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Operarios trabajan en una de las cubiertas, ya desarmadas, que se encuentran sobre las estancias de lo que fue el Museo Nacional de Arte Hispano Musulmán hasta 1995. PEPE MARÍN

Patrimonio de Granada

Las 30.000 tejas del Mexuar de la Alhambra

La Alhambra acomete, con un espectacular andamio de 3.000 metros cúbicos de hierro, la restauración de las cubiertas del palacio donde el sultán Muhammad V impartía justicia

Jorge Pastor

Granada

Lunes, 31 de marzo 2025, 00:02

La Alhambra es una de las maravillas del mundo. Y, como tal, todos los trabajos que se realizan en ella, desde la sustitución de un sillar desgastado a la restauración de sus tejados, despiertan un interés inusitado. Vamos con lo segundo, la restauración de los tejados. Si usted tiene la sana costumbre de caminar por el Paseo de los Tristes, habrá observado que desde finales de año ha emergido un impresionante andamio. Un armazón de 3.000 metros cúbicos de metal desde el que una decena de operarios están acometiendo el arreglo integral de los tejados del Mexuar, el palacio donde el sultán Muhammad V impartió justicia entre 1362 y 1391. Un proyecto, con un presupuesto de dos millones de euros –dinero procedente de los propios ingresos generados por la Alhambra–, que se inició a mediados de septiembre, que se prolongará durante dos años y que supondrá la retirada de 30.000 tejas una por una, de forma completamente manual.

Porque, como asegura el arquitecto conservador de la Alhambra, Antonio Peral, la máxima de esta actuación, que se está realizando con una precisión quirúrgica, es que cualquiera de los materiales que presenten un estado de conservación óptimo se reutilicen. No es cuestión de economizar –con la Alhambra no se escatima–, sino de respetar todos los valores de un monumento único en el mundo.

Maraña de hierros del andamio. JORGE PASTOR

Pero la dificultad no queda solo aquí. En ningún momento se suspenderá la visita pública del Mexuar, por el que seguirán pasando ocho mil personas todos los días. «Esto nos ha obligado a 'atacar' desde la colina de la Alhambra y organizar toda la operativa de manera que la gente no sufra ningún tipo de molestia, hasta el punto de que las actividades que producen más ruido se llevan a cabo cuando el recinto está cerrado», dicePeral, quien destaca que, para dignificar al máximo el acceso al Mexuar, se ha habilitado una especie de pórtico de madera detrás del cual, invisible, están los pies de los andamios.

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Según Antonio Jesús Fernández, director técnico de Calderón, la empresa jienense que se ha adjudicado el contrato, esta enorme estructura de hierro permite realizar todos los acarreos desde el Rey Chico hasta la última plataforma sin necesidad de penetatrar en ningún momento a la Alhambra, superando un desnivel de ciento setenta metros. Para ello, además del tránsito por unas escaleras laberínticas, se han instalado dos montacargas. Un despliegue logístico que ha requerido su tiempo.

Datos

  • 1929 La última gran intervención en los tejados del Mexuar data de 1929 a cargo de Torres Balbás. Hubo actuaciones posteriores de conservación en 1965, 1971 y 1973.

  • 750 El proyecto que se está acometiendo ahora, que se prolongará durante dos años, afecta a un perímetro de cubiertas de 750 metros.

«Hemos necesitado tres meses de preparativos para retirar la primera teja», afirmaPeral, quien añade que estamos ante una inversión muy necesaria para la Alhambra. Unas primeras catas realizadas en 2017 ya corroboraban muchas de las 'enfermedades' del Mexuar que se intuían por la pura caducidad de elementos como las vigas, fabricadas en su día con madera de chopo o de derribos de otras construcciones. 'Palos' que se colocaron en 1929, con Torres Balbás en la dirección de la Alhambra. Ha pasado un siglo desde entonces, si bien es cierto que están documentadas intervenciones posteriores de conservación en los años 1965, 1971 y 1973, todas bajo los designios de Prieto Moreno.

Placeta habilitada a 150 metros de altura para la colocación del material desmontado. PEPE MARÍN

A estos problemas de inconsistencia, hay que sumar otros no menos importantes. La filtración de las aguas pluviales ha facilitado que se pudran algunos de los travesaños, que serán sustituidos por otros nuevos de abeto laminados encolados –similares a los que se han colocado en la torre de la Catedral–. Además se han detectado colonias de hongos que coadyuvan a la corrupción de los leños.

Armaduras

Diego Garzón, arquitecto director de la obra, explica que el proyecto fue redactado en 2012 por el estudio de Pedro Salmerón, tomando como base un análisis de quince armaduras que describen un perímetro de 750 metros. «Al descubrir –comenta Garzón– hemos podido examinar el estado de los apoyos, y hemos elaborado estrategias para proteger, por ejemplo, las cabezas de los muros, que son de época nazarí».

«Hemos planteado la intervención para que no se interrumpa en ningún momento la visita pública»

Antonio Peral

Arquitecto de la Alhambra

Decisiones sobrevenidas que se suman a todas las que se adoptaron tras el pormenorizado diagnóstico realizado por la oficina de Pedro Salmerón. Entre las técnicas utilizadas, mapas elaborados con escáner de barrido de nube de puntos que facilitan datos cien por cien fiables de las volumetrías. También se acometieron pruebas biológicas para conocer el deterioro de las maderas y se efectuó un estudio histórico para saber todas las rehabilitaciones precedentes y su intensidad.

Francisco Campos, que comparte con Diego Garzón la dirección facultativa, afirma que «todo lo que se haga en la Alhambra es vanguardia». «Tenemos una enorme responsabilidad», confiesa Campos, quien resalta que todos los procedimientos que se están implementando ahora en la Alhambra han sido ya testados con éxito. «La restauración científica tiene más de cien años, pero a lo largo de todo este periodo ha seguido evolucionando», aclara.Unos progresos que ahora se están aplicando a la Alhambra.

«Hemos elaborado estrategias para proteger las cabezas de los muros, que son de la época nazarí»

Diego Garzón

Director de la obra

El Mexuar debe su nombre al término árabe Maswar, que era el lugar donde se reunía la Sura o el Consejo de Ministros.También era el espacio donde el rey dictaba sentencia. Según la información facilitada por la propia Alhambra, esta estancia debió de pertenecer a una estructura anterior a los palacios de Comares y de los Leones que probablemente fue erigida durante el sultanato de Ismail I, entre 1324 y 1325. Desde entonces el Mexuar ha sufrido múltiples transformaciones.

El andamio permite el acceso a cualquiera de las cubiertas del Mexuar y el Cuarto Dorado. PEPE MARÍN

Por lo pronto, la decoración fue adaptada por Yusuf I entre 1333 y 1354 y por Muhammad V durante su segundo mandato, entre 1362 y 1391. «Originalmente tenía un cuerpo central de linterna que le servía de iluminación cenital y de la que solo subsisten las cuatro columnas y sus entablamentos», explican desde la Alhambra. En el siglo XVI se añade una planta superior y se adapta como capilla.

Armazón de una de las cubiertas. PEPE MARÍN

Destaca el friso epigráfico de yesería que discurre por encima del zócalo alicatado. Procedente del desaparecido Pórtico del Patio de Machuca, se puso en el Mexuar por artesanos moriscos, en vez de las típicas almenillas, con una clara intención simbólica: «El Reino es de Dios. La fuerza es de Dios. La Gloria es de Dios». Esta inscripción venía a reemplazar a las jaculatorias cristianas: «Christus regnat. Christus vincit. Christus imperat».

Vistas desde lo alto del andamio. PEPE MARÍN

En la Alhambra, además de la mezquita principal, existían varios oratorios pequeños para uso de la realeza. ElMexuar fue uno de ellos. Las ventanas permitían al creyente, sentado en el suelo y con el brazo apoyado en el alféizar, divisar el paisaje y meditar sobre la grandeza de la naturaleza y la creación divina. La explosión de un polvorín en 1590 arruinó toda la estancia, que fue restaurada en 1917. Las inscripciones contienen una cita del Corán y laudatorios de Muhammad V. Entre ellas se lee: «Ven a la oración. No seas de los negligentes».

La Alhambra del presente sienta las bases de la Alhambra del futuro. Hay mucho en juego.

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