Adriana, de 10 años, graba a sus compañeros de la Escuela de Cine. ALFREDO AGUILAR

Un colegio de Granada estrena una clase de película

El colegio CajaGranada inició este curso una Escuela de Cine para padres y alumnos que culmina mañana con una gala solidaria en la que proyectarán sus cortos

Martes, 24 de mayo 2022, 00:49

La del Colegio CajaGranada es una historia de amor. De amor al cine y a la educación. Es uno de esos romances de película en la que los protagonistas entienden, antes del 'The End', que el éxito, casi siempre, está en el camino. «¡Venga, ... que empezamos!», ordena Mercedes García a la hilera de niños y niñas que entran en tropel al salón de actos. «¡Todos a sus puestos!», repite con voz potente, ese tipo de voz tan necesaria en un set de rodaje y, claro, en un colegio. Ella es la subdirectora del centro y, también, la fundadora de la Escuela Granadina de Artes Cinematográficas (EGAC). «A mí siempre me ha apasionado el cine como arte y como herramienta educativa. El cine es un arte que engloba a otras artes y todas enseñan algo valioso».

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En el salón de actos, el lugar donde semanalmente se celebran las sesiones de la EGAC, hay 63 participantes que van de los 10 años de Adriana, de 4º de Primaria, a los «mejor no te los digo» de Miriam y Ario, dos madres de alumnas. «La EGAC es un proyecto del colegio –explica García–. Es una escuela de cine para todas las edades con la que hacemos un recorrido muy completo por las posibilidades que el cine ofrece: dibujo, fotografía, sonido, producción, edición, montaje, interpretación...».

Mercedes García, subdirectora del CajaGranada, rodeada de sus estudiantes. A. AGUILAR

Y así ha sido cada miércoles por la tarde, de 16.00 a 17.30 horas. Cada sesión se ha dedicado a una temática diferente, para abrir todo el abanico de posibilidades. «El año que viene queremos dividir el grupo grande por especialidades, para que cada uno profundice en lo que más le guste», dice García. Esta original escuela nace de un concurso de cortos que el colegio hacía antes de la pandemia. «Hay talentos escondidos increíbles y los niños demandaban volver a rodar. Decidimos abrir la escuela y esperamos que, tal vez –carraspea, cómplice–, nos escuchen desde la Junta de Andalucía para que metan asignaturas como estas en sus currículos».

La EGAC culmina su primer curso de vida mañana, en el propio colegio, con la celebración del festival Enciende la Luz. «Los alumnos han grabado once cortos con una calidad maravillosa en la que se ve lo que hemos aprendido este año. Este festival y esta escuela nacieron con una apellido: con conciencia social. Entendemos que el arte tiene que servir para algo, que es un bien social. Por eso recaudaremos fondos durante la gala para la Fundación Uapo, la Unidad de Atención a Pacientes Oncológicos creada por Jesús Candel, que participará en la gala». Y no será el único invitado, también contarán con el pianista Borja Niso, el dibujante y antiguo alumno Jorge Jiménez o el protagonista del documental '7 lagos, 7 vidas' (dirigido por el granadino Víctor Escribano), David Riaño, enfermo de ELA.

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«Los alumnos han grabado once cortos con una calidad maravillosa en la que se ve lo que hemos aprendido este año»

Para ver el festival en vivo y en directo hay 306 plazas, pero estamos todos más que invitados: «Hemos creado una fila cero, para todo el que quiera colaborar –remarca García–. Si a alguien le apetece sumar, puede hacerlo aquí, en el cole, o a través de nuestra cuenta de Instagram @egac_cine».

Foto de grupo de la ESAC. A. A.

Artistas

La EGAC nace del impulso de Mercedes García, la seño de inglés del CajaGranada. «Pero no sería posible sin el apoyo de otros profesores y antiguos alumnos: Chari Alcalá, Sherezade Gervilla, Alejandro Tortosa y Antonio José Castillo», subraya. «Ni, por supuesto, sin ellos», sonríe mientras abarca con sus brazos a los más de sesenta alumnos que se reparten por la sala. Ellos son los artífices de once cortos que van desde el thriller psicológico o el falso documental, a la concienciación social y los fantasmas imposibles.

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A Fátima, Álvaro, Guille, Alonso y Javier, de 15 años, les encanta el cine. El año pasado ganaron un premio en el festival de cortos de Cádiar por 'Hermanos de sangre', que cuenta una guerra entre varios hermanos que tienen ideologías distintas. Al festival se presentan con un corto de aventuras a lo 'Indiana Jones' y todos admiten que el cine, por ahora, es «un hobby». Todos menos Fátima, que quiere estudiar Imagen y Sonido para dedicarse a la edición.

Entre los alumnos de la EGAC hay auténticas vocaciones de futuro, como la de María Ángeles Lucena, de 3º de ESO, que ha sorprendido creando, ella sola, un corto de animación: «Llevo dibujando toda la vida y me gusta crear mi propio mundo. Me gustaría hacer un proyecto más grande en el futuro y por eso la escuela me ha venido muy bien». O Rosa y Eva, de 2º de ESO, que han grabado un falso documental en el que sus mascotas hablan sin tapujos sobre sus dueñas: «A mí me gustaría ser productora musical», dice Eva. «Y yo quiero dedicarme al cine», añade Rosa.

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Fátima, Álvaro, Guille, Alonso y Javier. A. AGUILAR

Miriam, de 15 años, ha compartido clases con su madre, también Miriam. Ellas, con Nerea, María y Lucía, todas de 4º de ESO, han escrito una de esas historias para romper mandíbulas: un cásting en el que las actrices que se presentan descubren, en mitad, que tienen extraños trastornos de personalidad... «Queríamos algo que hiciera pensar a la gente y que fuera divertido», detallan. Andrea, por su parte, lleva seis años en una escuela de interpretación: «Ser actriz es el sueño de mi vida». Ella, Fran y Noelia han grabado un corto bélico en italiano, inglés y español.

Jimena, Marta y María han convertido una historia real, la de un niño enfermo en la Unidad de Oncología, en el origen de un superhéroe: «El niño descubre que tiene poderes para curar enfermedades y es su manera de cambiar el mundo». Y el equipo de Adrián Fuentes presenta un corto mudo sobre el bullying: «No dejemos sus historias mudas, pongámosle voz entre todos», dice, orgulloso.

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«Yo he aprendido que nunca te tienes que rendir»

Laura, Hugo, Alejandro y la pequeña Adriana –a la que todos adoran, por cierto– se han esforzado mucho para sacar adelante el corto que querían. «¿Qué hemos aprendido del rodaje? –repite Hugo, pensativo– Yo he aprendido que nunca te tienes que rendir. Que por mucho que cueste, si trabajas, al final consigues el objetivo. Estamos muy contentos». Y ahí lo tienen, justo antes del 'The End', la lección de este romance entre la educación y el cine. Una clase de película.

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