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Parte del plano original, reconstruido con la técnica del 'collage'. ARCHIVO INVESTIGACIÓN
La Alhambra que Carlos V visitó, en su primer plano del siglo XVI

La Alhambra que Carlos V visitó, en su primer plano del siglo XVI

El profesor granadino Antonio Gámiz y el jienense Antonio Jesús García aportan detalles sobre la vida privada del monarca en Granada

Domingo, 29 de diciembre 2024, 00:01

En 1526, durante su luna de miel en Granada, el emperador Carlos V decidió construir un palacio junto a los palacios nazaríes de la Alhambra. Para ello, se dibujó una traza de gran tamaño datada hacia 1532 –conocida como la 'planta grande' y conservada en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid– con una propuesta de implantación del nuevo edificio renacentista en su entorno medieval.

Esta traza anónima ha despertado bastante interés historiográfico, pero carecía de un estudio sobre aspectos gráficos que son imprescindibles para su adecuada comprensión y que por primera vez han sido analizados en un reciente artículo científico de dos arquitectos y profesores: el granadino de Huétor Tájar Antonio Gámiz Gordo y Antonio Jesús García Ortega, nacido en Jaén. Ambos son docentes de Dibujo en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Sevilla y en 2024 han publicado su trabajo de investigación en una prestigiosa revista internacional de acceso gratuito, Built Heritage,

En la traza aparece dibujado un palacio cuadrado con un patio circular y unas plazas porticadas al sur y el oeste. También se representaron el recinto fortificado de la Alcazaba, diversas torres, tramos de murallas, así como el palacio de Comares y el palacio de los Leones. Junto al nuevo palacio, al este, quedó en blanco el lugar ocupado por la mezquita, entonces usada como iglesia. Tampoco se dibujó la parte oriental de la ciudadela o medina, donde se ubicaban otros palacios y edificaciones nazaríes.

Los profesores Antonio Jesús García y Antonio Gámiez, ante el plano. IDEAL

«Este gran plano es la representación gráfica más antigua e importante que se conoce de la ciudadela de la Alhambra», dicen los investigadores. En él se ilustran numerosos detalles del conjunto monumental en aquella época, facilitando la comprensión de sus transformaciones posteriores. Fue descubierto en 1912 y desde entonces ha sido reproducido a tamaño reducido, impidiendo el análisis de pormenores gráficos ahora analizados: ensamblaje del papel, técnica del dibujo, sistema de representación, metrología, escala gráfica, acotación y rotulación. Así pues, el objetivo central de esta investigación ha sido el análisis de sus principales características gráficas. Para ello se han tomado como referencia comparativa algunos de los más importantes dibujos de aquel tiempo en Europa, resultando de especial interés –entre otros– la consulta de los amplios fondos disponibles en el Gabinetto dei Disegni e delle Stampe de la Galería degli Uffizi en Florencia (Italia).

En cámara acorazada

Por motivos de estricta conservación, la planta grande se custodia en la cámara acorazada de seguridad del Palacio Real de Madrid. Por ello, los autores del estudio expresan su agradecimiento a Patrimonio Nacional, por la posibilidad de examinar en directo el documento original y por la obtención de una nueva digitalización con alta resolución, que ha permitido su exhaustivo análisis.

Para dibujar minuciosamente el amplio entorno arquitectónico comprendido por la planta grande fue necesario usar y ensamblar distintos trozos de papel, que esta investigación ha identificado por primera vez. Hubo un diseño a modo de 'collage' o superposición de fragmentos ya dibujados; un proceso gráfico muy complejo, sin precedentes conocidos en la época, para estudiar la implantación del palacio antes de las obras. Finalmente, el nuevo palacio renacentista y los palacios nazaríes se unieron con un extraño giro, similar al extraño enlace entre los papeles.

Este proceso de diseño resulta fundamental para comprender la realidad actual. Pese a que se considerarían los condicionantes del lugar, el nuevo palacio con sus plazas porticadas se dibujó de forma autónoma y anticipadamente, condicionando su encaje en la ciudadela. Las indefiniciones gráficas de la traza dejaron sin resolver formal y espacialmente el contacto entre el nuevo palacio y los palacios nazaríes. La fachada norte del palacio de Carlos V se desarrolló en tres plantas, cuando parecía concebida para dos y quedaron espacios residuales sin formalizar –aún hoy pendientes de resolver– junto a la actual entrada principal de turistas.

Anotación que indica la Sala de las Dos Hermanas como lugar habitual de comida para el emperador. ARCHIVO INVESTIGACIÓN

Todos los rótulos incluidos parecen dibujados por una misma mano. Estos deben atribuirse a alguien cercano al poder en Granada, pues conocía con precisión los distintos espacios de la Alhambra en los que se alojó la corte imperial en 1526, sus usos y pormenores. Así, por ejemplo, en uno de los rótulos, situado sobre la Sala de las Dos Hermanas en el patio de los Leones, se indicaba el lugar «en el que comía su majestad».

Esta investigación pretende destacar el gran valor de las primeras trazas del palacio más importante del primer Renacimiento español. A su interés arquitectónico y urbano hay que añadir su valor patrimonial como excepcional documento gráfico: «Estamos ante los más importantes planos de arquitectura en la Europa del siglo XVI, cuya comprensión sería incompleta sin los aspectos gráficos ahora analizados. Estas primeras trazas deberían tener una mayor difusión entre los granadinos y turistas que disfrutan del monumento, ya que no las hay iguales», afirman los investigadores.

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