La calle que se construyó sobre la muralla de Granada
GRANADA ARQUEOLÓGICA ·
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GRANADA ARQUEOLÓGICA ·
Andar por San Juan de los Reyes permite pasear por las murallas medievales más antiguas de la ciudad y por un barrio de casas señoriales, iglesias y conventosángel rodríguez
Domingo, 29 de diciembre 2019, 01:20
Uno de los hechos más relevantes del fenómeno urbano es la presencia de murallas que protegen a la ciudad y Granada está rodeada por fragmentos dispersos que hoy hacen incomprensible su diseño original y su estructura porque no todos son de la misma época ni responden a las mismas necesidades. Tenemos una visión fragmentaria pero poco a poco la arqueología va haciendo más pequeñas las lagunas.
Lo cierto es que la aparición de nuevos tramos de la muralla urbana que estaban ocultos dentro de viviendas o enterrados es lo que paulatinamente ha provocado un mayor enriquecimiento de nuestro patrimonio arqueológico. Pero hablar de las murallas de Granada no es sencillo, porque había un sistema defensivo heredero de la antigua ciudad ibero-romana al que se le fueron incorporando otros con el paso del tiempo. Las intervenciones en el parque lineal de la muralla están sacando a la luz restos muy importantes, pero en este reportaje nos vamos a centrar en el sector sur de la muralla de la Alcazaba Cadima. Es decir del Albaicín, y el barrio de Axares, quizás menos conocido pero con restos también asombrosos.
Tomaremos como eje la calle de San Juan de los Reyes, desde la Placeta de las Escuelas hasta su encuentro con la calle de la Cárcel Alta. Todas las casas de este tramo se apoyan directamente en la muralla, habiéndola invisibilizado. Desde los 90 del siglo XX hasta la actualidad se han recuperado distintos tramos en al menos cinco lugares distintos y paseando por la calle se identifican algunos. Dos son de especial relevancia: los restos de la Placeta de las Escuelas y los que se excavaron en Cuesta de Santa Inés. Pero antes de referirnos a estos ejemplos concretos, conozcamos un poco más cómo era la ladera sur del cerro del Albaicín.
Sabemos que en la parte más alta del cerro se concentró el núcleo urbano de Florentia, protegida por murallas de las que conocemos al menos tres o cuatro fragmentos, pero cuando en la Edad Media Granada comenzó a crecer, antes del traslado desde Medina Elvira, se hizo necesario mejorar las defensas. De hecho, uno de los motivos que provocaron su abandono en favor de nuestra ciudad eran las mejores condiciones defensivas que ofrecía. En cualquier caso, el límite meridional de la ciudad romana se vio superado en el siglo X y se hizo necesario ampliar el perímetro de la primitiva ciudad.
Se construyó un muro de tapial, utilizando en los encuentros sillares de piedra arenisca en aparejo de soga y varios tizones –es decir unos de forma alargada y otros transversales–, que era el que se había utilizado durante el periodo de máximo esplendor del califato de Córdoba, reminiscencia de ese pasado. Estaba jalonada por pequeñas torres que actuaban a modo de contrafuertes y otras de mayores dimensiones que podían albergar una estancia para la guardia, que podía recorrerla desde el adarve superior.
En el muro también se abrían portillos y aliviaderos para la evacuación de las aguas residuales del Albaicín hacia el Darro. A los pies de la muralla circulaba una de las acequias más primitivas de Granada, la de Axares, que tenía su origen aguas arriba del río Darro, y entre la acequia y la margen fluvial –en lo que hoy conocemos como el bajo Albaicín– había zonas de huertas delimitadas por las derivaciones transversales de la acequia principal, que se convirtieron más tarde en las calles, ocupadas luego por casas suntuosas, transformándose con el paso del tiempo en uno de los barrios aristocráticos de la Granada medieval. El origen agrícola del barrio, explicado por el arqueólogo Julio Navarro Palazón, es la razón de que el entramado de este barrio sea mucho más regular y menos tortuoso que en otras zonas del Albaicín.
Una de las puertas de acceso a la primitiva medina de Granada se encontraba en el extremo sur, en la Placeta de las Escuelas, frente a la Iglesia de San Juan de los Reyes, conocida como la Bab al-Taibín o de los Conversos. El nombre le vino dado posteriormente, cuando a finales del siglo XIII se fundó la mezquita de los conversos, que es la actual iglesia. Permitía el acceso a la ciudad desde la zona de huertas y los paseos del Darro.
Del complejo defensivo de la puerta conservamos hoy el torreón que queda en pie en la plaza, y su conexión con la muralla pues es la esquina meridional de todo el recinto, donde se produce el cambio de orientación, prolongándose hacia el Oeste, hasta Cárcel Alta. Podemos visitar sus restos, incorporados en el patio del edificio, hoy apartamentos turísticos, comprobar la complejidad del sistema constructivo y subir hasta la terraza del torreón que nos permite hacernos una idea de cómo era en el siglo X y XI. También conserva todo su frente sur en conexión con la muralla que dentro del Carmen de San Fernando tiene un alzado de más de cuatro metros con detalles muy interesantes como los aliviaderos de aguas residuales, enmarcado por lajas de piedra arenisca.
Como hemos dicho, el resto de edificios actuales apoyan y ocultan de una manera u otra la muralla, habiendo sido excavada en San Juan de los Reyes 7, 11, 13, 67, 69…
Pero sin duda otro de los enclaves arqueológicos que en relación a esta muralla no podemos pasar por alto son los restos que existen dentro del edificio que hace esquina con la Cuesta de Santa Inés, en proceso de rehabilitación por el arquitecto Carlos Sánchez Gómez. Aquí no solo nos encontramos con un amplio tramo de muralla de varios metros de altura sino también un complejo sistema de salida de agua, a modo de desembocadura de la cloaca de la ciudad, y en el interior restos de grandes edificios, con elementos arquitectónicos construidos con sillares de arenisca que posiblemente tuvieran una función diferente a la doméstica. Su visita es una de las grandes sorpresas arqueológicas que nos ha deparado el Albaicín.
Andar por San Juan de los Reyes permite un paseo por las murallas medievales más antiguas de la ciudad y por uno de los barrios –Axares– más emblemáticos a lo largo de toda la historia, plagado de casas señoriales, iglesias y conventos que hunden sus raíces en las antiguas fincas árabes.
Lugar . C/ San Juan de los Reyes, nº 7, 11-13, 67, y 69; Placeta de Porras nº7 y Placeta de las Escuelas nº2
Descripción . Murallas urbanas. Arquitectura militar..
Cronología . Siglo XI d.C.
Tipo de protección . Declarado BIC por formar parte de la arquitectura militar
Acceso . La mayor parte de los restos que citamos se encuentran en el interior de viviendas privadas. Se puede visitar el torreón de la Placeta de las Escuelas pidiendo permiso en la recepción del edificio de apartamentos turísticos.
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