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Si el 47 subió hasta Torre Baró, no nos cabe duda de que las estrellas conseguirán esta tarde ascender por los 44 escalones de la alfombra roja del Palacio de Congreso para la gala de los Premios Goya. Desde primera hora de ayer decenas de ... trabajadores pululaban por las inmediaciones del palacio para dejar todo listo para una cita histórica para Granada, mientras muchos viandantes curioseaban al ver el montaje de un evento que traerá a la ciudad a artistas nacionales e internacionales. El comentario más repetido entre la mayoría de los transeúntes era: «¿Pero van a tener que subir todos esos escalones?». La respuesta es que sí. Si todo transcurre según lo previsto, lo harán, con suerte, sin ningún tropezón.
A las nueve de la mañana, el viento helado que llegaba de las cumbre nevadas de la Sierra era el protagonista en el Palacio de Congresos, mientras los operarios, cada uno a lo suyo, iban colocando todos las señas que ya no dejaban lugar a dudas de que esta tarde, en este espacio, se celebra la fiesta más importante del cine español. En la puerta de entrada al evento, subiendo la eterna escalinata, entonces aún sin alfombra, un cartel a medio colocar en el que ya se podía leer Goya. Junto a las grúas que los trabajadores usaban para terminar de instalar los carteles, estaban los rulos rojos de las alfombras que unas horas después caerían por la escalera. Una puerta abierta asomaba a lo que hoy será el photocall por el que pasearán los invitados más ilustres de la gala y al resto de instalaciones, donde colocaban los carteles para indicar dónde estará el guardarropa, la sala de maquillaje y vestuario para televisión, el espacio de acreditaciones o la planta donde se situará el escenario al que se subirán artistas, presentadores y, sobre todo, los premiados, que son, como el cualquier gala, el secreto mejor guardado.
El Palacio de Congresos se convirtió en un espacio señalizado como un aeropuerto, pero indicando espacios Goya en lugar de mostradores de embarque. Pasillos, recovecos, escaleras, decenas de puertas y ascensores componen un lugar en el que todas las indicaciones son imprescindibles para que cada uno llegue al lugar esperado. Hacer fácil lo aparentemente complicado, en eso trabajaban afanados todos los operarios. Poniendo a Goya como protagonista indiscutible y como rey absoluto de este Palacio, que no es tan bello como el nazarí, pero sin duda será hoy el más estrellado.
Dentro de Palacio
Caminando por los pasillos: muchas mesas, muchas perchas, muchos arcones (de los que suelen verse en la parte de atrás de los escenarios de los conciertos), puertas entreabiertas y detalles ultimándose. El 'sitting' de los famosos, casi listo. En las butacas de las primeras filas, carteles con foto, nombre y apellido, en la mayoría de los casos. ¿Quién puede estar en primera fila? Richard Gere, Antonio Banderas, Javier Bardem… son algunas de las principales estrellas que estarán en el Palacio y verán el escenario de cerca, desde esa fila en la que nadie quiere ver una película en el cine, pero en el que todo el mundo querría estar en una gala como la que hoy se celebra.
En el escenario, impresionante, trabajadores, herramienta en mano, para dejarlo todo listo, tal y como lo veremos en las pantallas.
Y en las salas colindantes, donde algunos de los asistentes verán a través del plasma lo que ocurre en la sala, también se afanaban para que todo brillara.
Y mientras el Palacio se iba transformando por dentro, fuera, el sol iba aplacando el frío y al tiempo que unos operarios terminaban de colocar el cartel de la puerta principal, otros se encargaban de colocar la cinta adhesiva de dos caras, escalón por escalón, para después lanzar la alfombra y ajustarla.
No fue una operación rápida, ni tan fácil como puede parecer cuando ves la tela roja desplegada. Horas de trabajo manual, para ir pegando, tres rollos de alfombra, escalón por escalón, y pegarla y despegarla si no quedaba todo lo bien que se esperaba. Todo ello, mientras los viandantes no dejaban de grabar.
Y entre tanto, aparecían, por sorpresa para muchos, dos de los bustos de Goya que durante estas semanas se han podido ver por las plazas de la ciudad. Sin duda, el pintor que da nombre a los premios tenía que dar la bienvenida, mientras Carlos del Amor, con traje gris claro, bajaba la escalinata que hoy subirán tantos.
Cuentan en 'Segundo Premio' (película nominada para los Goya, que 'no cuenta la historia' de Los Planetas) que Lorca decía que de Granada solo se puede salir por el cielo. Quizás por eso, esta tarde-noche, bajo la atenta mirada de tantos, los invitados a estos Goya tan granadinos, subirán tan alto para poder llegar a esta gala. Al final y al cabo esta ciudad siempre ha sido una señora de las alturas.
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