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Un momento de la inauguración de ayer.

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Un momento de la inauguración de ayer. PEPE MARÍN

150 años de fascinación por la Alhambra, en una visita 360º

Ayer se inauguró la exposición 'Monumento y modernidad' en el Palacio de Carlos V. Conozcámosla más de cerca.

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

GRANADA

Viernes, 15 de febrero 2019, 00:50

El Palacio de Carlos V acogió en la mañana de ayer la inauguración de la muestra 'Monumento y modernidad', que recorre el testimonio gráfico y técnico de siglo y medio de fascinación por la Alhambra, ya que ha pasado ese tiempo desde que el conjunto monumental fuera declarado Bien de Interés Cultural. Fue la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, la encargada, en su primera visita como tal a Granada, de abrir, con su recorrido por las distintas salas que la integran, una muestra que recorre los grandes hitos del progreso científico y artístico en los últimos 150 años, y cómo este ha incidido sobre el monumento.

La muestra cuenta con Javier Piñar, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Granada, y Miguel Giménez Yanguas, ingeniero industrial, profesor de la UGRy Premio Nacional de Ingeniería Industrial en 2008. Como afirmó Piñar, «en el año 1858 se produce un hecho trascendental para la Alhambra. Esta deja de ser un palacio real para ser un bien de dominio público, y se convirtió en una maquinaria, llamada Monumento Nacional, que había que enseñar, restaurar y visitar». Para Piñar, este momento constituye la Prehistoria de lo que hoy es «uno de los motores económicos de Granada».

Aquí, la visita de 360º a la exposición

Así, la primera sala de la muestra cuenta cómo el conjunto creció desde la vieja Casa Real y se expandió, recuperando los terrenos que habían sido vendidos y quedaban fuera de la jurisdicción del monumento.

Fue un tiempo en que la Alhambra era apreciada en Europa por la influencia de los viajeros románticos, pero estaba en una situación ruinosa. Por ello, el proceso de modernización se convirtió en una necesidad. Y esa puesta al día vino dada por dos factores claves:la modernización institucional –creación del Patronato y articulación de sus departamentos– y tecnológica –con la introducción de la electricidad, ya que hasta prácticamente 1900 el monumento se enseñaba con bengalas, y hasta los años 30 del siglo XX no estuvo completamente electrificada–. Tampoco fue baladí la conexión del monumento con la ciudad, con unos accesos dignos y transitables, así como la incorporación de avances técnicos tales como la telefonía, la radio, la imagen... Todos ellos aparecen reflejados en la segunda de las salas de la exposición.

Finalmente, la tercera de las salas se centra en el nacimiento del turismo como fenómeno cultural y económico, cómo ha incidido este en sus manifestaciones culturales –con los Conciertos del Corpus y el Concurso de Cante Jondo, primero, y con el Festival Internacional de Música y Danza, después–, y en la labor de incremento de la comodidad que supusieron iniciativas como la construcción del Hotel Alhambra Palace. De hecho, el busto que Mariano Benlliure realizara con su creador, el duque de San Pedro de Galatino, como modelo, preside una de las salas.

Proyecto museográfico

El proyecto museográfico de la muestra corre a cargo del arquitecto e interiorista Gonzalo Sánchez, para quien la instalación de los ingenios industriales como el carro que preside una de las salas, y la correcta ubicación de elementos grandes como instrumental o el propio busto de Benlliure han constituido los mayores retos. «Nuestro objetivo fue, desde el primer momento, una plena integración de piezas que representan la modernidad con un espacio de marcado carácter histórico», afirma.

Entre las piezas que más llaman la atención se encuentra una lámpara de gas perfectamente restaurada por Giménez Yanguas, o los primeros proyectores y tomavistas fabricados por Pathé –los conocidos 'Pathé Baby', que servían para acercar la magia del cine, tanto su creación como su disfrute a las familias pudientes–. Estos últimos, por cierto, se exhiben en una vitrina incrustada en un reservado donde también se muestran permisos de rodaje de la segunda y tercera décadas del siglo XX, con títulos como 'Vida de Colón', filme del que también se proyecta un fragmento en un minicine improvisado, así como otras escenas de la primera versión muda de 'Sangre y arena', dirigida por el propio autor de la novela, Vicente Blasco Ibáñez.

Por cierto, que las piezas propiedad de Miguel Giménez Yanguas que se pueden disfrutar en la exposición forman parte de una colección que el ingeniero tiene previsto donar al Patronato, y que se podrá ver en el conocido Hotel Reúma, al inicio del Paseo de los Tristes y junto al Darro. Ayer, Giménez Yanguas aseguró que se siente «muy contento por que Granada mantenga parte de una colección que pudo terminar en Málaga, de haber aceptado alguna de las muchas propuestas recibidas al respecto». La condición fundamental puesta por el ingeniero para llevar a término la donación es que las piezas no terminen en un almacén, sino que se exhiban de forma permanente, y con la adecuación del Hotel Reuma, que según el director del Patronato de la Alhambra, Reynaldo Fernández, podría estar lista para finales de año, el objetivo estaría cumplido.

La exposición merece una visita porque ofrece la oportunidad de observar curiosidades tales como un teodolito que semeja la introducción de la Torre de la Vela como punto geodésico, con, incluso, una reproducción del disco de piedra que se encuentra allí, o reproducciones de fotografías a partir de vidrios conservados en el Archivo del Patronato. De hecho, la proyección de la imagen del conjunto monumental a través de los múltiples formatos –planimetría, litografía, fotografía, cine–, constituyen uno de los puntos fuertes para el visitante curioso.

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