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Jiro Yoshikawa posa con la guitarra de bambú en su actual visita a Almería. R. Márquez
«Me gusta tocar ante poca gente, pero que atienda bien»

Jiro Yoshikawa

Guitarra

«Me gusta tocar ante poca gente, pero que atienda bien»

El guitarrista japonés Jiro Yoshikawa vuelve a Almería para donar una guitarra de bambú al Museo Antonio de Torres y dará un concierto en la Peña El Morato el viernes a las 22 horas

David Roth

Almería

Miércoles, 10 de abril 2024

Jiro Yoshikawa nació en Osaka, Japón, en 1951. Es un compositor, concertista y profesor de guitarra de gran reputación en su tierra natal. En 1977 viajó a España para estudiar con el gran maestro granadino, Manuel Cano. Desde entonces, sus visitas en giras y conciertos han sido continuas. También fue amigo del maestro constructor guitarrero de La Cañada, Juan Francisco Salvador Jiménez, bisnieto del almeriense Antonio de Torres, considerado como el padre de la guitarra moderna. Las guitarras de Francisco son las que ha tocado Jiro a lo largo de su carrera. En 2015 donó el primero de los instrumentos elaborados por el artesano al Museo Antonio de Torres. También ha retornado de vez en cuando a suelo almeriense para actuar en la Peña el Morato junto a su compañera y antigua alumna, Hisako Noguchi, haciéndolo por última vez en 2019. Ahora, cuatro años después, vuelve a Almería para donar una nueva guitarra construida con bambú, obra del concertista y luthier Osamu Nakayama, discípulo de Narciso Yepes y también del famoso constructor de guitarras Ramírez. Además, el artista nipón es también conocido haber creado una versión de un instrumento llamado 'guitarpa', a medio camino entre una guitarra y un arpa, que utiliza en sus conciertos. Por último, Hoshikawa tiene programado un concierto en la Peña El Morato el próximo viernes a las 22 horas, de guitarra española y flamenca. Ahora, atiende a IDEAL ALMERÍA para indagar un poco más en su historia con este instrumento de cuerda.

-Juan Francisco Salvador fue la persona que lo unió a Almería en su momento. ¿Cómo y cuándo lo conoció?

-Era amigo de mi maestro, Manuel Cano. Fue en 1982 y nos conocimos en Granada, cuando le estaba llevando la primera guitarra que hizo, que ahora está en el Museo de la Guitarra de Almería. El maestro me dijo: «esta guitarra tienes que tocarla tú». Me la llevé a Japón y es la que he utilizado para grabar y tocar en muchos conciertos.

-¿Se especializa en la guitarra flamenca?

Toco música mía. Básicamente música flamenca y también clásica con un estilo propio. Ahora lo hago con la segunda guitarra que hizo para mí Juan Francisco en 1997. La primera también era muy buena y siempre es algo especial. Pero le pedí algo diferente, que no mejor.

-¿Por qué decidió en 2015 venir aquí a Almería a donar la primera que creó al Museo de la Guitarra? 

-Francisco murió en 2010. Casi todas sus guitarras estaban en Japón y en Almería no había casi ninguna. Pensé que era una guitarra importante y que debía estar en el museo del bisabuelo de Juan, Antonio de Torres, para que todo el mundo pudiera ver la guitarra de Francisco. 

-¿Por qué motivo tiene una colección tan grande de un guitarrero almeriense en Japón?

-No me considero un coleccionista, aunque sí que tuve mucha relación con personas como el maestro (Manuel Cano), que sí que lo era. Tenía 20 guitarras de Antonio Torres y Santos Hernández, entre muchos otros. En mi caso, siempre he comprado mis guitarras a maestros o constructores a los que conozco, nunca de una tienda, y cada vez que venía a España compraba una y cada año tenía más. Al final venía a dar conciertos en Almería, Granada o Córdoba constantemente, siempre con alumnos o con un grupo de acompañantes, y me permitía seguir viniendo y, por tanto, seguir comprando guitarras.

-Ahora retorna tras cuatro años de su última visita a Almería y nos trae una nueva guitarra de bambú. ¿Va a convertirse en una tradición?

-No lo he dicho todavía, pero posiblemente el año que viene traeré la que fue mi primera 'guitarpa'.

-Hábleme de esta guitarra de bambú que ha traído.

-Hace unos cuatro años, en 2020, quería venir para donar la guitarra al museo con el maestro que la hizo (Osamu Nakayama), pero por la covid no pudimos. Ahora, como tiene más de 80 años y está mayor, ya no puede viajar y me ha encargado que traiga personalmente la guitarra de bambú para que esté en el museo. La 'guitarpa' tiene que esperar, porque este año no me cabía en el avión ya.

-¿Cómo se le ocurrió la idea de crear la 'guitarpa'?

-Hubo un momento en el que tenía unos problemas en los dedos de la mano derecha, y tenía que trabajar constantemente algunos movimientos. Así que lo mandé a diseñar para poder seguir tocando de alguna manera. Originalmente, esta tenía seis cuerdas sin trastes, pero la música no sonaba lo suficientemente interesante. Por eso pensé en ponerle más cuerdas para poder tener un mejor sostenido y para los bajos también. Es un invento que en total tiene 19 cuerdas, que es el límite al que puedo llegar, y que está diseñado expresamente para mí.

-¿Sigue siendo profesor de guitarra?

-Sí, doy clase a gente mayor, desde 50 y hasta 80 años. Me considero un maestro muy duro, pero porque hay que trabajar mucho. Mucha gente quiere aprender rápido. Pero para nada. Hay que trabajar poco a poco memorizando las notas y siempre repitiendo.

-¿Cómo ve actualmente la tradición de la guitarra en España respecto a cuando llegó?

-Ahora, aunque sea música clásica, todo es espectáculo, no arte. Yo quiero mantener o conservar el mundo del arte. Por eso no quiero tocar en grandes salas, con baterías o micrófonos. Me gusta tocar ante poca gente, pero que atienda bien para llegar al corazón.

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