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Simba coloca su zarpa imberbe sobre la huella de su padre, Mufasa, evocando el imparable ciclo de la vida que está por venir. La mítica escena de 'El Rey León' –sólo recordarla, imaginar su música, eriza el vello– es la perfecta metáfora de la unión de dos generaciones, la de los niños que siguen asombrados con el clásico de Disney de 1994, y la de los que están a punto de crear un recuerdo imborrable con el remake hiperrealista dirigido por Jon Favreu ('Iron Man', 'El Libro de la Selva'). Y justo en medio de esos dos viajes temporales, uniendo los ciclos, Álex Álvarez (1988), el granadino que ha reconstruido esa escena.
Esta es la historia de uno de esos niños que creció rodeado de cintas VHS, cómics en la mesa y montañas de libros en las estanterías. Con una entrañable excepción que Spielberg potenciaría hasta la épica: su madre trabajaba en la taquilla del cine Magallanes, en Algeciras, y, cuando era pequeño, hacía las veces de guardería. Su padre le llevaba allí, donde pasó largas horas viendo estrenos, protegido y asombrado por el poder de las historias. «Me empapé de películas como 'Star Wars', 'Cristal Oscuro', 'Eduardo Manostijeras', 'Willow', 'El Pato Howard', 'Pesadilla antes de Navidad' o 'Jurassic Park'. Eso, cuando eres una esponja, te marca». El cine le pegó tan fuerte que llegó a sufrir una etapa de pesadillas soñando que E.T. iba a su cama cada noche, «con esas manos y esos andares que tenía...»
Con 5 años, su familia se mudó a Granada por cuestiones laborales. Y aquí fue donde crecieron él y su curiosidad por la magia del cine: «Me apasionaban las criaturas que salían en las películas. Me llamaba mucho la atención cómo conseguían crear personajes que no existían, cómo los hacían reales». Pero el detonante definitivo llegó a finales de los 90, con el estreno de 'Toy Story', 'Matrix' y 'La Amenaza Fantasma' (entre otras). «Empecé a investigar sobre efectos especiales y me interesé por aquella cosa como profesión; algo que empezaba a comprender lentamente, pero que, en aquel momento, era ciencia-ficción profesionalmente en España».
Mientras iniciaba Ingeniería Informática en la Universidad de Granada, se dedicó a estudiar tutoriales y libros de animación mientras dibujaba y veía cine sin parar. Al segundo año de carrera, la dejó para seguir el impulso. «Hice un curso online con James Bennet, un 'crack' animando criaturas en películas como 'Avatar' o 'King Kong'. Fue de quien más aprendí cuando empecé, hace ya más de 10 años». Luego viajó a República Checa, donde realizó un curso de verano con profesionales de Pixar, Disney y Valve (tres de las grandes compañías de la animación). «Allí conocí al director de animación de 'Toy Story', Rick Quade, que me sorprendió como persona y me dio los mejores consejos de animación, más allá de la técnica».
Y así fue como, paso a paso, arrancó una carrera en el mundo de la animación que culminó hace ya más de un año, cuando llegó a Londres para trabajar en un proyecto colosal, de primera línea y con el que sentía una conexión vital: 'El Rey León'. «Mi trabajo era animar; dar vida a los personajes. El nivel de realismo es enorme y, en mi caso, he estado más de un año animando a Simba y Mufasa en la secuencia de la estampida». Claro que también ha podido compartir horas con Zazú, con una tropa de insectos en el árbol de Rafiki y con Nala y Sarabi. «Si veis el tráiler, hay una escena en la que Simba pone su pata sobre la huella de Mufasa, esa toma es mía. Trabajé en esa secuencia: Simba subiendo una colina, se tropieza con la huella y después un primer plano de él mirándola y marchándose para hablar con Mufasa».
Tras un año y medio intenso, «de mucho curro», Álex subraya que el nivel de detalle que veremos en 'El Rey León' es «muy alto». «Conseguir que un animal que está hecho por ordenador sea hiperrealista no es fácil», explica. «Hemos tenido que estudiar muy a fondo –continúa-– cómo se mueven los leones y el resto de animales. El equipo es enorme, con un montón de departamentos; en el nuestro éramos unas 60 personas». Un equipo que contaba con auténticos referentes de la animación, como Andy Jones, responsable de las criaturas de 'Avatar' y director de animación en 'El Libro de la Selva', y Gabriele Zucchelli, supervisor del proyecto. «Cada día entrábamos en la sala de 'dailies' (donde se revisan los planos del film) y eran auténticas 'masterclasses'». En el estudio de la película, MPC Film (Moving Picture Company), había otra decena de españoles que también trabajaron en la película, sólo otra andaluza, Paola, de Málaga.
¿Qué se siente al trabajar en una película tan mítica? «Es raro. Vas al trabajo y te ves rodeado de artistas increíbles. El primer día me sentí como Ant-Man, terriblemente pequeño. Uno de mis jefes venía de Weta, de animar a César en 'El Planeta de los simios', verlo trabajar era alucinante. O un español, Ignacio Santamaría, que se hizo él solo las tomas de la estampida con decenas de ñus, a Mufasa saltando y escalando piedra arriba para salvarse, o a Rafiki haciendo 'parkour' por las ramas... Es muy grande, el auténtico 'spanish lead' de 'El Rey León'».
Trabajar en un estudio londinense frecuentado por grandes estrellas de Hollywood también tiene sus 'consecuencias'. Álex recuerda, por ejemplo, el día que subió a tomarse un zumo de naranja y se encontró a Hans Zimmer (el compositor de la banda sonora y, de paso, uno de los mejores compositores de bandas sonoras del mundo): «Me dieron sudores fríos y me puse bastante nervioso. Cogí mi zumo y unas galletas y, al cruzarme con él, le dije 'Good Morning Hans'. El resto del día no pude trabajar igual (ríe)». Allí mismo también coincidió con Tim Burton y Dani DeVito, que por aquel entonces estaban haciendo 'Dumbo'. «Admiro mucho a Burton. Me impuso tenerlo delante. A veces no puedes controlar al 'fanboy' que llevas dentro».
Álex Álvarez terminó de trabajar en 'El Rey León' hace ya unos meses, pero tiene un mensaje para todos los niños de ahora y de antes: «Es increíble. Tengo la sensación de que no va a defraudar y va a ser el mejor remake de Disney. Mucha gente se va a emocionar en el cine, es una experiencia enorme». Como enorme está siendo su experiencia en el proyecto en el que está involucrado actualmente, algo de lo que todavía no nos puede contar mucho pero que conecta también con aquel niño que deglutía cintas de VHS en el salón de casa: «Estoy trabajando como animador de criaturas para un proyecto de 'Jim Henson Company', 'Crystal Oscuro: Age of Resistance', la precuela en forma de serie de la película de los 80».
Y para el futuro tiene muchas esperanzas puestas en volver a trabajar para Jon Favreau en la serie de 'Star Wars', «dedos cruzados», en una empresa japonesa que admira desde hace muchos años y, «en ratos libres», está desarrollando un proyecto personal. Sea como sea, la siguiente parada es el próximo mes de julio, fecha de estreno de 'El Rey León' en los cines de España. Hay ganas de ver el resultado.
Echar los dientes en un cine, aventurarse por el mundo como si fuera un cementerio de elefantes, creer que tu rugido granadino se puede escuchar en la inmensa Londres; alcanzar el sueño que era ciencia ficción. Ah –tsigüeña–, el ciclo de la vida.
Londres ha acogido a la perfección a Álex Álvarez. «Es una ciudad que te ofrece mucho por hacer, infinidad de eventos, conciertos, parques enormes... En primavera hay más sol y se está genial». Claro que, aunque a sol no nos ganan, la situación laboral sí que parece otra: «La forma de trabajar está a años luz de España. El salario es muy superior, el trato profesional, el acceso a la información, las instalaciones, los proyectos...»
Sin embargo, este joven granadino está convencido de que «Granada podría ser referencia mundial en animación» y, añade, «se podría crear uno de los mejores estudios de animación de Europa porque hay un montón de gente con talento que se ha tenido que ir fuera del país. Necesitamos más emprendedores con un 'background' profesional y una experiencia real, algo que ya está pasando, pero estaría bien que pasara en casa y no fuera».
Y tú, sí tú. Joven con muchos sueños en la cabeza en busca de un consejo; toma nota: «Crea ideas sin miedo del qué dirán. El error es el mejor de lo maestros, pese a que la sociedad, por desgracia, nos ha enseñado que el error es malo. Todo lo contrario. Equivocándonos aprendemos, nos hacemos mejores. Y coge un avión lejos, sin miedo. Viajar es lo que te va a hacer crecer personal y profesionalmente. No te sientas raro si te quieres dedicar al cine o a los videojuegos o a dibujar. Las cosas llegan si se trabaja duro y es lo que te gusta. Ten un pensamiento crítico».
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