Como pasó el día anterior, la puerta grande se abrió por igual para los tres espadas, aunque la llave para abrirla tuvo diferentes caminos. Difícil fue para De Justo, que sólo pudo torear a su segundo, pero qué forma de torear. Roca lo hizo por ese dominio que ejerce y que hace andar a un marmolillo. Jorge Martínez cerró la feria con dos faenas de personalidad y mucha firmeza en sus formas.
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De la nada al todo
Emilio de Justo no tuvo suerte en el inicio de la tarde. Ante un Jandilla que dejó patente su escasez de fuerzas, Lo saludó con torería a la verónica y con un par de chicuelinas, sacándolo con gustosos lances, pero debiendo torear con suavidad y medir todo lo que hizo después para que el burel tuviera fuerzas para llegar a la muleta. En ella, con mucho cuidado, sacó lo que pudo, con el toro que no dejó de protestar por la falta de fuerzas, más notable cuando De Justo intentó sacar faena por el izquierdo, con el de Jandilla quedándose cortísimo y tuvo que ser cauteloso. Por la derecha lo hizo ligando ante un enemigo sin fuerzas que cayó y Emilio de Justo no pudo ni siquiera entrar a matar, siendo apuntillado en el albero.
En el cuarto, salió a por el triunfo por el que no pudo ni luchar con su primero. Lucido con el percal, con la muleta en la derecha ejerció su dominio sobre el toro, al que lidió con mucho gusto e inteligencia. El extremeño, profundo y largo, 'domesticó' al de Jandilla, con muletazos cuajados, con pulcritud y mucho brillo. Emilio sacó todo lo que no le permitió el flojo primero. Faena de brillantez y mucho temple en la ejecución, toreando al natural por ambos pitones. Por el derecho, que era el más potable, le sacó una prodigiosa tanda sin la ayuda para cerrar la faena con una serie de manoletinas con mucho cuajo. Con la espada se sacó un espadazo de triunfo.
La clarividencia
Roca Rey es de esos toreros que tiene cosas que decir, que se sabe cuáles son, pero que convence cuando las dice. En el primero mostró su toreo característico de compromiso y buena maña, luciendo al segundo, con algo más de fuerza, al que quitó con el percal con ajustadísimas chicuelinas, intercaladas con tafalleras. Con la franela expuso. Lo hizo toreando, no dando pases. Los primeros encuentros por hinojos por el pitón derecho, rematando los muletazos hasta el final. Tras un par de tandas en las que fijó la embestida, se fue a la boca de riego, ahí plantó la pierna y giró sobre ella a la par que el toro, como un tiovivo siguió la mano que le 'daba de comer', Lo dominó por ambos pitones. Inteligente, dejó descansar al burel, para seguir exprimiéndolo, con un poderoso toreo al natural, templando, alargando las tandas y vaciando a 'Posadero' en cada muletazo, para acabar luciéndose con varios ayudados por alto y algunas trincherillas. El estoconazo certero avivó la petición con dos orejas.
Ante el quinto, un toro con mucho genio, volvió a sacar lo que tenía 'en la cabeza' para exponer su control, tan claro como si no hubiese peligro. Y lo hubo. Empezó agarrado a las tablas y fue sacándolo a base de tandas de buen toreo, sobre todo por el pitón derecho, porque en el intento al natural el de Jandilla enseñó peligro. Con la pausa entre tanda y tanda, el limeño impuso su mando, con el burel dando pasos atrás y Roca, intransigente, enseñó que venía a torear y lo consiguió, con firmeza para demostrar su mando.
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Muy firme
El diestro apadrinado en Almería, fue de menos a más en su actuación. Con el percal le faltó lucirse, pero también es cierto que el de Jandilla no tuvo la calidad, aunque sí la fuerza, de sus hermanos. El de Totana protagonizó un buen inicio de faena con la muleta en el que su firmeza dio pie a ir dominando la embestida del toro. Jorge templó con la franela para sacar buenos pasajes de toreo al natural, yendo a más con la muleta en la mano diestra, con la que ganó la partida. Templado en sus pases, fue imponiéndose a base de sus habitual catálogo de toreo firme y constante para cerrar con ajustadas manoletinas y una buena estocada, al segundo intento.
Con el sexto salió 'avisado' y lo recibió con mucho gusto con el percal. Rodilla en tierra, lo lanceó con acierto para luego lucirse por chicuelinas y un ajustadísimo quite por gaoneras. Tras un comprometedor tercio de banderillas, Jorge quiso tocar pelo y, rodilla en tierra, se fajó ante un exigente Jandilla. Dándole tiempo entre tanda y tanda, fue logrando su propósito con templadas tandas por la derecha, condimentadas con torería y firmeza ante un burel con buen trazo para el toreo al natural, por donde Jorge sacó tandas de mucho mérito, con la 'visagra' de un torero cambio de mano entre serie y serie. Puso el cierre con exigentes trazos por el derecho y un interesante trasteo, para acabar con una buena estocada para llevarse dos orejas para salir con sus compañeros por la puerta grande.
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