JOSÉ IGNACIO CEJUDO
GRANADA
Martes, 12 de marzo 2019, 20:07
El conocimiento no tiene límites y a veces, incluso en las mayores aventuras, conviene iniciar el viaje partiendo de lo que rodea a uno mismo. En la búsqueda de vida en el Universo sólo existe una certeza a día de hoy: la hay, y compleja ... e incluso inteligente, en al menos un planeta, la Tierra. En nuestro caso, los biólogos y los astrobiólogos poseen ya una idea bastante forjada y consensuada acerca de su origen y evolución. No obstante, un equipo de científicos de la NASA, el Jet Propulsion Laboratory (JPL), se ha propuesto profundizar sobre lo que ya se sabe antes de contemplar nuevos horizontes en las lunas de Júpiter y Saturno, donde sospechan una posibilidad de vida.
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Tomás Ruiz Lara, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias, explica a IDEAL que la intención de los científicos que conforman el JPL es la de «permitirnos conocer aún mejor nuestros orígenes y este milagro o casualidad que llamamos vida pero además aplicar ese conocimiento para encontrar otros posibles signos de vida en otros planetas». «Después de todo, y como dijo el gran Carl Sagan, 'si fuéramos los únicos en este Universo, sería un gran desperdicio de espacio'», apostilla el astrofísico y divulgador, con sentido del humor.
Ruiz Lara apunta que el trabajo emprendido por el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA se concentra «en la formación de aminoácidos, que son los ladrillos que forman las proteínas que a su vez componen a todos los seres vivos, en el fondo marino». Lo que se suele conocer como 'respiraderos hidrotermales', un fenómeno que se forma naturalmente «en grietas del fondo marino donde material calentado en la corteza terrestre sale a modo de chimenea».
¿Qué pretenden estos científicos de la NASA? Reproducir el origen de la vida en la Tierra. «Replicando las condiciones de vida iniciales esperadas de los océanos terrestres hace cuatro mil millones de años y las condiciones esperadas también alrededor de estos respiraderos en un laboratorio, este grupo de investigación ha sido capaz de formar a partir de minerales y compuestos orgánicos dichos aminoácidos, logrando su objetivo», explica Tomás Ruiz Lara.
El investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias indica que «los autores del estudio especulan con la existencia de estos respiraderos hidrotermales, fábricas de aminoácidos, bajo la cubierta helada de las lunas Europa, de Júpiter, y Encédalo, de Saturno, donde se prevé la existencia de océanos». «Esta vía de formación de 'ladrillos' para la vida pudo ser importante en la Tierra primigenia y podría estar presente hoy día en otros lugares del Sistema Solar y más allá. Estudios como este y otros por venir serán claves para diseñar las futuras misiones que nos permitirán conocer mejor el Universo que nos rodea, a la vez que nos conocemos mejor a nosotros mismos», reflexiona Tomás Ruiz Lara para IDEAL.
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