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Tizona le falló a Jorge Martínez. El joven diestro hecho en la Escuela Municipal Taurina de Almería hizo una tarde casi completa. Esa porción para redondear una buena tarde fue el fallo a espadas, sobre todo en el último toro del festejo, al que cuidó y le interpretó una faena plena de personalidad, como todas las que firma el totanero, valiente y puro, capaz de interpretar lo que sus dos enemigos le pidieron en la tarde.
El resultado de la tarde
Plaza de toros de Vera: Corrida por las Fiestas de la Virgen de las Angustias. Más de tres cuartos de plaza.
Toreros: Escribano (pizarra y oro), estocada, dos orejas; y pinchazo, pinchazo y cuatro descabellos, palmas, tras un aviso; Borja Jiménez (blanco y plata), pinchazo, estocada y descabello, ovación, tras un aviso; y estocada, dos orejas, y Jorge Martínez (nazareno y oro), pinchazo y estocada, una oreja, y seis pinchazos y dos descabellos, ovación.
Ganado: De Julio de la Puerta, desiguales de presentación y juego, destacó el quinto al que se dio vuelta al ruedo.
Presidencia: Pedro Ramírez actuó como presidente; Alejandro Carmona, como asesor taurino, y Juan Bosques, como asesor veterinario.
De ella, Manuel Escribano escribió pasajes con mucho oficio, tanto en el primero de su lote como en el segundo, con los que estuvo siempre por encima. Como Borja Jiménez con un buen quinto, el mejor de la tarde al que se le dio la vuelta al ruedo. El sevillano cuajó al quinto una faena importante, con mucha torería y un sinfín de detalles que le sirvieron para salir por la puerta grande, como Escribano.
Brillante
Borja cuajó lo mejor al quinto, con buenos lances de recibo y vistoso quite por chicuelinas. Con la figura bien compuesta, cuajó una buena segunda tanda por el derecho, utilizando la pausa para seguir exprimiendo al toro con gustosos derechazos. Dominando el tiempo, basó la faena por ese potable pitón y, tras un cambio de mano, se lució al natural, lidiando con gusto a un buen enemigo que obedeció siempre a los engaños.
Faena que fue a más con temple y hondura, consiguiendo sacarle lo que tenía, aunque el exceso deslució un tanto la faena a la que le puso epílogo con una buena estocada.
En el primero lidió por verónicas a un toro con brío y fijeza, cuajando una buena serie con el percal, pero el animal fue sacando problemas y a Borja, siempre predispuesto, le costó meterlo en vereda. Lo intentó por la derecha, pero fue por la izquierda por la que sacó una vistosa y larga tanda.
Dándole pausa, el de Espartinas engañó a su enemigo para componer una faena de dominio, en la que alternó tandas por ambos pitones, con más cantidad y calidad al natural, pero con cada vez más protestas porque el cornúpeta cortaba la embestida por el derecho, defecto que fue manifestando poco a poco por el pitón izquierdo. Faena vertical y gustosa que le debió dar premio, pero falló a espadas.
Lucido
Lucido recibo con el capote con larga cambiada de Escribano para sacar a su primero a los medios con buenos lances a la verónica, con cadencia y pulcritud para, tras darle descanso, llevarlo al caballo con una vistosa revolera. El de Gerena instrumentó un lucido quite, con variedad en los lances por chicuelinas hilados con tafalleras y buen remate.
Tras lucirse en banderillas, el sevillano, ante un toro protestón, supo meterlo en el carril para, de rodillas, ir cuajando la faena por la derecha. En zona de 'desventaja', tras cuatro derechazos, buscó el toreo al natural, sacando faena a regañadientes y aguantándole la disputa con el burel quedándose, pero metiéndolo a base de poderío y buen trazo en la ejecución. Más potable por el pitón derecho, consiguió sacarle lo que tenía, pese a los 'amagos' del animal, con el que cerró la faena con algunas 'apreturas' y toreo en redondo.
Con el cuarto, brindó pasajes de plasticidad en las chiculinas previas para llevar al jabonero al caballo, como en el posterior quite por gaoneras. Con los palitroques, se mostró poderoso para lucirse con tres arriesgados pares ante un animal que no se arrancaba y la que Escribano tuvo que hacerlo todo.
Personalidad
A la medida, con personalidad, Jorge Martínez se metió a su primer enemigo donde quiso. Con el percal, arrancó con una larga cambiada y verónicas a cámara lenta. Así cuajó un vistoso quite en la teórica boca de riego en la que compuso una serie exponiendo para sacar un quinte por gaoneras ceñidas al cuerpo.
La inteligencia y la distancia le hicieron manejar con solvencia la faena con la franela, aunque el comienzo rodilla en tierra y una inesperada voltereta del burel influyó en el devenir posterior de la lidia. En ella expuso e impuso un toreo de corta distancia, tras no 'abusar' del animal, con trazos en redondo y sin forzar. Al natural, aguantó en la testuz sacándole tandas por a 'fuego lento'.
En el sexto, brusco en la embestida, a Jorge le costó manejarlo en los primeros lances con el percal, pero consiguió atemperarle con un ceñido quite por chicuelinas bien rematado.
Con doblones bajándole la mano comenzó intenso la faena de muleta en la que puso pausa y peso en cada encuentro. Personales e intransferibles formas para cuajar una faena con gusto. Pivotando perfectamente, cuajó tanda por el pitón derecho. Por el izquierdo el animal se despistaba, pero las intenciones se impusieron a las protestas para volver a la diestra en la que tuvo que tragar para que funcionara el binomio torero-toro. Epílogo con un trasteo vistoso con manoletinas ceñidas que apuntaban a triunfo, pero apareció la espada que lo impidió.
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