

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
José Antonio Lacárcel
Domingo, 26 de diciembre 2021, 23:30
De nuevo abrió sus puertas la Catedral de Granada en la tarde del domingo, una tarde fresca y lluviosa pero que se tornó cálida gracias ... al milagro de la música, en este caso con un recital de órgano del granadino Antonio Linares, bien conocido de todo aficionado por su calidad como intérprete, por su gran formación musical y por su presencia en distintos acontecimientos musicales de altura en los que él ha tenido un importante protagonismo.
Si el año pasado tuvimos que quedarnos sin este regalo del concierto de Navidad, en esta ocasión intérprete y Arzobispado han hecho todo lo posible para conseguir esta cita anual con lo mejor de la música religiosa a través de un instrumento que sintetiza buena parte de la grandeza de la música de los más grandes autores y que dedican al hecho trascendental del nacimiento de Jesús de Nazaret en la pequeña aldea de Belén.
Antonio Linares tuvo en cuenta la rica tradición de la música religiosa de estos genios que, a lo largo de los siglos, han sido capaces de cantar el espíritu navideño de una forma tan brillante y lograda. Linares dividió su recital en distintas etapas que abarcan, ya lo hemos indicado antes, varios siglos de producción musical donde lo religioso queda plasmado en el más inmenso de los instrumentos, el órgano, que adquiere un protagonismo excepcional tanto en la iglesia católica como en la luterana.
Linares extendió su radio de acción musical desde el barroco, donde Alemania tiene indudable preponderancia, hasta el siglo XX, con la rica aportación de literatura organística donde Francia juega un papel muy principal.
Linares ofreció este inicio barroco con los nombres de Louis Claude D´Arquin, Pachelbel, Buxtehude y el inmenso Bach. Punto de partida que requiere una sólida formación como instrumentista y también una gran capacidad analítica para poder desentrañar adecuadamente todo el mundo de sonidos que encierran las obras de estos autores. Creo que es justo destacar la sobriedad interpretativa y el equilibrio del que ha hecho gala Antonio Linares consiguiendo transmitir lo mejor de la creación barroca que, en esta ocasión, gira en torno al milagro del nacimiento de Cristo.
La religiosidad bien comprobada de J. S. Bach se da la mano con la perfecta técnica, con la impresionante capacidad creadora del genio alemán del que seguimos bebiendo enseñanzas y formación pues no en balde es la fuente de la que mana la gran sabiduría musical que llega hasta nuestros días.
Un importante concepto interpretativo en Pachelbel y sobre todo en Buxtehude para luego dar paso al mejor órgano clásico que puede sintetizarse en la obra de Alexandre P. Boëly que dio paso a unos autores como León Boëlmann, Guilmant hasta llegar a Dubois. Fue una perfecta combinación de belleza melódica junto a una técnica impresionante que requiere siempre la presencia de un excelente organista.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.