El mapa de los ocho Goyas gigantes repartidos por Granada

Andrés y Bimbo están sentados en un banco del Paseo del Violón. El hombre hace una foto con su móvil y el perro, que se llama así porque es muy tierno, toma el sol. «Es el segundo Goya que vemos hoy», dice Andrés, señalando la enorme estatua que ha aparecido a la espalda del monumento al viajero. «El primero fue en la Hípica, durante nuestro paseo matutino». De eso precisamente va la película: de encontrarse con Goya mientras caminamos por la ciudad.

La estatua de Goya instalada aquí, en el Violón, con la mirada clavada en el Palacio de Congresos (donde, como saben, se celebrará la gala el próximo 8 de febrero), es una de las ocho que han aterrizado en Granada. Como dijo la alcaldesa, Marifrán Carazo, hay una en cada distrito, desde la Chana al Zaidín. «Se trata de disfrutar de un paseo de cine, hacernos una foto con Goya y trasladar esta imagen tan bonita que podemos dar como ciudad».

¿Dónde están los cabezones? En la calle Encina; Joaquina Eguaras; el mirador de San Nicolás; Plaza Nueva; la Avenida de Constitución; el Paseo del Violón; la Plaza de la Hípica; y la Glorieta de Arabial. En el siguiente mapa puede consultar el lugar exacto de los ocho Goyas de Granada.

Por otro lado, la alcaldesa anunció que la semana que viene habrá un noveno Goya, pero este a tamaño real, es decir, idéntico al que recogen los ganadores de la gala. Ese Goya estará en el Patio del Ayuntamiento, con un photocall listo para que los granadinos se lleven un recuerdo inolvidable.

Tras la bienvenida oficial a los Goyas gigantescos, las estatuas comenzaron a posar para los móviles granadinos. «Qué guapo eres», le dijo María Jesús, que siempre soñó con ganar un Goya, aunque se jubilase de maestra. Mario y Andrea, matrimonio, se colocaron uno a cada lado de la cabeza, como si fueran a contarle un secreto. «Te recuerdo que era sordo», le apuntó ella a él. Y luego están los que se ponen de frente, retando al genio de Zaragoza, con los brazos en jarras y las cejas fruncidas. «Pues sí que es grande», zanjó Manuel, camarero.

Y como Granada es como es, no faltaron los que pusieron en marcha el cronómetro. «¡Veremos a ver cuántos llegan a la gala!», exclamó Ramón, mientras hacía la prueba de levantarlo. «Pesa… pero si nos ponemos, esto nos lo llevamos Jorge y yo».

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