Broche de oro con un brillante concierto de órgano de Linares López

crítica / música clásica ·

josé antonio lacárcel

Viernes, 4 de junio 2021, 00:20

Como muy bien dijo el compositor García Román en sus palabras de salutación antes del inicio del recital de Linares López, había tres jueves que ... lucían más que el sol, siendo uno de ellos el del Corpus Christi, junto al Jueves Santo y la Ascensión. La maldita pandemia, que no se ha ido, nos impidió por segundo año poder presenciar el impresionante cortejo procesional del Corpus por las calles de Granada. Todo esto se ha tenido muy presente en el desarrollo de este concierto integrante del ciclo litúrgico y con el que se ha puesto el punto final a la edición del mismo, a la espera de que podamos tener el nuevo ciclo de conciertos litúrgicos sumergidos ya en la normalidad.

Buena respuesta de los granadinos al anuncio de este concierto, observando todas las normas higiénicas que las circunstancias imponen. Pero este concierto de clausura ha tenido respuesta muy amplia del público granadino y los que hemos tenido la suerte de asistir hemos podido saborear la belleza de la música religiosa teniendo como punto de referencia la festividad del Corpus.

El buen organista, el buen músico que es Linares López, nos ha ofrecido un programa cuya ejecución ha sido, en verdad, irreprochable siguiendo la tónica habitual en este intérprete. Seriedad en el planteamiento, desarrollo brillante, seguridad que se manifiesta en todo momento y un buen gusto y un buen tino en elegir un programa tan atractivo e importante. Linares, ya lo he escrito antes, es un espléndido organista, con una larga trayectoria que viene a refrendar su profesionalidad y su alto grado de preparación. Su actuación ha sido brillante y ha respondido sobradamente a lo que de él se esperaba.

Y antes he aludido al buen gusto y buen tino en la elección del programa. En torno a la solemnidad litúrgica de la Eucaristía, el intérprete nos ha hecho adentrarnos en el mundo de la más alta espiritualidad con tres melodías gregorianas de una belleza y de un intenso sentido religioso. Expuestas con la aparente sencillez de este estilo y que nos habla de la sobriedad de una época, ha sido la más hermosa introducción, para después rendir también merecido homenaje a quienes fueron importantes compositores e instrumentistas de nuestro primer templo: don Valentín Ruiz Aznar, hermosa manifestación de su labor creadora en este 'Oh salutaris Hostia', y don Juan Alfonso García, siempre presente en el recuerdo de los granadinos, con otro hermoso fragmento. Después han sido dos excelentes muestras de los maestros franceses, como Boëls y Rafly, para culminar con tres grandes maestros del Barroco: Pachelbel, Buxtehude y el inmenso J. S. Bach. Broche de oro para un gran recital que culminó con el 'Te Deum' cantado por soprano, tenor y órgano.