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La maquinaria de las rotativas eran robadas materialmente a sus propietarios para convertir los periódicos en órganos de expresión obreros o republicanos IDEAL
Diarios incautados en la Almería de la Guerra

Diarios incautados en la Almería de la Guerra

Historias de Almería ·

Las organizaciones obreras, sobre todo el Sindicato de Artes Gráficas de UGT, amparados por las autoridades, se apropiaron de todos los diarios de la ciudad

Sábado, 30 de mayo 2020, 23:30

ALMERÍA constituye uno de los más preclaros ejemplos del manejo que, de la prensa, hicieron durante la Guerra Civil tanto los partidos republicanos como los obreros, en algunos casos de forma pacífica y en otros por la vía de la fuerza que, por cierto, costó no pocas vidas de nobles, burgueses, comerciantes, religiosos y políticos conservadores en la provincia.

La provincia almeriense permaneció del lado republicano durante toda la Guerra Civil. El 'modus operandi' de esta estrategia de control de los medios tenía dos vías: por un lado, la potenciación de los periódicos que ya pertenecían a sus organizaciones y, por otro, la incautación del 100% de los que no lo eran.

Fue el Sindicato de Artes Gráficas adscrito a la UGT la organización que más se prodigó en las ilegalidades que terminaban haciéndole propietario de gran número de periódicos de la capital almeriense por la vía de la fuerza.

En alguna ocasión se ha relatado en este espacio el caso de La Crónica Meridional, que ya antes de la guerra había comenzado un proceso de rebelión de parte de sus trabajadores, que terminaron, amparándose en las autoridades republicanas, haciéndose con el control de un periódico que tenía casi un siglo de vida en propiedad de la familia Rueda..

La Crónica dejó de editarse cuando se formalizó la 'cesión', que fue en realidad una toma por la fuerza, por parte de sus obreros, para volver a salir a la calle el 1 de agosto de 1936, ya en guerra, con González de la Torre, que había sido fiel a la propiedad hasta que dejó de serlo, como director; De Burgos como redactor y Albacete Orellana como administrador. El periódico no llegaría al año de vida bajo esa dirección, cuando de la mano de la familia de los Rueda se había convertido en el decano almeriense.

Almería es uno de los ejemplos máximos de cómo republicanos y obreros robaron los periódicos a sus dueños

Los comités obreros tuvieron el dudoso gusto de devolver a Rueda Ferrer, nieto del fundador Rueda López y último director de la familia, las llaves del local y las máquinas, aunque poco después el dirigente socialista Francisco Vizcaíno Vita lo reclamó para editar el periódico extremista y obrero Yunque, en los bajos del Círculo Mercantil, también incautado. Tras la Guerra, Rueda intentó recuperar la maquinaria, pero quienes se lo habían robado, los dirigentes de la UGT, se habían encargado de destrozarlo todo.

Estrategia generalizada

La de La Crónica no fue una incautación oficial como la del resto de diarios, pero terminó igualmente en manos de los comités obreros que controlaban la ciudad en esos primeros compases de la Guerra, apropiándose de las instituciones y ejecutando ilegalmente y sin garantías ni proceso judicial a muchos almerienses.

Algunos de esos ejecutores, fueron luego condenados a muerte tras la guerra y otros lograron huir y exilarse en países como Francia, Rusia, México o Venezuela, convirtiéndose posteriormente, en la Transición, en héroes de la resistencia, cuando en realidad fueron verdaderos asesinos en la retaguardia republicana, desde organizaciones obreras como UGT o el PSOE.

Distinto fue el caso de Diario de Almería, medio que se había ido adaptando a las circunstancias durante décadas y que, durante la Guerra extremó su nuevo carácter republicano, adquirido en 1931.

Tal fue su identificación con la nueva realidad, dominado ya por el Partido Comunista, que en el ámbito periodístico se traducía en la apropiación de medios por parte de los sindicatos, que llegó a publicar que «En breve, Diario de Almería distribuirá entre los camaradas del Partido y entre todos los antifascistas que deseen ayudar a Diario de Almería, unas acciones honoríficas, cuyos ingresos nos permitan ampliar su formato, darle una mayor difusión, mejorar aún la información».

Los comunistas incluso redactaban los contenidos del diario en su sede, que luego llevaba al Diario Ángel López Núñez. Éste, tras la guerra, declararía que fue obligado a tal proceder.

La Voz y La Independencia fueron también periódicos incautados por el Sindicato de Artes Gráficas. Con La Voz se editó ¡Adelante!, conocido como 'Órgano de los Trabajadores', robando todo el material a sus propietarios y ocupando incluso sus oficinas en la calle Méndez Núñez. Al mando figuraba Diego Prado Del Águila. Con el tiempo, el Partido Comunista ganaría influencia en su seno. El caso de este periódico bien merece un artículo propio.

También conviene citar a La Lucha, que ya existía antes de la guerra y que era el órgano de Izquierda Republicana. Fue por ello que no necesitó llevar a cabo ninguna incautación, aunque en su redacción figuraban protagonistas de otras llevadas a cabo en otros medios.

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