lugar en el que hospedarse y comenzar la guerra con las aseguradoras.

El fuego causó severos destrozos en el edificio.

Estado actual del edificio

Fotos: Ramón L. Pérez

El fuego causó severos destrozos en el edificio.

Estado actual del edificio

Fotos: Ramón L. Pérez

El fuego causó severos destrozos en el edificio.

Estado actual del edificio

Fotos: Ramón L. Pérez

El fuego causó severos destrozos en el edificio.

Estado actual del edificio

Fotos: Ramón L. Pérez

Sospechoso principal

Siempre hubo un sospechoso principal, un hombre argentino que, según la principal hipótesis, había prendido fuego a la puerta de un bufete de abogados situado en la primera planta, en el piso B. La letrada de este despacho le llevaba un asunto vinculado con extranjería y, al parecer, el cliente estaba en desacuerdo con ella. Tras el incendio, el bufete nunca volvió a tener su sede en este edificio.

Las cámaras de seguridad grabaron el instante en que un individuo manipuló la cerradura para garantizar su posterior acceso nocturno, así como el momento en que se introdujo, ya de madrugada, en el portal, cubriendo su cabeza con la capucha de una sudadera y portando una bolsa. En ella llevaba la gasolina que empleó para provocar el incendio, según recogió en su informe la Policía Científica. La Policía distribuyó un trozo del vídeo y solicitó ayuda ciudadana para localizar a la persona que aparece en la imagen.

La Policía difundió dos vídeos de la cámara de seguridad situada en el portal en la que se observa al presunto autor

El hombre que aparece en el vídeo llevaba gasolina en la bolsa.

El sujeto pudo entrar por la noche al edificio gracias a que horas antes había colocado una pieza de masilla en la cerradura.

La Policía difundió dos vídeos de la cámara de seguridad situada en el portal en la que se observa al presunto autor

El hombre que aparece en el vídeo llevaba gasolina en la bolsa.

El sujeto pudo entrar por la noche al edificio gracias a que horas antes había colocado una pieza de masilla en la cerradura.

La Policía difundió dos vídeos de la cámara de seguridad situada en el portal en la que se observa al presunto autor

El hombre que aparece en el vídeo llevaba gasolina en la bolsa.

El sujeto pudo entrar por la noche al edificio gracias a que horas antes había colocado una pieza de masilla en la cerradura.

La Policía difundió dos vídeos de la cámara de seguridad situada en el portal en la que se observa al presunto autor

El hombre que aparece en el vídeo llevaba gasolina en la bolsa.

El sujeto pudo entrar por la noche al edificio gracias a que horas antes había colocado una pieza de masilla en la cerradura.

Había varios indicios que apuntaban a que el autor del fuego era el principal sospechoso. Sin embargo, las pruebas no fueron suficientes, según fuentes cercanas a la investigación consultadas por este periódico. El autor fue lo suficientemente hábil como para que no se le pudiera ubicar en el lugar de los hechos. No se pudo demostrar que estaba allí, pese a que todo señalaba a que había prendido fuego a modo de revancha y se le fue de las manos. El Juzgado de Instrucción número 4 de Granada acordó el sobreseimiento provisional de las diligencias, sin descartar la reapertura si hubiera nuevas líneas de investigación que fructifiquen.

«Nos frustra saber que no pagó»

Pepe estuvo días sin poder conciliar el sueño cuando se enteró del incendio de Valencia. Como conserje del edificio afectado, revivió aquel fatídico día. «Varios vecinos me llamaron, decían que se acordaban de mí dando voces, entrando, abriendo por el patio para que entraran los bomberos… Eso no se olvida», explica. Como el resto del vecindario, tiene la espinita de que no se hiciera justicia. «El señor que provocó este desastre está por ahí, tan contento. Nos frustra saber que no pagó por lo que hizo», lamenta.

Antes del suceso, Pepe solía visitar a diario a una vecina que vivía sola. Fue la mujer que sufrió las quemaduras más graves. «Llevaba aquí toda la vida y vi como la sacaban por la ventana», recuerda. Pasó multitud de veces por quirófano y falleció por otras causas con más de noventa años. Por otra parte, el marido de la fallecida siguió después viviendo en el piso. Murió hace un tiempo. A día de hoy, las persianas están bajadas y un cartel anuncia que la vivienda está a la venta.

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