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Belén Gopegui R. I.
«A los libros no hay que pedirles más de lo que pueden darnos»

«A los libros no hay que pedirles más de lo que pueden darnos»

Belén Gopegui, escritora, pregonera de la Feria del Libro de Almería, habla sobre libros, la autoayuda como género literario y aconseja tres libros para esta cita

Miguel Cárceles

Almería

Lunes, 15 de abril 2024, 23:22

La Feria del Libro de Almería abre hoy sus puertas a su 44 edición con el pregón de Belén Gopegui, que tendrá lugar esta tarde a las 19 horas en el Salón de Actos de la Delegación del Gobierno andaluz en Almería, en el antiguo Casino Cultural. La madrileña, licenciada en Derecho, se inmersó en su última obra en el terreno de la autoayuda como género literario. Esta tarde ayudará a los almerienses a reencontrarse con las letras.

–¿Qué es escribir, más allá de una actividad física?

–Es importante que sea una actividad física, nos recuerda que es distinto de pensar, de imaginar y de hablar. También nos recuerda que escribir a mano es distinto de teclear. Escribir, a mi modo de ver, es una manera que tenemos las personas para aclarar nuestras ideas, nuestros miedos y deseos, para imaginar las cosas y a nosotras mismas como somos y también de otra manera.

–¿Y la lectura?

–La forma de convertirse en interlocutor de quien escribe y luego, que, tal vez, pase algo desde el libro a quien lo lee y, luego, acaso, acaso, que esa lectura se conecte con otras a través de una gran cadena de actos y palabras.

–¿Es singular la relación que se establece entre el lector y el autor?

–Es a la vez singular y colectiva. A diferencia de cuando una persona lee una carta y se sabe la única destinataria, cuando lees te acompañan de algún modo todas las personas que están leyendo lo mismo que tú, lo leyeron, lo leerán.

–¿Cómo se refleja en usted su yo escritor y su yo lector?

–Procuro no alimentar mucho al yo; como decía el científico Marvin Minksy, el yo, igual que la conciencia, son conceptos maleta donde caben muchas cosas diferentes, contradictorias, y es mejor tratar de entenderlas una a una.

–¿Estamos en la sociedad que menos lee pero la que más libros compra?

–Creo que esta sociedad nuestra lee bastante, quizá lea a veces demasiado deprisa. Y no sé cuántos libros compra, pero más que cuántos convendría saber cuáles y por qué.

–En su última obra, surgida de su tesis doctoral, navega en la autoayuda. ¿Qué tiene de ensayo y qué de ficción?

–La primera parte es un ensayo, ahí me pregunto cómo se leería un libro de autoayuda si fuera una ficción, quién sería el narrador, cuál la peripecia. La segunda parte es una ficción, un libro de autoayuda imaginario escrito por un colectivo de personas muy mayores llamado Con un pie en el estribo.

–¿De dónde nace ese interés por la autoayuda?

–Se leen muchísimos libros de ese género, me importaba intentar averiguar a qué necesidad responden y por qué tan a menudo utilizan el engaño.

–¿Prefiere a Paulo Coelho o Mark Manson?

–Son las dos caras de la misma moneda, consejos dados como si cambiar el propio destino dependiera solo de uno mismo. Unos son más retóricos y los otros supuestamente más cínicos, pero en realidad están vendiendo la misma idea.

–Qué opinión le merece la autoedición.

–No conozco lo bastante sus entresijos como para decir algo con fundamento.

–La feria del libro es un momento singular en todas las ciudades. Usted llega a Almería como pregonera. ¿Qué nos va a contar en su pregón?

–Contaré que no hay que pedir a los libros más de los que pueden darnos, que no es tan fácil hablar de «los libros» en general, y que estamos en un momento bastante catastrófico, por lo que todos los medios para abordar este momento, para hacerse cargo e intervenir, son necesarios, y uno de esos medios es acudir a lo que pueden aportar algunos libros. De todos modos, como no creo que la forma pueda separarse del contenido, lo que dice un pregón se dice con su ritmo y sus imágenes, un resumen es solo eso, un resumen.

–¿Qué no hay que perderse en una feria del libro?

–Pasear, conocer algún título o alguna autora o autor de quien nunca oíste hablar, soñar, por un momento, que uno de esos títulos te dirá algo que quieres saber aunque aún no sepas que quieres saberlo. Gilles Deleuze decía algo así como que nada era más triste en las personas jóvenes que envejecer sin haber encontrado los libros que verdaderamente hubieran amado. Al margen de que exagerase y de que, por supuesto, haya cosas más tristes, comparto el sentido de su idea.

-Si tuviera que llevarse tres libros de la Feria de Almería, ¿con cuáles se iría de aquí?

–Con Sobre mi hija de Kim Hye-jin, una historia escrita con fuerza, vivacidad, alegría en lo complicado y con un lenguaje muy limpio, que no busca confundir. Decidido, de Robert Sapolsky, un libro sobre todo lo que condiciona nuestras vidas, un ensayo que quiere contarnos algo lo bastante importante para que, quien lo cuenta, se tome el trabajo de mirar los distintos argumentos y discutir con ellos honestamente. Y Como las grecas, de Bobpop, un libro que parece que trata del alcohol y de por qué bebemos, pero que en realidad o, también, trata de la vida, de lo chapucera y fascinante y tremenda que es, y de por qué seguimos.

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