La mayor parte de cintas que ven la luz en verano pertenecen a sagas que, destinadas a un público joven, acaban suponiendo auténticos taquillazos, como los casos de Harry Potter, Marvel o DC
El ambiente es más seco y caluroso que en un 'western' de Sergio Leone. Buscando la sombra como murciélagos al alba, un interminable número de espectadores esperamos en fila nuestro turno para hacer el tercer y definitivo viaje a Gotham. Es viernes, 20 de julio de 2012, y se estrena 'La Leyenda Renace', la última película de la rompedora trilogía de Christopher Nolan sobre Batman, el Caballero Oscuro. Como uno más de los numerosos amantes del celuloide y los tebeos que me rodean -muchos de ellos ataviados con trajes y máscaras de la saga- adquirí mi entrada hace semanas. Ahora, apenas restan unos minutos para librarnos de la impaciente espera y del asfixiante calor, que dejaremos atrás cuando encontremos alivio en el aire acondicionado de la sala. Allí dentro nos espera también un atormentado Christian Bale, en la piel del superhéroe de DC, listo para combatir durante casi tres horas con Bane, un villano que ya llevaba 'mascarilla' mucho antes de que se pusiera de moda.
No es casualidad que Warner Bros. eligiera una fecha tan veraniega para el estreno del esperado broche final a la trilogía que terminó de hacer adulto el cine de superhéroes. Con las dos anteriores entregas, 'Batman Begins' y 'El Caballero Oscuro', la productora norteamericana hizo lo mismo, llevándolas a la gran pantalla en los veranos de 2005 y 2008, respectivamente, y provocando que cientos de jóvenes pasáramos las tardes estivales indagando en otras formidables aventuras del álter ego de Bruce Wayne.
Aquel julio de 2012 la longitud de la cola de espectadores era realmente llamativa, pero no llegó al nivel de la del verano anterior, cuando otra legión de seguidores fuimos portada en algunos periódicos. El 15 de julio de 2011 la saga que reventó los cines con su desenlace no fue la de un millonario en mallas, sino la de un humilde adolescente con capa. Como ocurriera con otras entregas de Harry Potter, como 'El Prisionero de Azkaban' (2004) o 'El Misterio del Príncipe' (2009), los productores volvieron a elegir el verano para poner en marcha el expreso cinematográfico a Hogwarts.
Es curioso comprobar que, aunque el verano se asocia a una época floja para la cartelera, los taquillazos de Batman y Potter no son un caso aislado, ya que cada vez más distribuidoras eligen los meses estivales para estrenar sus cintas, aun a riesgo de que el tiempo enfríe la memoria de los críticos hasta la llegada del lejano febrero de los Oscar.
En cualquier caso, la mayor parte de cintas que ven la luz en verano pertenecen a sagas. Son franquicias destinadas especialmente a los jóvenes que todavía tienen tiempo de aburrirse en las vacaciones de verano y que buscan evadirse del calor en una sala de cine. Un claro ejemplo de ello es Marvel, que ya ha convertido en fijo un estreno anual en julio para traernos las hazañas de sus superhéroes más juveniles, como Spider-Man o Ant-Man. El mismo camino ha seguido DC, que este verano nos sirve otra entrega de Wonder Woman.
Sagas a parte, en los últimos veranos también hemos podido distrutar de auténticas joyas cinematográficas como 'Dunkerque' (2017) o 'Érase una vez en Hollywood' (2019). Este último título, del pasado verano, es toda una declaración de amor de Tarantino al séptimo arte. Y es que, en el fondo, de eso trata todo esto. De seguir amando a las películas en cualquier estación. Vayan al cine este verano. Lo disfrutarán.
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