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La investigadora Mariam Sahrawy, en uno de los laboratorios de la Casa Roja. PEPE MARÍN
El futuro germina en el Zaidín

El futuro germina en el Zaidín

La Estación Experimental del Zaidín inauguró ayer la rehabilitación de la Casa Roja, un complejo de 1.100 metros cuadrados que se empezó a construir en 1971

José E. Cabrero

Granada

Miércoles, 16 de marzo 2022, 00:59

Entre un cielo rojo y una tierra roja brota un edificio de ladrillos rojos. Pese a que llevaba años echando raíces, ayer, precisamente ayer, el día de la calima, la Estación Experimental del Zaidín (EEZ) inauguró su nuevo complejo: la Casa Roja. «Aquí nombramos a los edificios por colores», explicó Matilde Barón, directora de la EEZ. «Y estamos muy contentos –siguió–. Es un momento importante, un proyecto largamente acariciado, frustrado por la crisis económica pero que hoy, al fin, podemos inaugurar. Ahora esperamos llenarlo con talento».

Con una inversión de más de cinco millones de euros, la Casa Roja tiene 1.100 metros cuadrados de superficie distribuidos en cuatro plantas y treinta laboratorios que comparten el departamento de bioquímica, los servicios científicos de la estación, un departamento de riesgos laborales y una sala de lactancia. «Somos un centro que favorece la conciliación familiar».

La Caa Roja, en la Estación Experimental del Zaidín. PEPE MARÍN

La construcción de la Casa Roja (antes llegaron la Casa Blanca y la Amarilla, todas concentradas en el número 1 de la calle Profesor Albareda) se inició en 1971. 51 años después, el tercer complejo del EEZ se ha restaurado hasta permitir la incorporación de más personal y la creación de nuevas secciones de investigación. En el acto inaugural participó Raquel Yotti, Secretaria general de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación, que aseguró que la Casa Roja «es un símbolo del proceso de renovación de las estructuras y de la apuesta por la ciencia y la tecnología en este país». «Necesitamos celebrar para evolucionar –subrayó–. Hacer un alto en el camino para mirar hacia delante. Cuando lo hacemos unidos nos permite mejorar nuestra fortaleza, pero también a toda la sociedad».

Por su parte, Francisco Cuenca, alcalde de Granada, repasó «con orgullo» los cinco centros que hay en Granada del CSIC: el Instituto de Astrofísica, el López Neyra, el Instituto de Ciencias de la Tierra, la Escuela de Estudios Árabes y la EEZ. «Los grandes retos de la humanidad, los del presente y los del futuro, se están abordando en Granada», aplaudió Cuenca.

Rosa Menéndez, presidenta del CSIC, tampoco se perdió la puesta de largo de la renovada Casa Roja y aprovechó para recalcar la labor social de la EEZ: «Su objetivo fundamental es la protección del suelo y de los cultivos frente a plagas, enfermedades y contaminantes. Aquí se hace una labor admirables y tengo la certeza de que las nuevas instalaciones contribuirán a dibujar una trayectoria cada vez más brillante». «Estamos conociendo directamente pandemias, guerras, migraciones, efectos del cambio climático, crisis políticas, económicas, humanitarias... En un escenario tan duro nuestra obligación práctica y moral como institución científica es seguir investigando porque el conocimiento es el mejor entorno para fomentar una sociedad próspera, cohesionada y fuerte».

Momento de la inauguración de las instalaciones. R. I.

Vanguardia

La producción científica de la EEZ, con unos doscientos trabajadores, alcanza unas 160 publicaciones anuales, el desarrollo de 14 patentes y más de 40 contratos y acuerdos con empresas. Aquí se realiza investigación de vanguardia en biología vegetal, animal y microbiología, desarrolla aplicaciones biotecnológicas para la protección del medio ambiente y estrategias de producción agrícola y ganadera sostenibles. En uno de los nuevos laboratorios de la Casa Roja ya está instalada Ana Belén Robles, doctora en Biología y responsable del Servicio de evaluación, protección y restauración de los agrosistemas mediterráneos. «Trabajamos con las últimas tecnologías, como drones o gps de precisión para el ganado, y somos pioneros en crear una red de cortafuegos formada por doscientos ganadores».

Carmelo Ruiz, en uno de los laboratorios de la Casa Roja de la EEZ. PEPE MARÍN
Imagen principal - Carmelo Ruiz, en uno de los laboratorios de la Casa Roja de la EEZ.
Imagen secundaria 1 - Carmelo Ruiz, en uno de los laboratorios de la Casa Roja de la EEZ.
Imagen secundaria 2 - Carmelo Ruiz, en uno de los laboratorios de la Casa Roja de la EEZ.

Cada planta de la Casa Roja es similar a las otras: largos pasillos blancos rodeados de despachos, salas de trabajo y batas blancas. En la tercera planta está el investigador Carmelo Ruiz, colocando unas plantas sobre un fondo negro. «Esto es un cultivo de arroz –explica–. ¿Sabes que la tierra de todo el planeta está cada vez más salina? Eso significa que es cada vez más difícil cultivar. Queremos saber si agregando una sustancia podemos hacer que el arroz sea más resistente al suelo salino».

Unas plantas más abajo, en un laboratorio idéntico al anterior, Mariam Sahrawy coloca una hoja en una máquina extrañísima que emite una luz violácea. «Es un analizador de gases por infrarrojos. Sirve para medir la cantidad de CO2 que capta una planta y cuánto oxígeno expulsa. Cuanto más CO2 capte, más sintetiza y más puede producir». Aquí germinan las semillas del futuro.

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