Eva entra en Comic Stores, en Plaza Menorca, y se acerca a la caja. «Disculpe. Quiero comprar un manga del que me han hablado, 'Berserk'». Ester Bonelli, dependienta, le dice que claro que sí, que lo tienen, que le acompañe al pasillo de enfrente. ... Dos metros más allá, Eva se distrae husmeando la infinidad de títulos que se reparten por los estantes. «¿Qué me recomienda?», pregunta la joven. Ester coge aire y le cuenta de las múltiples aventuras que le están esperando. Unos minutos más tarde, Eva se planta en la caja con cinco mangas y ni un euro en el bolsillo. «Con el Bono cultural, por favor», sonríe. «Por supuesto», responde la librera.
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Hay 5.999 jóvenes que, como Eva, solicitaron en 2022 el Bono Cultural Joven en Granada. Ya saben, el bono es una suerte de tarjeta de crédito, que se puede emplear tanto física como digitalmente, que ofrece 400 euros para adquirir y disfrutar productos y actividades culturales a quienes cumplen 18 años: libros, cómics, discos de música, entradas de cine, conciertos, teatro... Esos 5.999 nuevos adultos de Granada suponen el 62,8% de los posibles perceptores del bono, es decir, del total de 9.545 jóvenes que soplaron 18 velas en Granada en 2022.
El resultado, por tanto, es que el bono ha inyectado en el sector cultural de Granada un total de 2.399.600 euros.
En Granada hay 77 empresas adheridas al Bono Cultural Joven. Tiendas como Comic Stores. «Se usa muchísimo, todos los días. En lo que más, con diferencia, el manga», relata Bonelli. «La mayoría viene en busca de series completas o se llevan muchos números o picotean... Pero también hay bastantes jóvenes que vienen sin tener ni idea, que quieren probar y piden recomendaciones. Y luego vuelven. La verdad es que como método para fomentar la lectura ha sido estupendo», subraya.
Daniel Ramírez, en Picasso Cómics, vive una experiencia muy parecida: «Funciona muy bien y casi todo, diría que el 90% del bono, se gasta en manga. Suelen hacer dos o tres compras grandes y completan colecciones». Gran parte del Bono Cultural, efectivamente, va destinado al papel en sus distintas vertientes. Mercedes López, de Librería Picasso, habla de un gasto continuo «en todo tipo de géneros, desde narrativa hasta ensayo de arte o historia». En la librería El tiempo perdido, Lara Palancar confiesa su sorpresa: «Se usa todos los días mucho más de lo que pensamos. Y se usa en todo, no sé, Virginia Woolf por ejemplo se vende muchísimo».
Los 400 euros del Bono Cultural Joven se pueden dividir en tres partes: 200 euros para artes en vivo, patrimonio cultural y artes audiovisuales;por ejemplo, entradas y abonos para artes escénicas, música en directo, cine, museos, bibliotecas, exposiciones y festivales escénicos, literarios, musicales o audiovisuales. 100 euros para consumo digital o en línea, por ejemplo, suscripciones y alquileres a plataformas musicales, de lectura o audiolectura, suscripciones digitales... Y, los últimos 100 euros, para productos culturales en soporte físico: libros, revistas, prensa y, también, videojuegos, vinilos y cedés.
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Aunque no hay datos oficiales, todo apunta a que los videojuegos son uno de los grandes triunfadores del bono. Daniel García, dependiente en Game, asegura que se usa continuamente, «tanto en juegos nuevos como en seminuevos». «Lo que más se vende son las novedades, juegos como 'God of War', 'Fifa', 'Resident Evil'... No hay una cifra exacta, pero suponiendo un gasto medio que va de los 50 a los 100 euros, debe rondar unos 5.000 euros a la semana».
Entre las 77 empresas asociadas, Discos Bora-Bora es la única dedicada exclusivamente a la música. «¡Funciona muy bien!», exclama Víctor Pavo, dependiente del local. «Los chavales están encantados y nosotros también. A veces nos preguntan si los discos entran en el bono y les decimos ¡claro, es cultura!». Según Pavo, el Bono Cultural se usa todos los días, principalmente en discos de vinilo. «Es genial porque la mitad de los jóvenes vienen buscando novedades tipo Lana del Rey, Daft Punk o grupos de Granada, como Lori Meyers o los Niños Mutantes. Pero la otra mitad viene buscando el rock de toda la vida y se llevan a Queen o a Jimmy Hendrix. Es fantástico. ¿Cedés? De eso ya no».
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En el apartado de actividades culturales, la mayoría de establecimientos no saben cuántas de las entradas que venden son por bonos culturales porque, claro, se suelen adquirir por Internet. Recordemos que el bono funciona como una tarjeta de crédito y no lleva ningún marcaje especial para las empresas. Sin embargo, Carlos Aguado, responsable de los cines Megarama, habla de una «muy buena experiencia» y de que, según le transmiten los taquilleros, «hay muchos bonos jóvenes todos los fines de semana». Algo parecido sucede en el Teatro CajaGranada, por ejemplo, donde tienen constancia de que se usan los bonos por los comentarios de los visitantes, pero no pueden afinar ninguna cifra concreta. Al otro lado, en el Tablao Flamenco La Alborea, incluido en la lista, indican que la repercusión ha sido «mínima», «entre otras razones, porque el 70% de nuestros clientes son extranjeros».
El plazo para solicitar el Bono Cultural de 2023 todavía no se ha abierto y, si todo sigue su cauce, se abrirá entre julio y octubre, para los jóvenes que cumplan los 18 este año. Entre las novedades de este curso, el bono se podrá usar también para comprar entradas del Festival Internacional de Música y Danza. Para ampliar información y consultar el mapa de comercios asociados, pueden visitar https://bonoculturajoven.gob.es/.
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