Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Patricia no se llama Patricia y eso es lo de menos porque su historia es absolutamente real. La suya y la de tantas y tantas mujeres que sostuvieron sobre sus espaldas, en la posguerra, el peso de las casas más empobrecidas del norte de la provincia de Granada. Pero es que Patricia, además de hacer suya la tierra, la sartén y el pañal, descubrió con 80 años que era hija legítima de una familia muy adinerada de Granada, lo que abrió un portal inesperado, un espejo imposible que reflejaba, como si fuera una película, una vida sin barro, sin hambre y sin ojeras.
Emilio Egea (Chirivel, Almería, 1971) aparca su bicicleta en la Acera del Casino y camina hacia el teatro Isabel la Católica. Este domingo será el encargado de clausurar aquí mismo la 29 edición del Festival de Jóvenes Realizadores con su película 'Bastarda', un documental apasionante e inspirador, capaz de bailar entre la risa y la lágrima. «Me hace mucha ilusión estrenar en el festival, como puedes imaginar», dice Egea, que estuvo en la dirección del FIJR durante 15 años.
«El origen de 'Bastarda' está en la inspiración de mi madre, Carmen, y en las cosas que me ha contado sobre cómo vivían las mujeres en entornos rurales», explica el cineasta. Así, por pura curiosidad, un día se topó con la historia de esta mujer, a la que pusieron el nombre ficticio de Patricia. «Un historiador me dijo que situaba en más de un 50% las familias de la zona tenían un hijo bastardo. Todo por las diferencias sociales de la posguerra: mucha gente sirviendo en casas de señoritos y de esos servicios nacieron muchos bastardos y bastardas. Ahí encontré la historia de Patricia y empecé a tirar del hilo…».
La historia de 'Bastarda' es real, pero han variado ciertos elementos (localizaciones, nombres) para evitar señalar a nadie. «Cuando Patricia supera el terreno judicial y toma derechos sobre la casa de esta familia adinerada, se encuentra una colección de películas de 8 milímetros de los viajes que hacían por Europa en los años 50. Esas imágenes cuentan la vida que pudo haber tenido frente a la vida de posguerra que ella cuenta». Se da la casualidad de que Egea es un coleccionista apasionado de películas en 8mm. «Compro en rastros y a desconocidos. Lo que se respira de esas películas, esa textura emocional, la intrahistoria que sacas de esas películas sin conocer a la gente que aparece, es algo precioso»
El reencuentro de Patricia con su nieta, Angy, inicia un diálogo intergeneracional que se completa con las voces de otras doce mujeres de la zona. «Pensé que era interesante convertir la voz de la protagonista en coral. Las otras mujeres, de edades similares, cuentan matices diferentes, distinta vivencias que enriquecen mucho el discurso de la memoria». Así, 'Bastarda' une voces de Huéscar, Puebla de Don Fadrique, Orce, Galera, Cúllar, Benamaurel, Castilléjar, Zújar, Cuevas del Campo y algunos anejos de estos municipios. «La idea –sigue Egea– es convertir la película en un documental transmedia y contar las historias completas de las otras 12 mujeres en una web que abriremos en breve».
La pena, «la gran pena», es que la protagonista, la mujer que no se llama Patricia, no verá la película de su vida. «Falleció. Llegamos tarde. Vendrán su hermana y su hija… Pero ella no pudo ver nada. La película se la dedicamos a ella». Egea, profesor de la Escuela Superior de Comunicación, ha encontrado en el cine documental su gran vocación. «El proceso del documentalista es muy enriquecedor: meterte en la vida de las personas y entrar de alguna manera en sus vidas es maravilloso». De 'Bastarda' concretamente se queda con la oportunidad de «abordar cuestiones de identidad y tierra» desde las emociones que le inculcó su madre. «Cierro un círculo que me ayuda a entender un poco más de cómo se forja la identidad de la gente de esta tierra».
Su madre, Carmen, sí que acudirá este domingo al estreno del documental en la clausura del FIJR. «El festival vive y eso es lo mejor que se puede decir –reflexiona–. Tiene una estructura pequeña y desde luego debe crecer. A ver cómo se reordena la vida cultural de la ciudad para que, como mínimo, haya un festival de cine. En otras épocas, quizás tuvimos más festivales de los que debíamos, pero por lo menos debemos tener uno con el empaque que tenía históricamente».
'Bastarda' relata la vida de una mujer y, al mismo tiempo, las de tantas otras que, quizás, han permanecido demasiado tiempo en tinieblas. «Una de las cosas más bonitas de la película –termina Egea, mientras observa la fachada del Isabel la Católica– es que las mujeres tienen una capacidad fascinante para relatar el drama sin perder la comedia. Hay un drama tremendo, pero ellas no dejan de buscar la forma para hacernos reír. La película intenta refleja cómo van del drama a la comedia sin apenas transición. Mujeres rurales que se echaron la vida a las espaldas».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
Fernando Morales y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.