Richard Gere y Elena Anaya, en el escenario del Isabel la Católica. Blanca Rodríguez

Los Goya

El rey Richard conquista Granada

El actor americano Richard Gere embelesa a los granadinos en el Teatro Isabel la Católica con anécdotas y mensaje solidario

Sábado, 8 de febrero 2025, 13:26

Su nombre es Richard Tiffany Gere, y es el Goya Internacional de este año. Tiene nombre de rey y apellido de diamante. Pero se le conoce igualmente como el millonario Edward Lewis, enamorado de la encantadora prostituta Vivian Ward a la que encarnaba Julia Roberts, ... o como el díscolo aspirante a marine Zack Mayo, que acababa sacando en brazos a Paula Pofrifki, encarnada por Debra Winger, de la fábrica en que trabajaba, en busca del horizonte de una vida mejor. Para los centenares de las personas que coparon el patio de butacas del Teatro Isabel la Católica, fue ayer el rey Richard, su ídolo en la, para algunas, lejana adolescencia y juventud.

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El acto impecablemente organizado por la Academia del Cine permitió que esos centenares de mujeres le tuvieran cerca por una vez, y el astro respondió con simpatía en todo momento a un afecto que ya le dispensaron los centenares de personas que le rodearon y le hicieron el pasillo de honor desde Acera del Darro hasta la entrada de artistas en la calle Almona del Campillo.

Las colas en el exterior comenzaron hora y media antes de que se iniciara el acto, y el ingreso al interior del recinto se hizo con orden. Hubo tiempo para hacer fotos ante el escenario, sobreimpresionado con el rostro del actor, antes de que el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, acompañado por la alcaldesa, Marifrán Carazo, dieran la bienvenida a los asistentes. En nombre de la Academia, Méndez-Leite agradeció al público que se volcara con los actos previos, el último del cual ha sido el de esta mañana, donde el actor fue entrevistado por la actriz Elena Anaya, protagonista de 'La piel que habito' de Almodóvar, entre otros.

Gere saluda al público en presencia de Marifrán Carazo y Elena Anaya. Ideal

El encuentro comenzó con una anécdota de rodaje, ocurrida en Sevilla, cuando tanto Elena Anaya, que ejercía como su esposa en la serie 'Motherfatherson', como su esposa de verdad, estaban embarazadas de nueve meses. A partir de aquí, comenzó la entrevista, en la que el astro dijo todas las palabras que pudo en español. La primera pregunta fue sobre su vida, que calificó como esencialmente tranquila, aunque salpicada por olas de emoción como la que está viviendo en Granada. Gere reconoció que volvía a la ciudad tras 40 años, y que sus recuerdos de la Alhambra eran los de «un lugar extraordinario en el que pude disfrutar del rumor del agua y la fragancia de los árboles. Me teletransporté a cientos de años atrás, y pude gozar con la poesía de la caligrafía, la historia y los aromas, pero también la poesía de quienes desde allí quisieron hacer algo trascendental». En la tarde del viernes volvió a entusiasmarse con el monumento y las historias de las personas que vivieron allí, visitando salas a las que cuatro décadas atrás no tuvo acceso, según confirmó.

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Orgullo por recibir el Goya

La entrevista tomó luego un derrotero profesional, cuando Anaya preguntó a Gere a propósito de qué significaba para él recibir un premio que antes habían tenido en sus manos actrices como Juliette Binoche o Sigourney Weaver. Al respecto, el actor respondió que estar en compañía de estos nombres es un honor. «Nos ganamos la vida de una forma extraordinaria. Nunca he tomado a la ligera lo que supone, porque nos da la oportunidad de contar historias y compartirlas con el público. Veo mis películas y pienso en los miles de personas que hay tras cada una de ellas. Es un esfuerzo en equipo, y nunca pierdo de vista eso. El cine es un proyecto conjunto, y quien lo hace, tiene que disfrutar para hacer disfrutar», dijo. «Acepto con humildad el premio, porque no es para mí, sino para todas las personas con las que he trabajado y que me han ayudado a que mi carrera fuera la que es».

La siguiente pregunta fue geopolítica, en torno a los nubarrones que se ciernen sobre el horizonte mundial. «Estamos en tiempos difíciles. Estoy mirando en toda la sala y creo que soy la persona con más edad. He visto mucho, he vivido mucho, nací en 1949, y he observado que la historia oscila en un péndulo. Espero que nos encontremos en la última parte de una oscilación especialmente mala», aseguró. Con respecto a la situación política en su país de origen, destacó que nadie esperaba que Donald Trump fuera presidente de Estados Unidos, un crisol de culturas, patria de la igualdad. «Tenemos a un criminal y a un matón en el gobierno, y es lo peor que nos podría pasar», afirmó con rotundidad. «No es el momento de quedarse callado. Tenemos que elegir a personas sólidas e inteligentes para que nos gobiernen. El otro día leí en el New York Times lo que está ocurriendo en Hungría, con un presidente autoritario que domina todas las palancas del poder. Tenemos que estar muy vigilantes ante todo lo que está ocurriendo. Y tenemos que enfadarnos ante la estupidez y la ignorancia. En este caso, no es malo estar enfadado». El público aplaudió con entusiasmo cada una de las respuestas del actor.

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Causas humanitarias

Finalmente, Elena Anaya agradeció a Gere su implicación en causas humanitarias, singularmente en la lucha contra la falta de hogar. «He aprendido del Dalai Lama que hay que decir las cosas de forma sencilla, como cuando afirma que siempre que sea posible se sea amable, y siempre es posible ser amable. Si hay algo en la vida que haga que no nos importen los demás hay que quitarlo de la vida, porque será una falsedad y una mentira. Las leyes del Universo son las de la interconexión y el cambio constante, por lo que debemos cuidar los unos de los otros. La única simulación que debemos aceptar es la de las películas», respondió. «Las películas son narradoras de una historia colectiva. Cuando una película funciona, te hace creer que todos somos uno, aunque cada uno pueda ver sus diferencias. Cuando vemos una película, nadamos en el mismo océano, compartimos los motores de la vida, que son ser felices y evitar el sufrimiento», añadió. «A veces cometemos errores, pero de ellos tenemos que aprender y comprendernos».

En la parte final, Richard Gere propuso al público que compartieran una canción típica. Todo el teatro se puso en pie para cantar 'Granada' de Agustín Lara. Los móviles se encendieron, más pendientes de captar el momento que de cantar, pero el resultado fue de lo más simpático. El actor terminó con un piropo a las mujeres presentes, «como dice la canción», y aseguró haberlo pasado estupendamente. «Me he sentido estupendamente acogido, con mucho calor, y me llevo unos estupendos recuerdos». Sin duda, quienes compartieron espacio con él se llevan otros tantos.

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