Edición

Borrar
El equipo del Grupo de Teatro del Colegio de Abogados, antes de salir a escena. RAMÓN L. PÉREZ
Abogados sobre las tablas

Abogados sobre las tablas

Letrados amantes del texto más allá de la ley llevan 15 años en el grupo de teatro del Colegio, entregados a una pasión que tiene mucho de solidaria

Domingo, 24 de noviembre 2024, 00:09

Hacia 2009, un anuncio en el tablón de la sede del Ilustre Colegio de Abogados de Granada comunicó que se ponía en marcha un grupo de teatro al cual se podrían inscribir todos los colegiados que estuvieran interesados en desarrollar una actividad que, en cierta medida –en esto, las series y películas norteamericanas han incidido en la opinión del público– prolonga lo que se vive en una sala de cualquier juzgado, donde cada uno interpreta un papel en pos de obtener la verdad judicial, que no tiene por qué ser, en algunos casos, la verdad a secas. La respuesta fue inmediata, y ya en aquel momento tomó cuerpo un núcleo de aficionados que empezaron a ensayar y a subirse a las tablas juntos, y que aún hoy se mantiene. Tres lustros después, el grupo decidió celebrarlo representando una suerte de 'Grandes éxitos' en el Teatro Isabel la Católica, una serie de cinco obras cortas nunca estrenadas en el coliseo de la Acera del Casino. Tras la 'première', la moverán durante un año por el circuito habitual de teatros y salas donde actúan, mientras preparan la siguiente.

Sacra Montalvo, penalista, ejerce como regidora en la tarde en que IDEAL visita al grupo. Es integrante fundadora, y destaca que todos se llevan de maravilla. Amante del teatro clásico, reconoce que el público demanda comedia costumbrista, sobre todo siglos XIX y XX. «Además de lo artístico, tenemos una motivación extra, que es ayudar a los demás. Trabajamos sin cobrar y dedicamos nuestra recaudación a diversas causas benéficas», comenta. No ha visto, afirma, ninguna película, obra de teatro ni serie fiel a lo que realmente ocurre en un juicio. «Con todo, pienso que el público se aburriría viendo el trabajo que hay detrás de cualquier pleito, cómo lo preparamos, lo que estudiamos...». Este es un elemento común a ambas esferas: el estudio. Y la improvisación: «A veces, un testigo te da una respuesta que no esperas, y debes construir el discurso sobre la marcha...», dice Montalvo, con una sonrisa.

Dos de los actores repasan su texto en el escenario. R. L. P.

Alejandro Sanz tiene el corazón 'partío' entre la esfera civil y penal, aunque se ocupa más del Derecho de Familia. Llegó al grupo relativamente joven, y este ha sido una gran escuela para él, también en lo profesional, ya que ha recibido buenos consejos de sus compañeros de escenario. «El teatro me ayuda a interpretar en las salas, porque tras 15 años he conseguido mejorar la forma de expresarme, la dicción, el proyectar la voz, hablar con tranquilidad, vocalizar... Aquí adquirimos herramientas muy interesantes», comenta. Como regidor, sabe lo difícil que es poner a 15 abogados de acuerdo. «Todos hablamos, hablamos, y no dejamos de hablar. Conseguir que se callen es una tarea complicada a veces», dice con humor. Fue el protagonista en 'Crimen contra reloj', que fue el primer montaje del grupo, cuando eran apenas siete integrantes. Hoy son casi 30, entre actores y técnicos. «Hemos creado una gran familia».

Complejidad

Luis Gómez Quesada, quien se mueve normalmente en los juzgados de Familia, es hoy el coordinador del grupo, y lleva desde 2011 en su seno. La obra que más trabajo les costó montar fue 'La venganza de Don Mendo', por la gran cantidad de actores precisos y la propia complejidad del verso. «Hicimos una gira bastante amplia, con mucho éxito, pero fue complejo mover a tantos actores y técnicos, con todo su atrezzo, por toda Andalucía», recuerda. La compañía ha actuado ya en Córdoba, Jaén, Almería, Cádiz, Málaga y Granada, siempre con muy buena acogida, afirma Gómez. Incluso actuaron en el Centro Penitenciario de Albolote, algo que, recuerda el coordinador, «fue muy sorprendente. Llevábamos espadas de pega, y no pudimos meterlas. Luego, los internos nos prestaban atención a ratos, pero fue interesante; incluso alguno de ellos había sido defendido por alguno de los actores».

Irene Rodríguez es abogada civilista. Cuando le dijo a su familia que iba a ser actriz, le respondieron que le venía que ni pintado. «Soy muy extrovertida», comenta. Sobre si le gusta hacer más de buena o de mala, señala que tiene algunos roles pérfidos estupendos. «En la primera obra que interpretamos, 'Crimen contra reloj', hacía la mala, la señora Hawkins. Era la que daba los tiros y ponía las bombas», afirma, divertida. En la sala, los únicos tiros que da son verbales. «Hay juicios que se vuelven muy duros, pero en el fondo, siempre sabes que no es nada personal, son negocios, como decían en 'El padrino'». Rodríguez estuvo presente en la fundación de la compañía, y afirma que esta «ha madurado muchísimo; hemos mejorado en todos los aspectos, en la interpretación, en la cohesión... Cada vez disfrutamos más con lo que hacemos». En cuanto a los nervios, dice que nunca los tiene, ni en el juzgado ni entre bambalinas antes de salir a actuar.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Abogados sobre las tablas