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Escena de una película china
China declara la guerra a Hollywood

China declara la guerra a Hollywood

Un propagandístico filme contra EE UU fue el segundo más taquillero del mundo por su enorme éxito en el gigante asiático

Pablo M. Díez

Corresponsal en Pekín

Lunes, 21 de febrero 2022, 00:05

En medio de la creciente rivalidad con Estados Unidos, exacerbada con el coronavirus, China le ha declarado la guerra a Hollywood. No solo en la taquilla, sino también en los contenidos. Una película bélica propagandística, 'La batalla del lago Changjin', fue el año pasado la segunda más taquillera del mundo, solo por detrás de 'Spiderman: no way home'. Frente a los 1,4 billones de dólares (1,2 billones de euros) recaudados por esta enésima entrega del 'hombre araña', proyectada en todo el planeta, la cinta china ganó 900 millones de dólares (793 millones de euros) por el enorme éxito en su país, que en 2020 superó a EE UU como el mayor mercado cinematográfico del mundo gracias a que las salas reabrieron antes por el control de la pandemia.

Bajo la tutela ideológica del Departamento de Propaganda del Partido Comunista, 'La batalla del lago Changjin' es una superproducción de 200 millones de dólares (176 millones de euros) que narra uno de los episodios más sangrientos de la Guerra de Corea (1950-53). Entre el 27 de noviembre y el 13 de diciembre de 1950, y a temperaturas que cayeron hasta los 40 grados bajo cero, unos 120.000 soldados chinos se enfrentaron en el embalse de Chosin a 30.000 militares de la ONU que, liderados por EE UU, habían penetrado en Corea del Norte para rechazar la invasión del Sur lanzada en junio por el caudillo comunista Kim Il-sung con la ayuda de la Unión Soviética. Ante el avance de las tropas estadounidenses e internacionales cerca de la frontera con China, Mao Zedong envió más de un millón de soldados que les hicieron retroceder.

Esa retirada, que devolvió la contienda al Paralelo 38 donde había empezado y la estancó allí hasta su final tres años después, empezó con la contraofensiva del embalse de Chosin. Aunque su ataque impidió el plan estadounidense de acabar la guerra antes de Navidad, el Ejército chino pagó un altísimo precio en vidas y se calcula que en dicha batalla perecieron 50.000 de sus soldados, más de la mitad congelados, por unos 18.000 de las fuerzas aliadas.

Como no podía ser de otra manera en una película supervisada por la propaganda, su lucha es glorificada anteponiendo los valores ideológicos a los humanos. Y, al igual que hacen las americanadas con los nazis o los soviéticos, esta 'chinada' de guerra ensalza sin fisuras a sus héroes y envilece a sus enemigos como si fueran sádicos, soeces o, simplemente, estúpidos. Con los cañonazos reflejados en sus gafas de sol, buena prueba de ello es el siniestro retrato del general MacArthur o, en el extremo opuesto, el sacrificio con planos a lo Matrix del hijo mayor de Mao intentando salvar un mapa de un bombardeo estadounidense.

Al menos eso es lo que cuenta la película, pero parece una de las muchas licencias que se permite la propaganda para reescribir la historia. La más importante es que obvia que la guerra de Corea empezó cuando Kim Il-sung invadió el sur, culpando a EE UU del estallido. La cinta no solo arranca con MacArthur bombardeando el norte tras la ofensiva que consiguió repeler su agresión, sino que uno de los comandantes chinos arenga a sus tropas asegurando que «los imperialistas de EE UU han empezado una guerra contra Corea». Un 'olvido' comprensible porque la película 'solo' dura tres horas y, evidentemente, no cabe todo.

Gestas del Partido Comunista

Los errores y falta de medios, ropa de abrigo y hasta comida del Ejército chino, que llevaron a la muerte a miles de soldados, son retratados como gestas del Partido Comunista. Sin margen para la duda o complejidad emocional, sus héroes aceptan con orgullo su destino, aunque eso signifique romperse los dientes comiendo patatas congeladas o perecer petrificados como estatuas de hielo sosteniendo sus fusiles y ametralladoras.

Llama la atención el ensañamiento contra EE UU en un momento de tanta tensión con Occidente que parece la 'Nueva Guerra Fría' del siglo XXI. Mientras un soldado chino pregunta «cuántos americanos hay que matar para ser un héroe», Mao se queja de que «los extranjeros nos miran por encima del hombro». Con una lectura política más actual que nunca, la película también desliza que los americanos han invadido territorio chino por estar en Taiwán, la isla hoy independiente donde se refugió el Gobierno del Kuomintang derrotado por Mao en la guerra civil y cuya soberanía reclama Pekín.

En un clima cada vez más nacionalista, 'La batalla del lago Changjin' ha cosechado el mayor éxito del cine chino. Para Xiao Fuqiu, crítico citado por el 'Global Times', altavoz del Partido Comunista, su popularidad se debe a que «el creciente sentimiento nacional encaja en la constante rivalidad entre China y EE UU». Claro que, para ello, ha contribuido que en China solo se permiten 34 películas extranjeras al año y, además, las empresas estatales han comprado en masa entradas para sus trabajadores, que han tenido que alabarla la hayan visto o no. Si alguien se atreve a criticarla, puede ser detenido como el periodista Luo Changping, acusado de «dañar la reputación y honor de los mártires nacionales» por decir que los soldados que murieron congelados fueron «estúpidos».

En el plano técnico, a pesar de su elevado presupuesto, los decorados de cartón piedra y las interminables batallas y escenas de acción y explosiones con ordenador cantan tanto como la propaganda. Por su impostura y artificialidad, 'La batalla de lago Changjin' está muy por debajo de obras maestras del género, como 'Salvar al soldado Ryan', 'Apocalypse Now' o '1917', y será difícil que tenga éxito entre el público no chino.

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