La actriz Anabel Alonso, a la izquierda, en su papel de Celestina. F. P.

Anabel Alonso | Actriz

«No me atrevería a hacer de alcahueta en la vida real»

La intérprete estrena este fin de semana en Granada 'La Celestina', el clásico de Fernando de Rojas, en el Teatro Isabel la Católica

Jueves, 17 de octubre 2024, 00:48

La actriz Anabel Alonso (Baracaldo, Vizcaya, 1964) tiene a sus espaldas una larga carrera. Tras una treintena de películas, series tan exitosas como '7 Vidas', haber cocinado ante las cámaras y tener una veintena de montajes teatrales a sus espaldas, muchos de ellos clásicos. Y ... pocos clásicos lo son más que 'La Celestina' de Fernando de Rojas, un personaje al cual Alonso interpreta este fin de semana, viernes 18 (20.00 horas) y sábado 19 (19.00 horas) en el Teatro Isabel la Católica.

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-Amores ocultos, promesas por dinero, cabildeos... 'La Celestina' es más actual que nunca.

-Es lo que tienen los clásicos. Cuando se siguen representando pasados 500 años, y los griegos ni le cuento, es porque son un mosaico de las pasiones humanas, sus virtudes, sus defectos... La humanidad no cambia. Cambian las caras, cambia la forma de vestir, pero seguimos teniendo los mismos vicios: la traición, la mentira, la avaricia... Y claro, también la pasión y el deseo.

-Celestina es el hilo conductor del texto original, pero aquí también se convierte en narradora.

-La obra empieza con un 'flashback', con ella ya muerta, en el que intenta redimirse ante Pleberio, el padre de Melibea, para que no la culpe de la muerte de su hija, algo que, por otra parte, han hecho todos los lectores y los eruditos a lo largo de todo este tiempo. Celestina es la mala, la bruja, la causante de toda la tragedia. Sin embargo, lo que hace ella es mostrarle a Pleberio todo lo que ocurrió, partiendo de que ella no fue la causante del encuentro entre los dos amantes. Me gusta mucho esta especie de explicación, de redención por la verdad.

-¿Celestina es buena, mala o regular?

-Le cabe todo. Es una mujer con un gran sentido del humor, vital, divertida, y cumple con su trabajo. Pienso que es la primera pícara de la literatura española, la que abre este género, porque es una superviviente que hace lo que sea para sacar dinero y subsistir hasta el día siguiente. Es buena, y es mala, porque hay quien mata por sobrevivir. Me parece, sobre todo, una mujer muy humana, que no es de una sola pieza ni de un solo color.

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-En esta época en que las relaciones humanas van a la velocidad de la luz, esta obra reivindica la importancia del tiempo en todo, incluso en lo que solíamos llamar el cortejo.

-Así es. Cuando conocer personas e incluso tener sexo con ellas está a un golpe de click, reivindicar el tiempo está bien. Porque pienso que hoy nos somos conscientes de nada, y la vida pasa por nosotros casi sin enterarnos. Celestina nos enseña el 'carpe diem', el vivir el momento, que es algo que no hacemos, porque siempre pensamos en proyectos, en planes a futuro, pero nunca disfrutamos de lo que tenemos delante nuestro.

-En estos tiempos, nadie muere por amor. ¿O sí?

-Con todo lo que ello conlleva, me gustaría pensar que el amor puede seguir marcando una vida. Hay otros países, culturas o civilizaciones que no van a nuestro ritmo, y eso hay que tenerlo en cuenta.

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«Me gustaría seguir pensando que el amor puede marcar una vida»

-¿Ha ejercido alguna vez como celestina? ¿Qué tal le fue?

-Lo fui en dos programas de televisión, 'Estoy por ti' y 'El flechazo', con lo cual pocas actrices hay tan preparadas como yo para hacer el personaje... (risas). Pero en la vida real no, no me atrevería, porque luego todas las culpas van para la alcahueta.

-Celestina es descarada, como debe ser cualquier actor o actriz, y es una gran intérprete de su vida.

-Es una gran actriz, sin duda. Bastante mejor que yo, porque cambia la piel a cada momento. Con los poderosos es servil, humilde y sumisa; con sus iguales, ejerce como jefa de la banda, y con sus chicas es maternal. Es muy poliédrica, y en esta función se ve muy claramente.

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-¿Qué le ha resultado más complicado del personaje? ¿Quizá transmitir lo imbricado de su carácter?

-Ha habido tres temas clave. Primero, enfrentarse a un mito, del que cada espectador tiene su propia imagen, cambiándola. Luego, superar el complejo de todas mis predecesoras, nombres tan ilustres como el de Nuria Espert, Nati Mistral o Irene Gutiérrez Caba. Y finalmente, dotarla de esos colores que le comentaba antes.

-Ahora Fernando de Rojas es un personaje de novelas, tras la serie de Luis García Jambrina. ¿Qué ha aprendido sobre él para preparar el personaje?

-Sobre todo, las circunstancias de la creación de 'La Celestina': si recogió historias que se contaban, si fue el único creador o terminó un trabajo ya iniciado... Esta época está llena de interrogantes que me han interesado mucho.

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-Tras año y medio haciendo 'La Celestina', ¿qué es lo que le ha quedado de entre las reacciones del público?

-El hecho de que se han acercado a la humanidad del personaje y han conectado con él, más allá del maniqueísmo de otras composiciones, en que aparecía como la villana, la bruja del cuento, sin medias tintas. Y luego, he constatado que la gente quiere ver teatro clásico español si está bien planteado.

-Granada siempre la ha tratado muy bien. ¿Qué supone para usted volver?

-Supone hacerlo a una de mis ciudades favoritas. Por todo: el ambiente, el teatro... Pero sobre todo, por el público. Alguien que aprecia el buen teatro y que lo disfruta.

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