En su última visita oficial a Granada, el consejero Arturo Bernal tenía una agenda pública y otra menos pública. La primera salió en los papeles. La bailaora granadina Patricia Guerrero será la gran protagonista este verano del ciclo 'Lorca y Granada en los jardines del ... Generalife' con un montaje sobre Mariana Pineda. Y la segunda se la voy a contar en estos momentos. Después de presentar lo de Guerrero en la Alhambra se montó en su vehículo y puso rumbo a la Fundación Rodríguez-Acosta, donde le esperaba su nuevo gerente Íñigo Entrala –acaba de tomar posesión de su cargo–.
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Una jugada estratégica. El Carmen Blanco, una de las grandes joyas patrimoniales de Granada, necesita apoyo después de convertirse en fundación dependiente de la Junta, y no hay mejor forma de hacerlo que organizando una visita al máximo responsable autonómico de Cultura. Bernal se quedó, básicamente, maravillado. Como se quedan todas las personas que recorren el emblemático edificio de la colina del Mauror. Desde enero, que se produjo la reapertura, hasta mediados de mayo, 6.500 personas.
Y Bernal no tardó en adoptar compromisos respecto a una institución que –recordemos– depende administrativa y económicamente de la Junta de Andalucía. Entre ellos, la recuperación de la residencia artística «en el medio plazo», un programa que quedó interrumpido en 2014 y cuyo fundamento estaba íntimamente ligado a la razón de ser del propio Carmen. Rodríguez-Acosta construyó aquello como lugar de creación, para albergar su propio estudio. «Nuestra idea –anticipó Bernal– es que aquí puedan alojarse artistas durante tres, seis o nueve meses para desarrollar sus proyectos». «Hablamos de pintores y de escultores, pero también de otras disciplinas;no se me ocurre mejor reconocimiento a los fundadores», significó. La financiación será con el dinero del Plan Alhambra y con los fondos de la propia Consejería.
A todo ello hay que sumar la necesidad de acometer nuevas inversiones para la «estabilización de diferentes zonas», dijo Bernal. Y también hay en marcha otras iniciativas que fueron adelantadas por el propio Entrala, como la organización de una exposición con imágenes del archivo fotográfico de José Martínez Rioboo –fundamentalmente paisajes y escenas costumbristas de Granada de la primera mitad del siglo XX–. «Queremos hacerlo fuera del Carmen porque nuestra idea es acercar la Fundación hasta los ciudadanos de Granada», explicó Entrala.
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También se está trabajando en otras ideas que se irán materializando en los próximos meses. Una de ellas es volver a entregar la Medalla de la Fundación Rodríguez-Acosta. Una de las últimas galardonadas, en 1992, fue la reina emérita Sofía. Además, en colaboración con el Patronato de la Alhambra, se promoverán actividades varias en el propio Carmen como conciertos de pequeño formato.
La gerencia durante estos cinco meses, hasta la llegada de Entrala, ha corrido por cuenta del delegado de Cultura, Fernando Egea, que ha culminado el proceso de transformación del ente de privado a público. Un periodo en el se ha resuelto, por ejemplo, el concurso para elegir la nueva empresa de guías. El coste general de la entrada es de cinco euros y la especial de diez –esta incluye un recorrido más amplio que añade la galería subterránea, la biblioteca y la casa de invitados–.
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A todo ello hay que sumar la restauración de piezas, como la preciosa fuente del criptopórtico, y el arreglo de fachadas, balcones y grietas. También se está repintando todo para que el Carmen Blanco vuelva a ser el Carmen Blanco. Se está realizando con cal diluida para matizar un poco el brillo. Por último, se han acometido actuaciones en las fuentes y en el sistema hidráulico. Se han realizado, por ejemplo, desatranques en las canalizaciones provocados por acumulación de material vegetal procedente del agua de la acequia.
El consejero Bernal comenzó su visita por el vestíbulo, donde se hallan varias pinturas del propio Rodríguez-Acosta. Desde ahí bajó hasta la biblioteca –el Carmen se distribuye en diferentes alturas–, una estancia que guarda verdaderos tesoros. Como una colección de piezas de la necrópolis ibérica de Tutugi, en Galera.
El responsable de la Junta escribió unas palabras en el libro de firmas de la Fundación, inaugurado por Fernando de los Ríos en 1930. Ahí se pueden leer inscripciones de gran valor como la del pintor Salvador Dalí. Uno de los objetivos de la Fundación este nuevo periodo es la digitalización de este tipo de documentos de tanto valor. También hubo tiempo para bromear sobre las increíbles vistas del barrio de los Alminares –con el campanario de los Escolapios sobresaliendo– desde el ventanal principal de esta habitación.
La tournée siguió por los jardines del Carmen Blanco.Primero el patio principal, después el de Baco y por último el de Venus. La comitiva, encabezada por Íñigo Entrala, el nuevo gerente, realizó parada en la fuente del criptopórtico, que está siendo rehabilitada –el grado de ejecución de los trabajos está muy avanzado–.
El siguiente punto de interés fue el espectacular museo Gómez Moreno. Bernal se detuvo primero ante un cuadro de Hugo van der Goes. Concretamente el 'Llanto sobre Cristo muerto', la escena central de un tríptico basado en modelos de Rogier van der Weiden. También hubo tiempo para observar 'La Virgen niña rezando' de Francisco Zurbarán y un impresionante óleo sobre cobre de José de Ribera.
El itinerario terminó, entre abrazos, en el taller de restauración de la Fundación Rodríguez-Acosta.
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