Manuel Lorente, Miguel Ochando y Juan Manuel Fernández. R. Durán
Manuel Lorente | Cantaor, compositor y antropólogo

«Anclar el arte flamenco al pasado lo condena al museo»

El Teatro Pablo Neruda de Peligros acoge este viernes, a las 21.00 horas, la presentación de 'La caricia del Ruiseñor', último trabajo discográfico del cantaor

Jorge Fernández Bustos

Viernes, 20 de octubre 2023, 00:20

Esta noche, en el Teatro Pablo Neruda de Peligros, a las 21.00 horas, se presentará 'La caricia del Ruiseñor', último trabajo discográfico del cantaor granadino Manuel Lorente. Un trabajo que, bien mirado, es plural, también lo firman la hija del cantaor, Alicia Lorente, de ... doce años, y los guitarristas Miguel Ochando y Juan Manuel Fernández, que le acompañarán en el escenario.

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'La caricia del Ruiseñor' es un disco novedoso, en el que se hace una relectura de los poemas de amor y desamor de Federico García Lorca, algunos versionados por otros cantaores en diversas ocasiones, como 'Gacela del amor desesperado' o 'Pequeño vals vienés'. Es la primera vez, sin embargo, que este veterano cantaor granadino se acerca a la poesía de Lorca, asignatura cuasi obligada de todo flamenco, máxime si nace o vive en esta ciudad. Pero nuestro poeta universal siempre «llama a tu puerta», como dijo el maestro Manolo Sanlúcar. «Una tarde oscura y fría de enero —recuerda Lorente—, jugando con mi hija, abrimos de forma aleatoria un libro de poemas de Lorca y, al leerlo, comenzamos a cantarlo de forma espontánea. A partir de ese día, durante mes y medio, seguí el hilo de aquella inspiración hasta completar las melodías que contiene el repertorio de este disco».

Se convierte así en un acto de valentía, que rompe más de un esquema preconcebido. «Uno de los juegos poéticos musicales de este proceso de composición ha sido descubrir los poemas que Federico García Lorca había encriptado en formas musicales de aquel tiempo. En el caso del 'Pequeño vals vienés', jugando con mi hija Alicia, observamos la influencia del compositor Francisco Tárrega en la composición de este poema, detalle que parece no haber percibido Leonard Cohen», declara el cantaor, que se codeó en sus tiempos con Camarón, Enrique Morente, Juan Moneo o Pepe Habichuela.

El resultado son ocho temas, de inspiración lorquiana, en los que no sólo se conjugan estilos flamencos, sino también valses, aires argentinos, rancheras e incluso una canción eslava «hasta alcanzar algo nuevo donde se conjugan la especificidad y la universalidad de las culturas», afirma pensando que «hay que adaptarse a las nuevas circunstancias del evento musical». «Seguimos siendo flamencos, pero tengo la impresión de que lo que nosotros hacemos es un flamenco evolucionado. La sociedad y cultura en Andalucía está en permanente transformación. Eso también afecta al flamenco y diferentes formas de realización. Anclar el arte flamenco al pasado es contraproducente y lo condena al museo. Lo histórico sirve de anclaje y referente, pero hay que seguir evolucionando en la poética musical del flamenco y sus posibles formas y modalidades. Las formas tradicionales del flamenco resultan excesivamente repetitivas y aburridas. El reto está en adaptarlas a la actualidad», concluye.

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