La amenaza de catástrofe meteorológica retrasó al día de ayer la clausura musical del Congreso Internacional en torno a la figura de Rafael Alberti y el centenario de 'Marinero en tierra', con la cantante Clara Montes, una de las voces más conocidas y respetadas del ... panorama sonoro español, colaboradora de cantautores como Amancio Prada –con quien grabó su memorable disco 'Emboscados'– y que siempre se ha caracterizado por su conexión con la poesía. Precisamente, la Sala Val del Omar de la Biblioteca de Andalucía fue testigo de la muy especial unión que ha creado con los versos del poeta gaditano.
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Ante un auditorio lleno una vez más, como ha sido habitual en las sesiones del Congreso, la directora, Remedios Sánchez agradeció una vez más la atención del público y la presencia de María Asunción Mateo, viuda del poeta, e introdujo la actuación. Montes fue acompañada por un cuarteto instrumental de guitarra, contrabajo, teclados y percusión.
La primera parada del espectáculo, creado para la ocasión, fue un guiño emocionante a la figura de la viuda de Alberti, con los versos «Ebria de amor y música celeste / bajó Altair, aquella alta noche, / de su constelación, / volviendo de la tierra / embriagada de amor, / de música y de vino», que escribiera el poeta para relatar el encuentro entre ambos, inicio de una relación que terminó en matrimonio y que duró casi dos décadas. A ritmo de bossanova y jazz, fue una excelente piedra de toque para colocar al público en situación.
«He querido jugar con el primer y el último poemario de Rafael, para abordar de forma distinta su obra», dijo Montes, quien anunció que el repertorio escuchado anoche formará parte de un disco de pronta grabación. Y si emocionante fue el primer tema, no menos fue el segundo, una versión de la 'Elegía del niño marinero' con inspiración andaluza y fuerte influencia bolerística.
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Desde el principio, la cantante se metió al público en el bolsillo. Para su tercera pieza, eligió una mixtura entre 'Mi amante' y 'Amada', por proximidad geográfica en 'Marinero en tierra'. De ahí volvió a saltar a 'Canciones para Altair', interpretando 'Sabes tanto de mí', toda una declaración de fragilidad de alguien que se coloca ante el precipicio de la existencia con la misma honradez que destila quien sabe que esta acabará hiriéndole fatal y a la vez gozosamente.
Con el contagioso ritmo de los cantes de ida y vuelta, que impele a las palmas a compás, Montes mostró qué se puede hacer con 'Amor de miramelindo' para incrementar su carga emotiva, si es que ello es posible. Antes de la presentación de los músicos, hubo tiempo para hacer un guiño al Mediterráneo, a veces enterrador de sueños, con la música contagiosa y la letra de 'Recuérdame en alta mar'. En el culmen, una gran sorpresa, el texto inédito 'Sevillanas del Levante', bellamente costumbrista. Y al final, 'María la portuguesa' de otro poeta, Cano.
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