Al explorador y geógrafo Alexander von Humboldt le deslumbraron los cocoteros de veinte metros de altura que vio nada más arribar a las costas de Venezuela. No menos le sobrecogieron los nopales y los cactus gigantes. Sin necesidad de cruzar el Atlántico, casi sin salir ... de casa, el jardinero Eduardo Barba se encuentra a sus anchas identificando flores y plantas que encuentra en un lienzo o una escultura. Porque dentro de un museo cualquiera se puede dar de bruces con la exuberancia de un vergel. Con el mimo que emplea para que su terraza luzca florida, Barba describe los arriates de un cuadro de Rusiñol, las gramíneas y el verdín de una pintura de Anna Petersen y las caléndulas y pensamientos de una obra de Monet. Autor de 'El paraíso en pinceladas' (Espasa), Barba siempre se las arregla para hacer de sus pasiones un medio de ganarse la vida.
Lunes
6.30 horas. Me gusta mucho madrugar. Siento que si el día empieza pronto, me irá mejor. Nada más levantarme necesito escuchar la radio, es una herencia de mi madre, que la conectaba todas las mañanas. Suelo poner Radio Clásica o la SER: Me gusta que me acompañe un sonido de fondo o una voz amiga mientras me ducho.
7.00 horas. Desayuno fuerte porque no me gusta la sensación de salir de casa con hambre. Mis primeros pasos son enérgicos, así que casi siempre tomo un tazón de cereales, tostadas, fruta... algo que me reconforte.
10.00 horas. Voy a la casa de un cliente que me ha pedido que diseñe su jardín. Es una de mis ocupaciones, además de dar clases de botánica aplicada y hacer de guía por parques y jardines para profesores de secundaria y estudiantes. Además, ayudo a las personas a que entiendan mejor su jardín. Les explico el funcionamiento de las plantas, cómo cuidarlas, qué pueden cultivar para generar ritmos de color e infundir dinamismo al espacio.
Martes
10.40 horas. Llego a la Gran Vía y me encamino a la radio, a la Cadena SER, donde tengo una sección, 'Meterse en un jardín', a partir de las 10.50 horas, en el programa 'Hoy por hoy', que presenta Angels Barceló. Me presento con unos limones, aguacates, mandarinas y manzanas para enseñar a reaprovechar sus semillas con el fin de que germinen. Lo explico en directo y doy algunos consejos prácticos. ¡Quién me iba a decir que al cortar los limones no aparecería ninguna pepita que sembrar!
11.40 horas. Tengo una terraza de ocho metros de largo donde cultivo mis plantas, que están siempre repletas de flores pequeñas de todos los colores: amarillas, violetas, azuladas, de color melocotón, fucsia... Mi jardín está en flor desde enero a diciembre. Si estoy trabajando, salgo con frecuencia al exterior a ver las nuevas floraciones. Si una persona está estresada, desconectada de sí misma, lo percibe el jardín. El tacto es fundamental para tratar con las plantas. En realidad, si te dedicas a su cuidado, todos los sentidos intervienen: el jardín conecta con tu olfato, tu vista, incluso con tu gusto... Cuando chupas el pétalo de una celinda, aprecias el dulzor de su néctar. Es muy hermosa la retroalimentación que se produce con un ser vivo tan distinto.
Miércoles
11.00 horas. No practico ningún deporte, pero sí ando muchísimo. Voy a pie a todos lados y es raro el día que no me hago bastantes kilómetros.
14.30 horas. Me encanta cocinar; para mí es una forma de ocio. Adoro concentrarme en los fogones y hacer guisos a fuego lento. Lo que mejor se me da son los guisos tradicionales de cuchara, como los potajes. La cocina asiática me fascina y suelo frecuentar restaurantes asiáticos y mexicanos.
16.30 horas. Mi punto de referencia es el Real Jardín Botánico de Madrid, al que voy varias veces por semana, ya sea por trabajo o placer. Allí hago fotos a plantas y flores para ilustrar los artículos que publico en el periódico. También quedo en este lugar para entrevistar a botánicos. La ventaja de este sitio es que está al lado del Museo del Prado.
Jueves
18.30 horas. Mi madre puso en mi vida la semilla para amar las plantas. A ella todo le prendía. Íbamos al mercado y si se encontraba alguna planta caída en el suelo, la cogía y se la llevaba a casa. Ponía el esqueje en un vaso de agua o lo plantaba directamente en una maceta. La mayor parte de las veces revivía. Era algo mágico y adorable para mí. Tengo grabado a fuego el aroma de sus geranios, de sus calas; me acuerdo de tocar el polen con los dedos, muy suave al tacto.
20.30 horas. Ando por la vida con mucha curiosidad. Pienso que de cualquier persona se puede aprender algo. Me gusta cuidar de mis amigos, tener confianza con ellos; hago míos sus problemas y sus alegrías.
22.30 horas. Me gustaría retomar mis grandes viajes. He visitado la India, EE UU y el Líbano, viajes siempre ligados al conocimiento del arte, la jardinería y la arquitectura. No me importaría volver a la India. Me fascinan los países no occidentales, aquellos en los que parece que te encuentras en otro planeta. Uno de ellos es Japón, cuya cultura y gastronomía me encantan.
Viernes
9.00 horas. La música ocupa un lugar muy importante en mi vida, es un lenguaje que me desconecta del trabajo y las rutinas. Escucho de todo, desde Bach, que es uno de mis compositores favoritos, a la música electrónica, pasando por sonidos de los 60 y los 70. Las mañanas son el mejor momento para la música, de la que prescindo si trabajo en algo que me requiere una fuerte concentración.
16.00 horas. Suelo ir al Museo del Prado después de comer, donde observo con detenimiento los jardines pintados o tallados en obras de arte. El gótico y el renacimiento son los dos periodos más minuciosos a la hora de captar los detalles en las plantas. También son mis estilos favoritos, junto a la pintura neerlandesa de los siglos XV y XVI.
17.00 horas. ¿Un buen plan? Leer un libro, mantener un conversación grata. He hecho de mis pasiones mi trabajo, así que me puedo tirar hasta bien tarde currando. No tengo ningún problema de insomnio, caigo en la cama y duermo como un tronco.