![Cultura en Granada | «La verdadera literatura es la que se lee de un siglo para otro»](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/201911/19/media/cortadas/RAMIREZPOSADAS-kX9D-U907342340053wB-624x385@Ideal.jpg)
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Sergio Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942) y Carmen Posadas (Montevideo, Uruguay, 1953) son dos de los escritores más exitosos de Iberoamérica. Su éxito se ha basado en un trabajo constante, que ha tenido mucho de observación y disección de su entorno, a veces diverso ... en lo geográfico, pero marcado por pequeñas y grandes infamias, podríamos decir parafraseando el título de una de las obras de Posadas. Ganador del Premio Cervantes él, ganadora del Premio Planeta ella, están en Granada en estos días como integrantes del jurado de los premios IASA de microrrelato, entregados anoche. Ramírez mantendrá hoy además un encuentro organizado por la Asociación de Nicaragenses residentes en Granada, a las 19.00 horas en la Biblioteca de Andalucía.
Precisamente, la conversación con ellos, que se desarrolla en el Carmen de los Mártires, desde donde tienen unas ventanas privilegiadas a la Alhambra, comienza por la propia definición de este género, y su dificultad. «Creo que lo más atractivo del microrrelato es la posibilidad de encapsular la belleza del mundo en muy pocas palabras», manifiesta Posadas. «Por eso es un género tan difícil. Hay que crear y cerrar historias en poco espacio». Para Ramírez, «este género parte de la necesidad de contar una historia, y hacerlo rápido, además. Es una pulsión inherente al ser humano. Somos contadores de historias porque cada vez que tenemos una conversación intentamos que lo que decimos sea interesante y atraiga».
Posadas destaca, en relación al concurso de IASA, la alta calidad de los originales presentados. «Estoy acostumbrada a ser jurado de concursos, y es difícil encontrar uno con la calidad de obras de este», comenta. «Los micorrelatos valen más en ocasiones por lo que no cuentan. Queda al arbitrio del lector el completar el puzle de la historia. Y esto lo he encontrado frecuentemente en los microrrelatos presentados a este certamen». El Premio Cervantes tercia: «Hoy se puede decir mucho con muy pocas palabras, y antes también, con las greguerías, por ejemplo. A veces, en pocas palabras se dicen muchas groserías, como hace Trump. En los microrrelatos se redondean las imágenes como con un pincel, y me he encontrado muchos buenos cuadros aquí».
Las historias cortas han tenido un papel muy importante en sus vidas. «Empecé a oír cuentos de mis abuelas, de las empleadas de casa. Y lo primero que recuerdo son cuentos de fantasmas, de terror, de esos que te dejan sin dormir». La pregunta surge inevitablemente: ¿Es el momento actual de su país un cuento de terror? «Sin duda», responde el escritor nicaragüense. «Como en tantos lugares de Iberoamérica», apoya Posadas. «Pasamos de Evo Morales a la ultraderecha, sin encontrar polos de entendimiento a medio camino», afirma el Premio Cervantes. Preguntada la autora hispano-uruguaya, hija de diplomáticos y acostumbrada a pisar moqueta, sobre el porqué esas moquetas cambian tanto a las personas, opina que «hay muchos políticos que llegan intentando poner justicia y raciocinio, y al final acaban engullidos». En este sentido, cita una frase de Quino puesta en boca de Mafalda, su emblemático personaje: «Hay que darse mucha prisa en cambiar el mundo antes que el mundo lo cambie a uno».
Que la literatura iberoamericana es una historia de éxito desde tiempo inmemorial es incuestionable. También que abrió la puerta a nuevas formas de usar el español y de entender el mundo. «Estuvimos a punto de morir por ese éxito», afirma Carmen Posadas. «Cuando empecé a hacer giras por Estados Unidos, me decían en las entrevistas que en mis obras no había palmeras ni cocoteros, ni mariposas amarillas, ni adolescentes núbiles que subían a los cielos», afirma, divertida. «Nuestra riqueza es que somos un continente, el primero donde se produjo una fusión real, esa de la que tanto se habla ahora. Tenemos influencia española, indígena, pero también polaca, inglesa, china o japonesa». «Somos una mezcla muy variada, del río de la Plata hasta el Caribe. El estereotipo del mestizo indohispano no corresponde a nuestra complejidad, porque se ignora el componente africano, tan presente en el arte, la música o la religión», destaca Sergio Ramírez.
Ambos autores han sido espectadores privilegiados de un mundo muy diverso, que va de los Balcanes hasta el Cono Sur. ¿Dónde está el riesgo de su discurso literario? «El riesgo depende de dónde creces. Supongo que habrá escritores sin riesgo, quizá en los países nórdicos…», dice con humor Sergio Ramírez. «Pero es casi imposible vivir en Iberoamérica sin palpar el riesgo. Se puede escribir una obra literaria siendo ajeno a lo que ocurre, pero siempre tenemos la tentación de asomarnos a ese abismo del mundo y dejarnos arrastrar por él». Con todo, Carmen Posadas es optimista a largo plazo: «Podemos remontarnos a Plinio El Viejo para decir con él que este mundo se dirige a la catástrofe. Pero siempre la historia nos saca de ese agujero. Todo es cíclico. Ahora, parecemos estar en un agujero bastante profundo. Los tumultos que se suceden de un extremo a otro del mundo me hacen recordar aquella frase del Eclesiastés de que hay un tiempo para construir y otro para destruir».
El papel de los medios de comunicación en este panorama es fundamental, afirman. Ambos son conocidos columnistas en cabeceras internacionales. «El mayor desafío de la prensa de hoy es no desaparecer. Y para ello, debe ofrecer opiniones y puntos de vista de calidad, noticias muy trabajadas, ángulos de la información que uno no encuentra en el teléfono. Uno quiere hallar en las páginas escritas opiniones provocadoras y ángulos que desconoce». Posadas tercia y afirma que «los periódicos deben aportar opiniones de prestigio. La democratización de la opinión es necesaria pero peligrosa. No puede ser que importe más lo que dice un bloguero que lo que dice Sergio. Que todo se mida por el número de 'likes' es una perversión absoluta. Para mí la verdadera literatura es la que es capaz de pervivir, la que se lee de un siglo para otro. Cualquier libro no es literatura».
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