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José Antonio Muñoz
GRANADA
Jueves, 17 de octubre 2019, 20:00
Una tarde que da lugar a una obra maestra. Un salón donde caben poco más de una docena de personas, incluidos los artistas intervinientes. Y una historia con tres protagonistas: Manuel de Falla, Federico García Lorca y Hermenegildo Lanz. Casi un siglo después, ... aquella tarde de fiesta infantil se revivirá este sábado a partir de las 20.00 horas en el Auditorio Manuel de Falla. Estará la música del más granadino de los maestros gaditanos; estarán las palabras del más universal de los literatos granadinos, y estará también la escenografía de uno de los hijos de esta ciudad más maltratados por sus congéneres, contra quienes cometió la terrible traición de regalarles su arte. Algunos nunca se lo perdonaron, y le dejaron morir solo.
El espectáculo 'En torno al Misterio de los Reyes Magos. La música de los títeres de cachiporra', llega como una conferencia-concierto con un contenido muy especial. Por un lado, el musicólogo Yvan Nommick, uno de los mayores conocedores mundiales de la obra de Falla, presentará el acto y pondrá luz sobre la importancia de aquella fiesta familiar para la historia de la literatura, la música y la escenografía teatral. Por otro lado, el cuarteto formado por Darío Tamayo, clave; Ismael Ramos, laúd; Carlos Gil, clarinete, y Milos Radojicic, violín, acompañados por el Coro Infantil Elena Peinado, toda una institución en la ciudad, pondrán la melodía que deleitará a los asistentes.
«Oigan señores el programa de esta Fiesta para los niños, que yo pregono desde la ventanita del guiñol, ante la frente del mundo», escribe Federico García Lorca al principio del programa de mano creado para la ocasión, hoy un lujo que se conserva en el Archivo Manuel de Falla. Su gerente, Elena García de Paredes, afirma que «con este concierto, recuperamos la música del 'Misterio de los Reyes Magos' tal y como se escribió. La edición crítica de dicha partitura, que ha sido publicada por Nommick en la revista especializada Quodlibet, supuso un hito musical que solo se ha escuchado, hasta ahora, el pasado 2018 en la Residencia de Estudiantes». El éxito es muy importante, porque «queríamos traer a Granada, la ciudad donde se representó por primera vez, una parte de aquella tarde única de hace casi un siglo».
Desde el punto de vista musicológico, el 'Misterio de los Reyes Magos' supuso un quiebro en la carrera compositiva de Falla. «Ahora que estamos muy cerca del centenario del Concurso del Cante Jondo, y al año siguiente (2023), del centenario de 'El retablo de Maese Pedro', podemos decir que entramos en una etapa de efemérides muy importante dentro de la trayectoria vital del maestro. Él vino a Granada a vivir en 1919, en 1922 fue el Concurso de Cante Jondo, y a partir de este momento su música mira al pasado, a la tradición histórica de España, a la música del siglo XIII, a los polifonistas…», afirma García de Paredes. «También supone un cambio en la concepción sonora porque comienza a dejar de lado las obras para grandes orquestas y empieza a mirar un poco más a los grupos de cámara, a las plantillas musicales reducidas», comenta.
De ahí la importancia de esta función de títeres que se inició a las tres de la tarde de aquel Día de Reyes de 1923 en casa de Federico García Lorca. La gerente del Archivo Falla afirma que «aquel salón se convirtió en un laboratorio musical en dos sentidos: fue un ensayo plástico de cara a la inclusión de títeres en sus espectáculos (pocos meses después se estrenaría 'El retablo de Maese Pedro'), y musicalmente, porque Falla está adentrándose en un repertorio nuevo». Basta con mirar el programa de la obra para descubrir la modernidad en cada concepto. Incluso en la primera parte del programa de aquella tarde, tras la representación de 'Los dos habladores', se pudo oír por primera vez en España la 'Danza del diablo' y el 'Vals' de 'La historia del soldado' de Stravinsky, hoy una de las obras imprescindibles del repertorio internacional. Nada de grandes salas de conciertos. En un pequeño salón se escribe la historia musical. Y mucho más, cuando es el propio Falla quien hace el arreglo de la pieza para clarinete, violín y piano.
Y tras 'La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón', y con el acompañamiento musical con obras de Debussy, Albéniz, Ravel y Pedrell, con, textualmente, «las cabecitas de los personajes de ambas obras talladas por el aguafuertista Hermenegildo Lanz y las decoraciones pintadas por el poeta Federico García Lorca», tal y como reza el programa, el poeta fuenterino, «dueño del Teatrillo», anunciaba «¡Ahora viene lo grande!». Y así fue. Según Elena García de Paredes, «la recuperación de obras antiguas, como los invitatorios del 'Libre Vermell de Montserrat', o la 'Cançó de Nadal', antiguo villancico de los Tres Reyes de Oriente, armonizado por Romeu, dan idea de la calidad de aquel programa».
La introducción de la sonoridad de instrumentos antiguos, conseguida a veces por procedimientos artesanales tales como envolver las cuerdas del piano con papel de seda para dar al piano la sonoridad del clave. Procedimiento que va a seguir el propio Nommick el sábado, cuando se utilizará un clave Pleyel, muy similar al que en su día utilizó el propio Falla para el estreno su 'Concerto'.
Las niñas Isabelita García Lorca –hermana del poeta– y Laurita de los Ríos Giner –madre de Laura García Lorca– cantaron en la función, y la instrumentación para cémbalo, violín, clarinete y laúd, realizada por Falla, se reproducirá este sábado. Como escribió Lorca para despedir el programa, «estad calladitos que va a empezar muy pronto».
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