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José Antonio Muñoz
Granada
Martes, 16 de junio 2020, 18:59
Había expectación y mucha incertidumbre. Tanto por los responsables del Festival como por el público. Cuando sonaron las señales horarias de las diez de la mañana, comenzó la caza y captura de las entradas más golosas para los espectáculos de la 69 edición del ciclo cultural más importante del año granadino. En total, se pusieron a la venta a esa hora 12.094 tickets. Las expectativas más optimistas se vieron confirmadas casi inmediatamente. Entre los espectáculos que vendieron más rápidamente su papel estuvieron la 'Novena' participativa con la OCG y por supuesto, el recital de Daniel Barenboim del 24 de julio. A los 20 minutos de iniciarse la venta habían agotado el 90% del aforo, y a los 45 minutos del inicio de la venta de entradas estaban en situación de lleno técnico. Barenboim agotó a lo largo de la mañana. Con todo, debido a lo estrecho del aforo, el primer concierto en colgar el cartel de no hay billetes apenas pasada la primera hora de venta fue el de Igor Levit en el patio de los Arrayanes, que tendrá lugar el lunes 20 de julio, al que siguió poco después el del Cuarteto Quiroga, en el mismo espacio.
Tras la jornada de ayer, cabe hacer valoraciones diversas: primero, que con un aforo reducido, la venta de entradas de muchos espectáculos ha sido la esperada. Segundo, que cuanto más avanzan las fechas, el público tiene cierto miedo a las altas temperaturas que puedan registrarse en recintos abiertos como el Palacio de Carlos V o el Teatro del Generalife. Tercero, que se nota la aprensividad –lógica, por otra parte– de un segmento de público, el de personas de edad avanzada, que en condiciones normales habrían acudido a los espectáculos, convirtiendo lo que hasta el momento son medias entradas en casi llenos, y los espectáculos que ayer iban más flojos, en, al menos, medias entradas o dos tercios.
En cuarto lugar, es notorio que el Festival sigue siendo en cierta medida un acontecimiento social, y que ante conciertos de similar calidad, el público compra fin de semana antes que días de diario. Esta razón explica por qué Martha Argerich no tuvo un lleno en la primera hora –es un lunes– o por qué el concierto de la Orquesta Nacional de España con David Afkham tiene aún tantos huecos –es un martes–, mientras que el de Pons con la ONE, por ser domingo, estaba en un 30% más de venta ya a media mañana. Finalmente, viendo qué entradas se han vendido, es fácil certificar que nos gusta lo bueno, y cuando nos gusta, nos gastamos lo que haga falta. En cifras redondas, queda en torno a la mitad del papel por vender, y hay conciertos excelentes, y a buenos precios.
En cuanto al Generalife, Antonio Najarro va parejo con los ballets de Monte Carlo, por ejemplo, con la Compañía Nacional de Danza –que actúa más tarde– algo más descolgada. Y sobre el flamenco, es preciso señalar que al final de la mañana, los aforos de Carmen Linares y El Niño de Elche –en Los Córdova caben menos de 200 personas con la reducción de aforo– están prácticamente agotados.
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