Música y solidaridad en Granada

Las clases de batería del profe Eric

Un tipo comprometido con la música y con quienes necesitan que les echen una mano. Porque David, Noa, Coraima y José tienen varias cosas en común. Los cuatro son unos chaveas aplicados, los cuatro viven en Almanjáyar y los cuatro están vinculados con Alfa, una asociación de la zona Norte de la capital que trabaja con familias en riesgo de exclusión.

David, que juega de lateral izquierdo en el Almajáyar en Familia, sueña con jugar en el Real Madrid, como lo hace su ídolo Jude Bellingham. Y también sueña con tocar en un concierto en el Bernabéu, como U2 o los Rolling Stones. Porque le gusta tanto esto de darle a las baquetas que, entre sus preferencias para cuando sea mayor, incluye ser futbolista como Bellingham, policía local como su tío Daniel y batería profesional como el profe Eric. Ganas e ilusión, desde luego, no le faltan.

«¿Cuánta gente hay por ahí con el talento de Paul McCartney y no lo sabe?», se pregunta Eric. Por lo pronto, sus alumnos David, Noa, Coraima y José tienen un potencial por descubrir. «Hasta que cumplan los quince años no entro en valoraciones», recalca Jiménez, que también oferta cursos a particulares (ericplanet@hotmail.com). «A partir de ahí sí se les puede exigir disciplina;ahora lo básico es que se lo pasen bien». Y es que, a juicio de Eric, «existe una línea muy delgada entre divertirse con algo y aborrecerlo. De ahí su empeño en no pasarse de frenada a edades tan tempranas. En este momento la única exigencia es perder el miedo. Darle con ganas a la percusión. «Lo importante es ver sus caras de satisfacción;si no las tienen, me estoy equivocando».

Pero más allá de destrezas, la batería es un instrumento que aporta múltiples beneficios. Primero porque favorece la velocidad mental, ya que el pulso se establece a partir de múltiplos de cuatro con las manos, por una parte, y con los pies, por otra. «Esto también favorece la coordinación». Además, es un ejercicio que enseña el respeto. «Esto no va de lucirse uno mismo, sino de saber escuchar a los demás para respetar las canciones». Hay que pensar antes que ejecutar. «Pero sobre todo –apostilla– esto es como un gimnasio;la resistencia está en la técnica». «Cuando entras por esa puerta –refiere señalando el acceso a la 'pecera' con el dedo índice– se te olvidan todos los problemas». Mientras tanto, mientras Eric le dice todo esto al periodista, los chiquillos escuchan boquiabiertos al maestro.

Todo esto es posible gracias a la Fundación CajaGranada. Fernando Bueno, su gerente, manifiesta que «este proyecto no surge de una manera predefinida». «Tengo amistad con Eric y un día, en el transcurso de una conversación informal, le plantee que si podía utilizar nuestro taller de grabación para enseñar lo suyo a colectivos que estuvieran en nuestro ámbito de actuación», recuerda. «Su respuesta la esperaba y fue sí». Yasí fue cómo contactaron con Alfa, que también vio una buena oportunidad para que los zagales vieran que existen otros caminos que no son el fútbol o la calle. Los resultados no pueden ser más exitosos –la iniciativa se está desarrollando desde el pasado mes de octubre–. La Fundación CajaGranada beca a los zagales y los zagales están cumpliendo, con entusiasmo, todas las expectativas.

«Con esto –reflexiona Fernando Bueno– estamos cumpliendo tres de los cuatro objetivos básicos de la Fundación CajaGranada». Las tres acciones: la acción social, la acción cultural y la acción educativa –la cuarta es la medioambiental–.

La sala donde oficia Eric con la chavalada, aislada acústicamente, tiene unos treinta y seis metros cuadrados y se encuentra equipada con cuatro baterías. Una para cada uno de los niños. Las instalaciones cuentan, además, con todo tipo de tecnología para el desarrollo de actividades relacionadas con lo audiovisual. Ahí se han grabado maquetas y ahí se llevan a cabo todo tipo de talleres.

El presidente de Almajáyar en Familia, Juan Carlos Carrión, explica que Alfa «es una entidad que busca la excelencia en la persona mediante la educación». «Nuestro empeño es desarrollar todo lo positivo», subraya Carrión. «Nuestra gran meta es tener la puerta abierta a todas las realidades y, en el caso de los críos, luchar contra el absentismo escolar y apostar por el estudio, el deporte y despertar vocaciones».

Vocaciones como las de los futuros bateristas que se forman con Eric y que, a buen seguro, algún día tocarán en el Bernabéu... o donde se tercie.