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José Antonio Muñoz
Granada
Martes, 9 de noviembre 2021, 00:49
El ingeniero y escritor Blas Malo (1977) es uno de los máximos exponentes de la novela histórica escrita desde Granada. Edhasa, la editorial de referencia ... cuando de este género se trata, ha publicado 'Lope de Vega. El desdén y la furia', su última obra, que presentará el jueves a las 19.00 horas en Babel. Por ella sobrevuelan asuntos tan actuales como la especulación urbanística, la corrupción política, los líos de faldas y la competencia entre escritores, temas todos ellos que, aunque el texto se enmarque en el siglo XVII, no pueden estar más de actualidad.
–Vuelve sobre el autor, tras 'Lope. La furia del Fénix'.
–Así es. Esa novela que publiqué en Ediciones B versaba sobre su juventud, y ahora me detengo en sus años de madurez, hasta su muerte.
–Parte de documentos reales, la correspondencia hallada fortuitamente por González de Amezúa, para desarrollar una novela en la que, sin perder de vista lo biográfico, pasan más 'cosas'.
–Sí, es cierto que hay roces entre los personajes e incluso lances donde la vida está en juego, porque nos encontramos en una fase de su existencia mucho más pública, en que se relaciona con Quevedo, Góngora y Cervantes, y en que sus líos amorosos tienen mucha más repercusión. Por ejemplo, él no tenía inquina a Góngora, pero este a él sí, porque venía a «destrozar» el arte de escribir, según el cordobés, mientras que Lope mantenía que la suya era una forma de narrar distinta.
–En realidad, en la literatura, pocos han sido los cambios en cuanto a las actitudes.
–Sí, sigue habiendo envidias, y sigue habiendo escritores jóvenes que aportan elementos nuevos a la literatura y que se ven afectados por las envidias. Me siento muy identificado con Lope, porque es un hombre también de nuestro tiempo, con sus idas y venidas, sus problemas familiares, con los editores intentando sangrarle –no es mi caso, ja, ja, ja...–. Quien comience una carrera literaria va a vivir episodios calcados a los que vivió él en algún momento.
–¿Cómo revolucionó Lope el teatro de su época?
–Fue un maestro mezclando lo real con lo inventado, rompiendo las barreras del tiempo y el espacio, excitando la fantasía de un público ávido de nuevas experiencias. El teatro era el cine de la época, influido por la política y la necesidad de aproximarse al monarca para conseguir prebendas. Todo ello se produce en el marco del mayor 'pelotazo' urbanístico del siglo, el traslado de la corte a Valladolid para volver luego a Madrid, con el que el Duque de Lerma, valido del rey, se hizo inmensamente rico. Él no siguió a la corte, prefirió quedarse en Madrid con su público.
–La querella más grave entre Lope y Cervantes fue a cuenta de 'El Quijote'.
–Así fue. Hay estudios que sostienen que Cervantes plagió –la palabra prohibida entre escritores– una comedia de Lope a la hora de pintar a su hidalgo. Ahí entra en juego la ficción que aporto.
–¿Qué le ha emocionado más?
–Narrar la muerte del autor me ha afectado muy profundamente. Escribir ese capítulo me hizo reflexionar sobre la aspiración de perdurar que tenemos todos los escritores. Me pregunto quién lee a Lope hoy, y quién leerá dentro de unos siglos a quienes ahora escribimos. Los escritores nos reflejamos en él, aunque quizá no en sus mil líos amorosos y en sus probablemente decenas de hijos. Lo cierto es que tuvo una de las vidas más intensas y complejas de su tiempo.
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