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Los Mondragones es archiconocido por su esplendorosa villa romana con fastuosos mosaicos y por tener la almazara más grande de la Bética. Pero la relevancia ... del yacimiento se multiplicará por dos en la medida que la comunidad científica siga avalando -como lo ha hecho hasta ahora- que en este suburbio de Ilíberis, densamente poblado, se pudo celebrar a principios del siglo IV después de Cristo uno de los concilios más importantes de la cristiandad, el de Iliberis. Esta mañana ha habido en los Mondragones una visita con un enorme significado simbólico, la del arzobispo José María Gil Tamayo que, nada más bajar del automóvil, ha espetado: «Venimos a los orígenes».
Y es que en los Mondragones no solo hay una serie de indicios que dotan de verosimilitud la teoría del Concilio, sino que se han encontrado los restos de la que fue la primera iglesia de Granada, datada en el siglo V. Un templo descubierto por el arqueólogo Ángel Rodríguez en el transcurso de una de las seis campañas que se han desarrollado en los Mondragones desde 2015 y que, según ha anticipado hoy el director del Área de Cultura del Ayuntamiento, Juan García Montero, está previsto que se adecue para la visita pública gracias a una subvención de 500.000 euros del Plan de Grandes Ciudades Turísticas.
Esta pequeña construcción, llena de enterramientos, será también escenario de uno de los conciertos del Festival de Música Antigua -como ocurrió en la edición de 2024- y acogerá en octubre una eucaristía que será oficiada por el propio prelado granadino.
El encargado de guiar a Gil Tamayo por los Mondragones es la persona que mejor conoce su pasado, sepultado durante quince siglos y amenazado por el urbanismo voraz. Ángel Rodríguez ha explicado, sobre el plano, todos restos que abren la puerta a que, en efecto, allí acaeciera ese conclave de diecinueve obispos, veintiséis presbíteros, diáconos y laicos cuyo objetivo era sentar los preceptos de una religión universal y que llevaba poco tiempo implantada en la Península Ibérica.
Rodríguez ha mostrado el edificio con tres ábsides y un escenario ligeramente elevado junto a una plaza que fue erigido, ex profeso, para que se desarrollara un evento como el Concilio de Ilíberis -existe coincidencia en la datacación-. También ha desvelado el hallazgo de una lucerna con el ciclo de Jonás y la Ballena, que se asocia al periodo paleocristiano.
Y por último, ha referido una serie de inmuebles que la investigación vincula con la organización de acontecimientos. Hay una gran casa propiedad de un patricio que se había acogido al credo de Cristo -hablamos del siglo IV-, se daban las condiciones de seguridad precisas en una época en que las persecuciones seguían a la orden del día y había una actividad industrial y económica que sustentaba todo, la fabricación de aceite.
Aunque la clave, según Ángel Rodríguez, está sin lugar a dudas en las actas del Concilio y en el uso de una preposición latina, 'apud'. Estos textos indican que el Concilio fue «apud Iliberri». Es decir, 'junto' a Iliberri -no dentro-. Y los Mondragones está a un kilómetro y medio en línea recta del Albaicín, donde se ubicaba el foro de Iliberri.
José María Gil Tamayo, que ha estado acompañado por Antonio Ayllón, delegado de Fomento -los Mondragones son propiedad de la Junta-, ha dicho que era perfectamente consciente de que Granada fue una diócesis anterior a Hernando de Talavera y ha insistido en la necesidad de que los Mondragones se conserven y se musealicen, tal y como está procediendo la Junta a través de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (Avra). También se hará un centro de interpretación, cuyo proyecto arquitectónico está finalizado en el Ayuntamiento y pendiente de ejecución.
«He descubierto y he tocado las raíces de esta Iglesia y la presencia de la cristiandad en esta tierra», ha comentado Gil Tamayo. Y ha subrayado la trascendencia del Concilio de Ilíberis, «que tuvo que acaecer en un sitio que garantizara la protección de la comunidad que se congregó». «Las piedras nos hablan», ha aseverado.
Gil Tamayo se ha mostrado muy interesado por todos los descubrimientos en torno a esa primitiva iglesia de los Mondragones, que estaba orientada hacia el este, que contaba con un ábside cuadrangular y un espacio central en el que probablemente hubo unas reliquias. La planta también es singular, una cruz griega enmarcada en rectángulos. ¿Se sabía que estaba allí? Hasta que el equipo de Ángel Rodríguez no la localizó, tan solo existía una referencia de las crónicas de la reconquista que hablaba de un templo que fue derruido por los almorávides hasta dejarlo en los cimientos. Exactamente lo que ha aflorado.
El promotor del Concilio de Ilíberis, celebrado entre los años 300 y 302, fue probablemente Osio de Córdoba, aunque la presidencia la ostentó el obispo Félix de Acci (Guadix) por aquello de ser el de mayor edad. No estuvieron desde luego cruzados de brazos. Aprobaron ochenta y un cánones, todos disciplinares. Entre ellos, la ley eclesiástica más antigua concerniente al celibato del clero, la institución de las vírgenes consagradas, las relaciones con paganos, judíos y herejes o el cumplimento de la obligación de asistencia a misa. Si está interesado en el tema, encontrará abundante información en las bibliotecas porque, afortunadamente, todo quedó perfectamente documentado y ha podido ser estudiado con profusión de detalles.
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