Roca Rey se mostró poderoso con sus dos enemigos. J. J. A.
Toros

Roca dura, tan dura que parece blindada

Roca Rey abre la puerta grande con la menos buena de las dos faenas, con su segunda cuajó lo mejor de la tarde, en la que Cayetano y Paco Ureña cortaron una oreja cada uno

Juanjo Aguilera

Almería

Sábado, 2 de octubre 2021, 22:38

Aunque aseguren que una gota de agua puede romper una piedra, Roca es irrompible, la imagen de un torero con una madurez que le permite dominar el arte con un poderío al que no le falta la exquisitez de sus formas. Da igual que sea ... Roquetas, hasta también el ganado que tenga enfrente, que también influyó ayer, pero de lo que se habla son de las formas, de la profundidad, hondura, pulcritud, de la esencia. Roca es el rey, ahora mismo, y en Roquetas exhibió todo eso que tiene un torero de tales excelencias. Tuvo el mejor lote, pero supo sacarle todo y pasear el triunfo fue más por lo hecho en su segundo que en su primero, por más que los aceros le impidieran ser dueño de los apéndices del bueno de 'Sosegado'.

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Feria de la Virgen del Rosario

  • Toreros: Cayetano Rivera (tabaco y oro), pinchazo y estocada, una oreja, y pinchazo hondo, ovación; Paco Ureña (blanco y oro), pinchazo y estocada, una oreja, y estocada y cuatro descabellos, ovación tras dos avisos, y Roca Rey (obispo y azabache), estocada, dos orejas, y dos pinchazos y estocada casi entera, una oreja.

  • Ganado: Perteneciente a la ganadería de Núñez del Cuvillo. Desigual juego. Los mejores, tercero, cuarto y sexto, al que se le dio la vuelta al ruedo.

  • Palco: Emilio Lentisco actuó como presidente, asesorado por Ramón Magañan, en la parte artística, y por Francisco Latorre, en la veterinaria.

Menos fortuna tuvieron Cayetano y Ureña, que pasaron una oreja cada uno de los que salieron primero. Al hijo del mítico Paquirri le faltó que el público entendiera lo hecho en el cuarto para haber sido el primero en triunfar. Al lorquino le faltó suerte con la espada, porque la faena a un quinto que hizo 'añicos' lo del refrán –sí hay quinto malo– le sacó infinitamente más de lo que tenía. Pero el infortunio en dar muerte al animal le obligó a escuchar solo una ovación.

Por encima del bien y del mal

Roca Rey torea en 'volandas'. En el tiempo de los 'patinetes', monta a los toros y le saca tandas hasta que ya no hay más. Aunque con el primero cuajó, al último le hizo un 'traje'. Le tomó todas las medidas para bordar una actuación de tal poderío que ni el fallo en los aceros le impidió salir triunfador. Lances de los que se quedan en el recuerdo como las verónicas de inicio, su habitual pase de las flores para empezar con la muleta, con ese hálito frío de quedar pasmado por el 'papel de fumar' entre los pitones y el cuerpo. Aprovechó la embestida de 'Sosegado' para torear sosegadamente, perfecto, con toreo hondo, largo y ligado al natural y casi con idénticas formas con la derecha. Las luquesinas finales, sin aliento.

Al primero le cuajó una faena a su altura, confeccionada con mucho dominio, haciendo de 'Galán' un toro que embistió con nobleza y sin protestar. El diestro limeño le cuajó una honda faena por ambos pitones. Lo cuajó casi desde que dio los primeros pasos con toreo a la verónica, para ejecutar un brioso quite por chicuelinas de escasísima separación entre torero y burel, prólogo de lo que luego firmó con la muleta.

Con la franela, Roca Rey fue poderoso por ambos pitones, hondo por el izquierdo y conquistador por el derecho, con el que fue haciendo una faena en su justa medida, con tandas en redondo de sometimiento facto y de obediencia del burel, entregado a las órdenes del diestro peruano, que cuajó la faena a golpes de muñeca.

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Mereció más

Arriesgó Cayetano, en la salida del primero, al que le dejó dos largas cambiadas para lucirse a la verónica. Con la franela, ante un animal corto de fuerzas, supo entenderlo, dándole tiempo y toreándolo con gusto, con suavidad, casi siempre por el pitón derecho. Por el izquierdo encontró protestas y actitud rezagada del burel.

Arriba, Paco Ureña con el primero de su lote; abajo, Cayetano con el que abrió plaza. J. J. A.

Se le vio a gusto con el animal, lidiando con cadencia y pulseando para componer una faena terminada con valentía y rodilla en tierra, pero con dificultades por la escasa colaboración del enemigo.

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Con su segundo, Rivera estuvo casi mejor que en el primero, pero faltó que sus formas las entendiera el respetable. Entregado, se lució por verónicas, al que cerró con el percal en un buen quite por tafalleras. En el último tercio, poderío en sus primeros embroques, sentado en el estribo y buenas tandas por el pitón izquierdo, con hondura, largura y pulcritud. Por el derecho, fue largo y valiente. La tardanza en la muerte la entendió el público como un error del diestro, más allá de valorar la raza del de Núñez del Cuvillo.

Todo por nada

Paco Ureña no tuvo colaboración en 'Blanquito', que impidió, con sus continuas caídas, el lucimiento. Este, cuando pudo, cuajó buenas tandas, tras una primera parte de la lidia ausente por tener delante a un animal escasísimo de fuerzas. De todas formas, con paciencia, el de Lorca exprimió al de Núñez del Cuvillo, sacándole buenas tandas por los dos pitones, con un toreo muy templado, ligado y vertical, al que le puso fin dejándose todo entre los pitones, con ajustados molinetes.

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La faena al quinto, tuvo la decencia de su torería, pero el infortunio del burraco 'Rescoldito', que hizo poco por 'pelear'. Faena a cámara lenta ante un burel poco colaborador. Lo que hubo fue lo que inventó el lorquino, al que se le paró el reloj, alargando una faena confeccionada por tesón y ganas, pasada en el tiempo para tratar de exprimir al de Núñez del Cuvillo.

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