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Sergio García (Guadix, 1967) y Lola Moral (Montalbán, Córdoba, 1964) llevan toda la vida juntos. Comparten techo y vocación: el arte. «En veinte años nunca hemos coincidido en un trabajo. Siempre juntos, pero separados. Por eso este proyecto nos ilusionaba tanto», dice Lola, artista multidisciplinar, creadora de la carismática Odie, su personaje más famoso, que viene de ilustrar varios libros en Estados Unidos y de diseñar un envase exclusivo para el caviar de Riofrío. «Queríamos hacer algo que tuviera que ver con la narración, que es lo que hacemos los dos. Nos planteamos qué se puede hacer en la sala más allá de la página», añade Sergio, dibujante y maestro en la UGR, que acaba exponer su monumental 'Guerra' en el Museo Picasso de París, ilustra en medios de todo el mundo y es autor de numerosos cómics alabados por la crítica.
Con estos mimbres, García y Moral se hicieron la pregunta: «¿Y si fusionamos nuestros estilos? ¿Seríamos capaces de narrar una historia mezclando dibujo y cerámica?». La respuesta es 'Tu corazón me pertenece', una exposición, en la galería Arrabal & Cía (Callejón del Señor, 12), en la que los artistas convierten la pared en una original, viva y voluminosa página de cómic. En total son ocho obras, cuatro dibujos de 1,60 por un metro, intercalados con cuatro piezas de cerámica, cuatro corazones que acompañan a la secuencia y cuentan su propia historia.
¿Qué historia? «Queríamos hablar de la violencia de género, un tema que durante el confinamiento ha subido tanto», explica Moral. «Y nos interesa revisar la obra clásica. Así fue como llegamos a Botticelli», apunta García. En concreto llegaron a los cuatro cuadros que Sandro Botticelli, inspirado en uno de los relatos del 'Decamerón' de Boccaccio, realizó en 1483 para narrar la historia de Nastagio degli Onesti. «Botticelli hizo cuatro cuadros que tienen mucho que ver con el metalenguaje del cómic. Hay viñeta, dibujo secuencial dentro de plano fijo... Era una obra ideal», dice García.
El dibujante granadino ha transformado las pinturas de Botticelli (tres están en el Museo del Prado, la cuarta pertenece a una colección privada, en Florencia) en cuatro grandes viñetas en blanco y negro donde destaca el uso de la línea y el punto. «A diferencia de lo que hice con el 'Guernica' de Picasso en 'Guerra', donde reinvento toda la historia, aquí hago 'redibujo', que es lo que hizo Velázquez con Tiziano o el propio Picasso con 'Las meninas' de Velázquez. Reestructurar con tu lenguaje». Así, las cuatro obras de García recuerdan mucho a las de Botticelli, pero con personajes modificados y un aspecto gráfico muy original: «Destaca el uso de la trama mecánica, un poco como en el Pop Art».
En los dibujos se cuenta la historia de Nastagio, un joven despechado de Ravena que se pierde en el bosque para olvidar a la mujer que le acaba de rechazar. Allí se encuentra a un caballero que persigue a una dama desnuda hasta que la alcanza, la apuñala y la abre en canal. Tras echar su vísceras a los perros, la mujer se levanta de nuevo y vuelve a huir. Ambos son un pareja de fantasmas, dos almas malditas porque ella, la dama desnuda, rechazó al caballero. «Nastagio lleva allí a la mujer que pretende que, al ver a los fantasmas, entiende que una mujer no puede ser tan malvada y tiene que aceptar al hombre que la reclame... Esta historia dibujada también está contada en la cerámica», apunta Moral.
Los cuatro corazones de cerámica, cuatro obras de artesanía preciosista montadas sobre placas de metal oxidado, se van abriendo poco a poco, liberándose flores y espinas en una expresión de esa «relación tóxica». «La intención es que la gente descubra lo que hay, lo que pasa. Que adivinen la historia y saquen su propia impresión –sigue Moral–. En el cómic tradicional se dan las cosas más mascadas, todo es evidente. En la sala hay que ser más sutil, con un mensaje no demasiado obvio, con conceptos gráficos y escultóricos para que la gente saque lo que quiera. Es algo más poético que invita a pararse y pensar».
'Tu corazón me pertenece' (que se podrá visitar hasta el próximo 1 de octubre, de martes a viernes, de 18.00 a 21.00 horas; y los sábados, de 11.00 a 14.00 horas) arranca y cierra con dos obras más. Dos textos bordados a mano por la propia Lola Moral. El primero, es un extracto del relato original en el 'Decamerón'. El último, las palabras de Elisabeth Parker, una chica de 17 años que, en 1830, entró como niñera en una familia militar y sufrió abusos. «Esa chica, por las noches, bordaba lo que sentía como forma de denuncia. Esas telas están en el Museo de Londres y nos pareció que era una idea que encajaba con lo que queríamos contar».
¿Volverán a trabajar juntos? «Sí, nos ha encantado la experiencia. Volveremos», prometen.
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