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Carolina Murcia, de los fogones del Boabdil a las cámaras de cine

Carolina Murcia, de los fogones del Boabdil a las cámaras de cine

La granadina ha estrenado su segundo cortometraje, 'Desert Roose', un 'western' surrealista en el que han participado 25 personas

Sábado, 2 de julio 2022, 23:50

El del cine es un vicio fantástico. Quien se acerca a él como espectador acaba seducido por ese milagro que conmueve el corazón a 25 imágenes por segundo, como cantaba Dulce Pontes en la canción que le compuso Ennio Morricone sobre la música de 'Cinema Paradiso'. Nadie está a salvo de su embrujo. Y mucho menos si se tienen ganas de caer rendida a sus pies, como es el caso de Carolina Murcia. Pero su caso es especial, ya que regenta junto a su familia el muy conocido Restaurante Boabdil, un local tradicional situado al principio de la calle Elvira, junto a plaza Nueva. Y combina los fogones, la claqueta y los focos con igual soltura. Incluso piensa las escenas cuando cocina, «sin descuidar el fuego», dice sonriendo.

La vocación de Carolina Murcia por el cine surgió cuando estudiaba Comunicación Audiovisual en Granada, donde se formó como cineasta. «Primero realicé un cortometraje por el que obtuve un premio que implicaba otro año de formación en una productora, y poco a poco me fui haciendo con los hilos de este maravilloso medio de expresión artística», comenta. Durante ese año de trabajo en Filmosofía, fue adquiriendo las herramientas que le han hecho perseverar en este difícil mundo. «Aprendí mucho con Rubén Serra y Susana Romero», recuerda.

Su primer trabajo era una historia de amor entre nobles en el siglo XVIII, y fue rodada en italiano, ya que se ambientaba en el país transalpino. «Siempre he pensado que nuestro acento granadino está muy bien para contar una historia que se desarrolla en Granada, pero que es mejor internacionalizar la expresión si la historia tiene lugar fuera». Por ello, su segundo cortometraje, que acaba de estrenar y que está disponible en plataformas como YouTube, ha sido rodado, en parte, en inglés. Así, la obra homenajea a los grandes documentalistas y en particular a una joya del séptimo arte, 'Nanuk, el esquimal', la obra maestra de Robert Flaherty, rodada en 1922. También rinde tributo Carolina Murcia a Félix Rodríguez de la Fuente, cuyo trabajo le apasionó desde siempre.

Exotismo

'Desert Roose' es, pues, según su autora, un docudrama con elementos exóticos y surrealistas. Su objetivo es sensibilizar a quien lo vea sobre el grave problema que se nos presenta ante la escasez de agua provocada por el cambio climático. De ahí esa segunda 'o' que aparece en la palabra 'Roose' y que no debiera estar. «He querido añadirla para representar dos gotas de agua, porque el argumento gira en torno a un concurso de talentos organizado por un terra y aguateniente en el que el premio es un tanque del líquido elemento», dice.

Aunque la producción ha sido muy modesta –ninguno de los actores ni técnicos ha cobrado por su trabajo, y todos lo han hecho por cercanía y amistad hacia su creadora–, sí que ha habido una gran diversidad de localizaciones: la propia capital, en el entorno de la calle Elvira y los barrios del Albaicín y el Sacromonte; la población de Chauchina, El Fargue, la Costa... Se tuvo que rodar en varias etapas, ya que, como ha ocurrido en múltiples casos, la pandemia partió sus planes por el eje. «En total, fueron unos 30 días de rodaje, siempre los lunes, que es el día en que la hostelería tradicional descansa», comenta Carolina.

La elección del género cinematográfico, el 'western', nace de la fascinación de la directora por ese imaginario. Cineastas como John Ford o Sergio Leone la han inspirado. Piensa, además, que el modo narrativo del cine del oeste se lo pone fácil al espectador para entrar en la historia.

Casting sucesivo

La historia de 'Desert Roose' ha ido creciendo como una oruga, incluso en el capítulo del casting. «Si veía a un cliente en la barra que me cuadraba física o gestualmente para un determinado papel, lo abordaba y se lo proponía. Lo más extraño es que todos decían que sí...», dice entre risas. Así, entre quienes aparecen en el corto aparecen holandeses, italianos, alemanes... De hecho, el actor que incorpora al villano, el señor Campbell, es teutón. Entre sus compañeros hay artistas y cantantes como Tom Larder –de Doghouse– y Javi Cuesta.

En el fondo, en 'Desert Roose' subyace una reflexión en torno al poder: «Cuando un hombre blanco hace daño a otro, siempre es una lucha por el poder, tíñase este de dominio territorial o económico», asegura la cineasta. Y para dar el toque autóctono al trabajo, ha introducido sentencias muy granadinas en fotos fijas que emparentan con el cine mudo, tales como «Al borracho fino, no le basta ni el agua ni el vino».

Carolina Murcia interpreta además en el cortometraje a Anita, quien se acaba vengando del villano organizador de ese particular concurso de talentos en que el pulgar hacia abajo significa, literalmente, la muerte. En la banda sonora hay un poco de todo, desde guiños a Ennio Morricone hasta el 'Despacito' de Luis Fonsi, y en la dirección artística ha contado con una ayuda muy cercana, la de su hermana Geraldine, que pone su saber pictórico –que también decora el restaurante– a beneficio de la historia, e interpreta uno de los papeles protagonistas.

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