Álvarez de la Chica y Chirino, mano a mano de ficción en Granada Noir

«Los periodistas somos mucho más chulos de lo que nos podemos permitir», afirmó el periodista. Y la presunción de que todo el mundo lee o teme las palabras del columnista de pluma afilada se reveló, en toda su crudeza, según Chirino, cuando comprendió que es mucho menos importante de lo que puede llegar a creer. «En el proceso de escritura de la novela pasé por momentos creativos y vitales diversos, donde escribes, te describes y actúas de forma distinta, Todos esos estadios de carácter y momentos de debilidad aparecen en el texto, porque no he corregido nada, a pesar de no verme identificado con la persona que escribió algunos de los capítulos del libro», aseguró el periodista.

Chirino contó algunas anécdotas entrañables relativas a sus ancestros, y las lecciones de vida que estos le transmitieron. Pero muy pronto, la conversación derivó hacia la política y los políticos. «La política y el periodismo conviven, viven de la mano, y no podrían existir la una sin el otro. Pensar que todos los políticos son unos corruptos es una generalización tan injusta como el pensar que todos los periodistas somos unos mentirosos. Quienes dicen que la política no les interesa deben tener claro que todo está conectado. Que la decisión que toma un alcalde, como el de la novela, puede afectar de forma directa a una madre soltera que limpia habitaciones. Esto es absolutamente real».

Como ocurre siempre cuando un político y un periodista se reúnen tras una cerveza, hubo noticia. En concreto, se revelaron las circunstancias en que salió a la luz el contenido de las primeras listas de este milenio presentadas por parte del PSOE al Congreso de los Diputados, en su día portada del periódico. Fuente y periodista de aquella noticia contaron este y otros detalles de la relación, a veces compleja, a veces estimulante, entre la pluma y el escaño.